"BIENVENIDA AL INFIERNO" _ (Hazbin Hotel)

Capítulo 18

"Algo para recordar."

Ese día recorrimos la ciudad, disfrutando de los magníficos lugares que tenía para ofrecernos Nueva York, comimos en una pizzería, visitamos museos, tiendas artesanales, y hasta nos tomamos fotos frente a la estatua de la libertad. Estaba siendo todo sumamente divertido, era bueno el tiempo que estamos compartiendo juntos, y todos parecían estar pasándola fenomenal.

Poco después llegamos a un centro comercial y visitamos las tiendas dentro del lugar, en busca de cosas para comprar y llevarnos de recuerdo. Angel me había llevado a una tienda de ropa femenina.

-¿Qué te parece?- Preguntó mientras sostenía dos percheros con un par de brasieres con mucho relleno.

Lo miré, patidifusa, arqueando levemente una ceja.

-¿Piensas comprarme ropa interior?

-Já, no. Es para mí, obviamente, no puedo seguir por ahí con esta... planitud, me quita todo el jodido encanto, mi niña.

Solté una leve carcajada y me acerqué un poco más.

-Pero yo pienso que te ves increíble de esta manera, no necesitas ponerte un sostén con relleno, así estás muy bien.- Afirmé con una gran sonrisa.

-Awww, gracias por tus palabras, cariño.- Se dio la vuelta, aún sosteniendo ambos percheros.- Pero igual los voy a comprar.

Comenzó a caminar hacia el cajero, y yo puse los ojos en blanco, negando levemente con la cabeza y sonriendo. Luego nos encontramos nuevamente con los demás, y mientras ellos estaban conversando animadamente alrededor de una gran fuente que había en el sitio. Alastor se me acercó, no pude evitar ponerme nerviosa nuevamente ante su presencia, siempre causaba ese efecto en mí, pero estaba siendo más constante de lo normal.

-Tengo algo para tí, querida.- Sonriéndo con galantería, me tendió una pequeña bolsa de color rojo.

Yo lo miré, algo anonadada, pestañeé repetidamente con mis mejillas sonrosadas y luego sonreí inconscientemente mientras tomaba la bolsita. Alastor se había tomado el tiempo de comprar un presente para mí, y eso... me había encantado demasiado.

-Alastor... no tenías que molestarte.- Dije apenada, sonriendo levemente.

-Cuando lo vi, enseguida invadiste mis pensamientos, y creí que luciría perfecto en ti, no es nada, querida Alexandra, solo un presente para una joven tan cautivadora y especial como tú.

Mantuvo su tono encantador, mientras me observaba con anticipación, esperando mi reacción. Hurgué dentro de la bolsita y encontré una cajita con un hermoso collar dentro. Era plateado, con una pequeña gema rojo vino en el dije, tan elegante y fino, distintivo del propio Demonio de la Radio. Yo observé el bello collar entre mis dedos, era simplemente maravilloso.

-Alastor, esto es... no puedo aceptarlo.- Hablé en un tono bajo, con algo de vergüenza.

-Oh, no, mi dulce. Voy a sentirme realmente ofendido ante tu rechazo, te lo obsequié de buena voluntad.

Amplió su sonrisa y luego tomó con delicadeza el collar, quitándomelo de las manos, se colocó detrás de mí, hizo a un lado mi cabello que estorbaba y me lo colocó con cuidado alrededor del cuello. Por mi parte tenía las mejillas ardiendo en rubor, mientras que mi corazón latía con frenesí. Cuando terminó, volvió a su lugar frente a mí, me miró por un corto tiempo y sonrió ampliamente otra vez.

-Perfecto, sabía que ese collar luciría estupendamente en una dama tan hermosa como tú.

Justo cuando iba a pronunciar unas palabras, Angel interrumpió.