11-Azazel Zaudejums

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Azazel

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Azazel

La noche cayó, los nervios se apoderaron de mi, el miedo a fallar y dejarlos a merced del castigo que mi padre decida para ellos; salí de la habitación donde decidimos pasar esta noche camine por los pasillos sintiendo el helado clima golpear mi piel, antes de ir a la preparación antes de retar a mi padre quiero abrazar a mi hermana y hacerle saber que siempre estaré con ella así yo ya no esté en vida. Los rayos blancos de la luna se reflejaron en algunos espejos acomodados en el pasillo, me detuve por un segundo a ver la calma antes de la tormenta que se aproxima para mi reino y su gente.

Entre sin avisar a su habitación, está descansando en medio de todas sus almohadas y bajo una acolchada manta blanca, me senté a un lado de su cabeza, tomé un par de mechones de cabello y acaricio la suave piel de su rostro.

—¿Hermano? —Dijo con su voz rasposa —¿Qué haces aquí? —Se levantó y rodeó mis hombros con sus delgados brazos —¿Azazel? —Sus ojos se ajustaron a la repentina luz de la luna golpeando su rostro —¿Estas bien? —Preguntó una vez más con la preocupación marcada en cada palabra que sale de ella.

Abrace fuertemente su cuerpo contra mi pecho, suspire antes de encontrar las palabras correctas y hablar.

—Astoria, mañana alguien morirá —Dije viendo directamente a sus ojos sin titubear, su entrecejo se frunció y su respiración se agitó, intentó hablar pero la detuve —Retare al rey para tomar su lugar en el trono —Ella negó, el miedo marcado en sus delicadas facciones y su respiración errática —Así que mañana te quedarás sin un miembro en la familia —Se abalanzó sobre mi y me apretó con fuerza mientras Lloriqueaba aferrándose a mi.

—Tu —Pudo decir entre el llanto —Debes vivir tu —Siento sus dedos apretar la piel de mi espalda, sus lagrimas humedecen la piel de mi cuello y los latidos fuertes de su corazón chocan contra mi pecho —No podría vi...vir sin ti —Dijo hipando y cerrando con fuerza sus ojos —No pu...edo imaginar una vi...vida sin ti —Mi garganta ardió y mi pecho se contrajo por el dolor que le estoy haciendo pasar.

Crecimos siendo solo los dos, yo la cuidé, yo la crié, yo la amé, yo le enseñé a tratar con las personas, yo soy su verdadero padre, puse mi sudor, mi energía, mi tiempo en hacerla sentir querida, escuchada, soy yo la persona que le ha enseñado la crueldad de la vida sin lanzarla a un precipicio sin fondo, algo que ni su madre, ni nuestro padre pudieron hacer; por eso entiendo su dolor, por esa razón es que mis lagrimas caen por mi mejilla y manchan su rostro, porque no la quiero dejar sola en este mundo lleno de crueldad donde solo la van a usar como incubadora, por esta razón mi pecho duele al solo pensar en una posibilidad donde yo pierda la vida. Las personas que amo no merecen sufrir las consecuencias de mi debilidad.

—No moriré —Susurre con mis labios en su cabello —Viviré y te seguiré cuidando, cumpliré mi promesa de llevarte al altar donde Zoltan te estará esperando —Mi voz se corto y no hice nada para corregir mi muestra de debilidad, mis lagrimas siguieron manchando su rostro y cabello —Viviré para seguir dándote una oportunidad de disfrutar tu vida sin ser obligada a vivir algo que no quieres —Tome su cabeza con mis manos y la puse frente a mi, su rostro hinchado y rojo por el llanto —Te juro que mañana traeré la cabeza del rey —Ella asintió.

La chica de cristal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora