Diario de Emi McDowell
9 de Junio 2036.
Después de dormir todo el sábado y llegar sigilosamente a mi cuarto mientras el sol despuntaba por las ventanas de mi cuarto, desperté hoy un domingo nublado con la misma sensación nostálgica que sentía todos los días pero esta vez me pegaba con más fuerza. Al caer dormido en mi cama, logré soñarme a mí mismo en un bosque sentado en un tronco frente a una fogata en medio de una noche oscura. Frente a mí estaba mi papá, pero esta vez no tenía el aspecto triste que siempre acarreaba. Usaba una camiseta negra con el logo viejo de Nintendo, pantalones deslavados y tenis converse negros. Su cabello era café y lacio, el pelo largo se le acumulaba en la nuca y usaba unos lentes de plata en cuyos cristales brillaban sus ojos verdes como muy hermosas gemas. Pero lo que más me llamaba la atención era el collar que colgaba de su cuello, era un collar blanco muy bonito que por poco me deja ciego al brillar a la luz de la fogata.
-Hola, mi amor... -me saludó mi padre esbozando una sonrisa natural.
-Hola, pá... -lo saludé mientras sentía una sensación hermosa en mi corazón que se parecía a la que aparecía cuando me abrazaba a Andrea.
Era un sentimiento de calor y refugio que solo sientes cuando te dejas caer sin preocupación en los brazos de alguien por quien suspiras un amor profundo. A pesar de que hayas dejado de hablar con esa persona, el amor nunca desaparecerá, esa conexión es irrompible. Era como volver a ser inocente de nuevo...
-¿Te encuentras bien? -me preguntó.
-Sí... supongo... -me sobé la nuca con una risa infantil.
-Sé que te dejé cuando eras niño, sé que me viste derrumbarme, pero quiero que sepas que ahí estoy, cuando pienses que estés solo te abrazaré, solo siénteme... -me dijo mientras se sentaba a lado de mí para abrazarme.
De mis ojos empezaron a brotar lágrimas... Al sentir su rostro pegado contra el mío me sentí protegido...
-Mira... te dejaré este collar que me acompañó toda mi vida... Para que sepas que siempre estaré a tu lado y que nunca te dejaré de cuidar... -sonrió mientras me volvía a abrazar.
-Gracias... pá... -sollocé mientras una nostalgia más fuerte que la que sentía diariamente se apoderaba de mí.
Al despertar en mi cuarto, tomé mi celular en cuya funda tenía atrapada con Andrea, logré ver que precisamente tenía un mensaje de ella...
El mensaje decía: Emi... Quiero hablar contigo...
Al leerlo, sentí que algo no estaba bien, pero traté de calmarme y tan solo le respondí:
-¿Qué pasó, mi vida?
Ella me contestó al instante demasiado seca con sus palabras con una simple frase que comenzó el inicio de mi derrumbe:
-Te veo afuera de Newland...
Decidí no ponerme a sobre pensar como un loco tratando de engañar a mi ansiedad con pretextos tontos. Me puse unos tenis y una chamarra para ocultar el hecho de que en realidad traía pijama y salí de mi casa viendo como las nubes grises teñían el techo de soledad y melancolía. Doblé a la esquina y seguí el camino recto por las antiguas y desgastadas casas de mi colonia y logré divisar a Andrea que estaba cabizbaja con su chino cabello tapando sus ojos. Cuando me acerqué a ella logré ver que tenía los ojos rojos y que de ellos caían lágrimas cristalinas por la piel morena de su rostro. Me rompió el corazón verla así.
-¿Qué tienes, Andy? -le pregunté consternado.
-Quiero que terminemos... -me respondió al instante.
El mundo se me vino encima en ese momento y mi corazón se rompió en mil pedazos. Me llevé las manos a la cara y empecé a llorar, pero no de felicidad ni de nostalgia, si no de tristeza... Por primera vez en mucho tiempo me sentí solo...
-Andy, yo te amo... Prometí que te protegería siempre, que a pesar de que poder salir lastimado siempre iba a estar contigo... -lloré agitadamente.
-Emi, por favor cálmate, no quiero verte así, me hace daño verte llorar porque yo te amo... -exclamó.
-Entonces, ¿Porqué carajos me haces esto? -pregunté molesto y roto por dentro.
-Ayer me besé con José Eduardo... -dijo avergonzada. -Por favor perdóname, Emi... -Andrea intentó abrazarme pero yo la aparté, no quería abandonarme de nuevo en sus brazos ya que ese calor que sentía en ella desapareció dejando ahí frío.
No pude evitar sentirme traicionado por mis propios amigos, por la misma gente a la que había jurado amor eterno y a la que me había entregado por completo...
-Emi... -Andrea puso sus manos en mi hombro pero ahora en vez de sentirme bien me sentía triste.
Lo único que pude hacer en ese momento fue correr, corrí por las calles sin ver a los lados. Realmente ya no me importaba mi vida, ya no me importaba nada... Sabía que lo único que me esperaba era completa soledad...
Cuando llegué al parque cerca del fraccionamiento de los Robles me cansé completamente y me senté en las escaleras de los juegos donde los niños jugaban felizmente con sus madres sin importarles la tristeza de aquel día nublado. Me senté en las escaleras pero al final terminé acostándome para mirar al cielo gris mientras me sentía completamente indefenso y perdiéndome entre mis pensamientos me volví a quedar completamente dormido...
Al quedarme dormido profundamente no me di cuenta del peligro al que exponía... y es por eso que ahora he despertado en un cuarto completamente oscuro donde tan solo hay un foco colgando de las paredes sin azulejos que ilumina el lugar donde me encuentro apresado por los barrotes de una cárcel más allá no puedo ver nada más que un resplandor que emana luz a lo lejos... Estoy secuestrado y no sé donde me encuentro.
Toda la ilusión que tenía de un futuro mejor sin ser lastimado se ha muerto, ahora nunca conoceré un mañana con la gente que yo creía perfecta, no hay esperanza, tal vez nunca vuelva a ver la luz del día...
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La Nave del Caos
Fiksi IlmiahUna nave espacial proveniente de un planeta de monstruos cae en la calle: ''Mar de los Vapores'', lo que libera bestias horrorosas que empiezan a causar desapariciones y asesinatos alrededor de toda esa calle. Sin embargo, un adolescente llamado Emi...