La Nave del Caos

Capítulo 1.- La sombra de mi Pasado.

Diario de Gregory Joshua:

6 de Junio, 2036

Estoy demasiado asustado... No sé como describir lo que me acaba de pasar... 

Me encontraba caminando por las calles con mis dos amigos Isaac y Sanjay buscando niños patéticos para cazar. Era una noche lluviosa, pero nos cubríamos con las capuchas de nuestras sudaderas. La mía era negra porque soy el líder de los ''Warboys'', nuestra pandilla. Le puse así por el ejército del inmortal Joe en ''Madmax''. La de SanJay es roja por ser el segundo más fuerte de la pandilla y mi mano derecha, y la de Isaac es café por que es el más débil y maricón del grupo. Es café por que pelea como la mierda. Mientras caminábamos escuchamos un ruido extraño haciendo eco en medio de la lluvia. Era un ruido parecido al de una nave espacial fallando

-Chicos... ¿Oyeron eso? -preguntó Isaac  temblando de miedo.

Lo ignoramos completamente.

En eso, se volvió a oír ese mismo sonido 

-Chicos...¿Oyeron eso? -preguntó Isaac de nuevo temblando todavía más temeroso.

-¡Cállate, Idiota! -le grité

No nos importó el ruido hasta que se oyó más cerca de nosotros. Fue en eso cuando vimos arriba de nosotros, y observamos una nave espacial cayendo en picada. Saltamos y caímos en el lodo para evitar ser aplastados por el vehículo futurista que rápidamente impactó en el centro de la cancha.

-Creo que debemos huir... -tembló Sanjay.

Un escalofrío que se juntó con la humedad de la lluvia en mi espalda me invadió por completo, ya que, era Sanjay el que estaba sugiriendo que nos fueramos para evitar enfrentar lo que se avecinaba. Una vez más, me quedé callado para ocultar mi miedo, como había hecho toda la vida. 

De la nave, salió una rampa, y la luminosa puerta se abrió dejando salir un humo que nos nubló la vista, pero que al poco rato se despejó para dejarnos ver un grupo de seres extraterrestres con ojos robóticos rojos que brillaban en la oscuridad de esa noche. Eran extraños anfibios que poseían prótesis metálicas que terminaban en sierras eléctricas.

-Hemos venido a recuperar nuestro reino... -dijo su líder con una voz grotezca que provenía de su boca cubierta por una saliva verde más viscosa de lo normal.

-¿Qué demonios les hace pensar que vamos a permitir que alienígenas imbéciles invadan nuestro planeta? -los confrontó Isaac levantándose con valentía enfrentado el miedo que en ese momento nos carcomía a todos. 

-¡Isaac! ¿Qué chingados estás haciendo? -le preguntó Sanjay temblando.

-¡Cállate, Sanjay! Quiero dejar de ser el maricón de la pandilla por un momento... -exclamó y suspiró poniéndose en posición de pelea.

Los monstruos se rieron escupiendo su asquerosa saliva.

Isaac corrió hacia ellos con el puño listo para golpearlos, pero su líder con la sierra mecánica que tenía por mano le cercenó el brazo izquierdo y luego el derecho, acto seguido, Isaac perdió el equilibrio, y cuando cayó al suelo, los extraterrestres con sus gordos hocicos comenzaron a comerse su cuerpo. 

No lo podía creer, entré en panico, no podía ni siquiera gritar. En ese momento, me oriné en los pantalones y le toqué el hombro a Sanjay, el también estaba horrorizado.

-Corramos... -le dije en voz baja.

Los extraterrestres se seguían comiendo a Isaac, y como unos malditos cobardes dejamos solo a nuestro amigo. Cruzamos la calle que estaba inundada y cuando ya parecíamos estar más lejos de esos alienígenas, la larga y repugnante lengua de uno de ellos amarró a SanJay.

-Amigo, porfavor no me dejes solo... -me rogó Sanjay mientras se agarraba de un árbol para evitar ir a parar a las fauces de esos monstruos.

Yo me quedé quieto viendo sus ojos llorosos que por un momento me recordaron a los míos cuando era pequeño y sentía miedo de disfrutar el recreo por miedo a que Marlon el más grande del salón me golpeara. 

Corrí como siempre corría al salir de clases, tenía lágrimas en los ojos y los miedos que tanto reprimí durante mi infancia se liberaron en mi interior. Pronto, me quedé sin fuerzas para seguir corriendo, y me escondí detrás de un auto. Tomé mi celular y mis audífonos, y reproduje la canción que mi mami me ponía: ''So in Love'' de OMD, era una canción que me traía nostalgia y me daba la felicidad que hace mucho tiempo había perdido. Era el momento de morir, ya que no tenía las fuerzas para continuar, mis 2 mejores amigos habían sido asesinados y yo solo pude oír como un cobarde en vez de protegerlos. Tan solo me dejaré matar por esos terroríficos seres anfibios, y dejaré este mundo de tristeza y horror para dejar de ser perseguido por la sombra del pasado.