Me encantó como quedó de tierno y dulce, ustedes díganme que tal está que a mí me derritió una capitán de hielo de mi corazón 😭
Feliz Lectura…
Abro y cierro la boca como un pez por culpa de Khassian que se ríe a mi costa y que acabo de mandar a su hermano al infierno por su culpa.
Aprieto las manos controlando de no hacer una estupidez, solo le dedico una mirada asesina a Khassian que me da una sonrisa fanfarrona. Bufo de nuevo antes de negar y ponerme de pie que ya me cansé de ser la burla de Khassian y necesito dormir en algo suave que me acaba de poner de malas el príncipe y el rey juntos.
—Bryce, no has terminado tu cena—la voz de Moira es gentil y suave.
Muy diferente a todas esas que he recibido.
—Está bien, Moira, no tengo hambre—camino a la puerta para salir de aquel lugar.
Mis pies me llevan hasta mi habitación donde me encierro con llave dejando afuera a mi doncella de nombre Ginna, un nombre bastante extraño para un Fae en mi opinión.
Me quitó el vestido y lo pongo en una silla, camino al armario para vestirme con una bata sencilla para dormir. Al acostarme en la cama una imagen se instala en mi cabeza que me hace llorar y no tiene nada que ver con la cena, más bien es con mi familia.
En mi madre amorosa y mi padre protector, de ellos aprendí mucho. No me había dado el tiempo de desahogarme de no tenerlos conmigo, de no ver a mi madre cantar en la cocina mientras hace de cenar o de mi padre rompiendo las maderas para calentarnos en invierno, o aquellas veces en que mamá leía cuántos para que me durmiera.
Jamás vi a mis padres pelear hasta que ya tenía la conciencia suficiente para saber porque lo hacían, mi madre siempre decía que iría bien todo aunque no lo fuera durante los duros meses de invierno.
Mis padres me dieron el ejemplo de ser la persona que soy, y no importa la apariencia que tenga ahora… siempre seré su hija, con o sin loba.
Mis emociones se ven interrumpidas por un toque suave en la puerta, que me pone de pie porque si es Khassian quiero gritarle un par de cosas y eso puede ser mi motivación para no dejar que la tristeza de no tener a mis padres se apodere de mí.
Abro con la intención de lastimar, pero eso se pierde al ver el cabello blanco y al rey con un plato de fruta fresca y una disculpa en el rostro.
—Alteza—me sonrojo al verlo afuera de mi puerta—. No sabía qué…
—¿Lloraste?—sus ojos van a las muestras que dejé hace unos segundos—. ¿Estás bien?
—No creo que le importe, majestad.
Sonríe despacio y luego mira la habitación pidiendo un permiso silencioso que le concedo, cierro la puerta al escuchar el plato ser puesto sobre una superficie que conozco y sé cuál es.
Niego internamente para ir al pequeño comedor que hay en la habitación, es para dos personas por eso cabemos bien tanto el rey como yo, y debo admitir que mis emociones se sienten un poco raras con él a mi lado.
—Te traje un poco de fruta—dice con cierto toque apenado que causa ternura—. Me preocupo que vinieras sin cenar.
No me mira a los ojos, trata de no encontrar miradas lo que me parece ligeramente tierno, y un poco lindo de su parte.
—Gracias, alteza.
Con esas palabras me observa y casi me derrito en lo hermosos que son sus ojos. Son como un remolino violeta que promete darte todo con sólo caer ante ellos, le sonrío despacio antes de bajar la mirada sonrojandome por la intensidad de ambos.
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TRONO DE HIERRO Y SANGRE || +18
Lupi mannari¿Cómo se le puede llamar a un lobo sin su animal? Esa es una pregunta que Bryce se hace seguido a lo largo de sus años de vida, tiene veinticuatro años y nunca se ha transformado en loba cuando debería haberlo hecho hace años. Aunque la vida para el...