15-Un sueño sin fin

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SHIVANI

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SHIVANI

-¿Qué era esa cosa? —Mi mandíbula tembló, tengo mucha ira en mi interior.

—Es la cuidadora de la biblioteca real, como te dije antes no era su intención lastimarte simplemente protegía la biblioteca y la información que hay ahí —Recostó su espalda en su silla —El error de Rafael fue no explicarte cómo debes de tratar con ella —Me molesta que siempre se vea tan malditamente despreocupado.

—Casi muero —Dije entre dientes ¿Acaso no puede mostrar ni una pizca de preocupación?

—Estas viva —Su pesada mirada me hizo agachar la mía.

—Es una pérdida de tiempo si quiera intentar hacerte entender mis preocupaciones, no eres capaz de empatizar con alguien que no seas tú —Negué más para mi misma que para él.

¿En que estuve pensando todo este tiempo al confiar en alguien que ni siquiera me ha dicho sus gustos o fecha de cumpleaños? Sentí mi corazón arrugarse, no debí permitirme sentir algo más allá de complicidad con alguien como Azazel, no es un humano, no es una raza normal, no tiene sentimientos, solo vive por y para él, y nunca me ha demostrado lo contrario; tampoco tiene que hacerlo, pero de esta manera solo pierde mi confianza y nuestros propósitos se ven envueltos en una cuerda floja que pronto cederá ante la falta de confianza.

—¿A donde vas? —Escuché su voz a mi espalda.

No me detuve a escuchar una palabra más suya, no voy a obtener nada de este hombre.

—Shivani detente —Ordenó, pero hice caso omiso.

No soy uno de sus súbditos a los que puede ordenarles algo, si vamos a hablar de rangos estoy casi en la misma situación de poder que él; pero dejemos el reino de lado, nunca he pertenecido a Dimants, vengo del bosque de las mil almas, lugar que no tiene ningún gobernador y yo tampoco lo tengo.

—Te dije que te detuvieras —Apretó mi antebrazo, lo suficiente para detenerme y no lastimarme, sin embargo conforme pasan los segundos y no me volteo a encararlo él aprieta más su agarre —Mírame —Negué con la cabeza, su otra mano tomo mi brazo libre y me hizo encararlo —Te dije que me miraras —Susurró, su ceño fruncido y no en enojo... preocupación.

—¿Qué te preocupa? —Intente no mostrar ningún tipo de reacción, pretendió contestar a mi pregunta pero no se lo permití —No vengas ahora con el cuento de que te preocupas por mi, porque no me lo trago en lo absoluto —Sacudí mis brazos haciendo que soltara su agarre.

—¿No ha sido suficiente para ti? —Di un par de pasos alejándome de Azazel —Te convertí en reina...

—No te lo pedí —Mis dientes chirriaron por la fuerza que pongo en ellos.

—Tampoco te negaste —Sus brazos se dejaron caer a un lado de él —Te he ayudado en todo lo que puedo, me he mostrado débil ante ti, te he mostrado mis secretos y aún así osas decir que no me preocupo por ti... —Su rostro se encogió en decepción —¿A quien le falta empatía en realidad, Shivani? —Acortó la distancia entre nosotros, nuestros pechos se tocaron uno con otro —Todo el tiempo vas de aquí para allá buscando solo por tu salvación y no has parado ni un segundo a pensar en las demás personas afectadas a tu alrededor —Su cálido aliento golpeó mi nariz —Ahora contéstame Shivani ¿Quien es la que no tiene empatía aquí? —Se alejó abruptamente de mi y me dejó parada sola en medio del pasillo.

La chica de cristal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora