"BIENVENIDA AL INFIERNO" _ (Hazbin Hotel)

Capítulo 15

"Pasos mal dados."

La noche anterior había sido un tanto rara... pero también tuvo su lado bueno. Alastor no me comentó nada al día siguiente, y simplemente volvió a desaparecer, como acostumbraba a hacer. El hotel volvía a estar como siempre, cada uno en sus respectivas labores. Charlie me había dado el día libre, pero no tenía nada que hacer, ni con quién pasarlo. Lucifer había salido desde la mañana, Husk parecía estar de un pésimo humor; peor que nunca, y Angel Dust también se había ido desde temprano.

Me hallaba en mi habitación, junto con Niffty. Ella me estaba enseñando algunos de sus fanfincs; que por cierto, me gustó leerlos, pero pasadas unas horas se tuvo que marchar. Caminé hasta la ventana de mi habitación, y miré hacia afuera, todo parecía estar extrañamente tranquilo. Solté un ligero suspiro y tomé mi celular para chequear si Angel había respondido alguno de los cincuenta mensajes que le había dejado. No había respuesta alguna, comenzaba a preocuparme, luego de aquel encuentro con Valentino no quería que tomara represalias en su contra.

Finalmente decidí salir por mi cuenta, desde mi estadía en el hotel, jamás había salido sola. Me advirtieron que podría llegar a ser peligroso, pero no podía depender siempre de los demás, y estaba lista para enfrentar cualquier situación. Me cambié de ropa, tomé mi teléfono, un poco de dinero y salí de mi habitación, dirigiendo mis pasos hasta la salida del hotel. Husk ni siquiera notó cuando me fui, y nadie más estuvo presente en ese momento.

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Caminé con cuidado y precaución por la acera, observando mi entorno y estando alerta a cualquier cosa. De repente se me acercó un demonio de apariencia desagradable, era mucho más alto que yo, y apestaba a tabaco y ron.

—Pero miren nada más que belleza tenemos por aquí.— Habló en un tono lascivo.— ¿Cuánto cobras por la hora, cariño?

Lo miré con mi entrecejo fruncido y le respondí en un tono seco y firme.

—No estoy a la venta, "cariño".— No le di tiempo a responder porque continué mi camino con prisa.

Pasados unos minutos y mientras caminaba, miré la pantalla de mi teléfono por si alguien me había escrito. Me sentía un poco torpe, había salido del hotel sin siquiera tener idea de a donde ir. Divisé también algunas peleas de demonios y otras cosas raras que no veías comúnmente en la tierra. Hubo algo que me alarmó, si hubiera sido Angel Dust diría que era una especie de sentido arácnido; sonreí con la idea y luego negué con la cabeza. Pero sí, tuve la sensación de que algo iba a pasar, por alguna razón sentí que alguien podía estar siguiéndome. Miré detrás, volteé a ver en todas las direcciones y nada, no quería ser paranoica.

Decidí continuar con mi camino a "ninguna parte", pero justo al dar los primeros pasos, alguien me detuvo, sosteniéndome por detrás con brusquedad. Cuando iba a comenzar a gritar, ese "alguien" puso un pañuelo sobre mi nariz, probablemente tuviera amoniaco o una especie de veneno que pudiera dopar, porque sentí un dolor de cabeza espantoso y un cansancio que me empezó a adormecer. Pataleé e intenté luchar con mis pocas fuerzas, pero aquel individuo que me sometía era diez veces más grande y fuerte que yo.

—Dulces sueños, perra.

Esa voz me era conocida, pero no tuve tiempo de analizar, ni ver nada. Finalmente todo se tornó negro, y caí en un profundo y terrible sueño.

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Abrí mis ojos con lentitud, me dolía la cabeza muchísimo, pestañeé repetidamente hasta abrir completamente los ojos. Me asusté al recordar lo que había pasado, y sentí aún más temor al darme cuenta de que estaba atada a una silla. Mis muñecas y mis tobillos dolían en demasía de lo tan fuerte que estaban ajustadas esas malditas sogas. Miré a mi alrededor, era una especie de bodega; posiblemente abandonada. Mucha suciedad y poca claridad me acompañaba en ese amplio y lúgubre espacio. Me alarmé al escuchar unos pasos aproximarse, y me quedé totalmente pasmada al ver la enorme figura frente a mí.