27

21 4 0
                                    

Capítulo 27

Me tiemblan las manos cuando agarro la taza medidora y la lleno de harina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Me tiemblan las manos cuando agarro la taza medidora y la lleno de harina. Estoy nerviosa por estar tan cerca de Min Yoongi, las cosas han sido extrañas entre nosotros, y no puedo entender dónde estamos parados. Él y yo siendo amigos... no puedo ver que suceda, la química entre nosotros es imposible de ignorar.

Min Yoongi se mueve detrás, colocando sus manos a cada lado de mí mientras se inclina y apoya su barbilla sobre mi hombro. Observa cada uno de mis movimientos con tal intensidad que pensarías que estoy creando arte en lugar de hornear un simple pastel.

―Pensé que acordamos ser amigos ―susurro, incapaz de contenerme.

Él se tensa y se aleja, dándose la vuelta para apoyarse contra la barra, mirándome.

―Tienes razón, lo siento.

Aparto la mirada, incapaz de sostener la suya. Su expresión está llena del mismo dolor de corazón que estoy sintiendo, y odio sentirme tan impotente. Odio saber que estar conmigo podría destruir su futuro. Esta cosa entre nosotros... ¿cómo podría algo que se siente tan bien ser tan destructivo?

―Olvidé decirte esto debido a las noticias sobre la propuesta, pero Jung Kook también mencionó que su proyecto terminó y está disponible para reunirse contigo ahora. Podríamos ir la próxima semana si quieres.

Jadeo, casi dejando caer la taza de leche en mis manos.

―¡De ninguna manera!

Min Yoongi sonríe, y la mirada en sus ojos hace que mi corazón dé un vuelco. Es una mirada íntima y conocedora.

―Sí ―dice.
—Lo vas a hacer increíble, sé que va a estar muy impresionado.

―¿De verdad lo crees?

Él asiente, y no hay duda en sus ojos. Realmente cree en mí, más que nadie, incluida mi propia familia.

―Gracias ―le susurro.
—Realmente desearía poder besarte en este momento.

Sus ojos se posan en mis labios y por un segundo creo que se inclinará y me besará, pero luego mira hacia otro lado y agarra la leche.

―Será mejor que realmente ayude con este
pastel ―murmura.

Vacía la leche en la licuadora y la enciende antes de que pueda detenerlo.

―¡Min Yoongi, no! ―grito, justo cuando la mezcla sale volando por todos lados, empapándonos a ambos antes de que logre apagarlo.

Se ve perplejo, con harina por todo el rostro y el cabello cuando se gira para mirarme y me encuentra igual de desordenada. El horror en su rostro hace que una risa me suba por la garganta y me eche a reír.

―Oh, mierda ―dice, mirando frenéticamente alrededor de la cocina. Agarra una toalla y la presiona contra mi rostro, haciendo todo lo posible para limpiar la mezcla y fallando.
—¿Por qué haría eso? ¿Por qué simplemente explotaría?

DR. MIN YOONGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora