Capítulo III

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Una media hora más tarde llegaron a su destino.

Ambos bajaron  del tren.

Ambos caminaron uno detrás del otro.

Llegaron a un edificio de oficinas donde curiosamente ambos trabajaban. 

Tomaron sus respectivos lugares y se pusieron a trabajar como todos los días.

Diariamente lo mismo, pero hoy pasaría algo Inusual…

—Señores!.- habló su jefe para que todos le prestaran atención.

—¡Felicidades, hoy pueden salir temprano!.- anunció muy sonriente

Todos sorprendidos exclamaron —¡Bravo!

Con prisa tomaron sus cosas y se fueron, antes de que el jefe se arrepintiera. A excepción de Saint y Zee.  Ellos se lo tomaron con calma, no había prisa.

Tomaron sus cosas, se miraron pero no dijeron nada. Ambos caminaron hacia el ascensor y salieron del edificio.

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