Viaje en el tiempo (Taang)

Capítulo 2

El bullicio de la ciudad antigua era abrumador, una cacofonía de sonidos y colores que contrastaba con la tranquilidad del Lago Laogai. Aang y Toph se movían entre la multitud, sus ojos absorbiendo cada detalle de esta vibrante civilización perdida en el tiempo.

"¿Alguna idea de dónde empezar?" preguntó Toph, ajustando su tiara de metal. Aunque no podía ver, su percepción sísmica le permitía "sentir" a las personas y los edificios a su alrededor.

Aang frunció el ceño, pensando. "Deberíamos buscar a alguien que pueda darnos información sobre este lugar. Tal vez un historiador o un sabio."

Caminaron hasta llegar a una plaza central, donde un hombre mayor contaba historias a un grupo de niños. Su voz resonaba con autoridad y sabiduría, y los oyentes estaban completamente absortos en sus palabras.

"Él parece un buen lugar para empezar," dijo Aang, señalando al hombre.

Toph asintió y se acercaron al anciano. Aang inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto antes de hablar. "Disculpe, señor. Somos viajeros y buscamos información sobre esta ciudad y su historia."

El anciano los miró con curiosidad, sus ojos brillando con inteligencia. "¿Viajeros, eh? No se ven como los de por aquí. ¿De dónde vienen?"

Aang intercambió una mirada rápida con Toph antes de responder. "Venimos de... tierras lejanas. Estamos interesados en aprender sobre la historia de esta ciudad."

El anciano sonrió, sus arrugas se profundizaron. "Bien, bien. Siempre es bueno ver a jóvenes interesados en la historia. Esta ciudad es Ba Sing Se, la joya del Reino Tierra. Aunque, por sus ropas, diría que han viajado mucho más lejos de lo que admiten."

Toph levantó una ceja. "¿Qué quieres decir con eso, viejo?"

El anciano rió suavemente. "Mi vista puede estar fallando, pero mi mente no. Sus ropas, su manera de hablar... No pertenecen a este tiempo, ¿verdad?"

Aang y Toph se quedaron en silencio por un momento. Finalmente, Aang suspiró. "Es cierto. No somos de este tiempo. Un artefacto antiguo nos trajo aquí, y no sabemos cómo volver."

El anciano asintió, como si esperara esa respuesta. "He oído hablar de tales artefactos, reliquias de los tiempos antiguos que pueden manipular el flujo del tiempo. Si desean regresar, deberán encontrar al Guardián del Tiempo. Vive en una cueva sagrada, más allá de las montañas al norte de aquí."

Toph se cruzó de brazos. "¿Y cómo encontramos a este Guardián del Tiempo?"

El anciano se levantó lentamente, apoyándose en su bastón. "El camino no es fácil. Está lleno de peligros y desafíos. Pero si son tan fuertes como parecen, podrían tener una oportunidad."

Aang asintió con determinación. "Gracias por su ayuda. Iremos en busca del Guardián del Tiempo."

Antes de que pudieran irse, el anciano los detuvo. "Esperen. Tomen esto." Les entregó un mapa antiguo. "Les ayudará a encontrar el camino a la cueva sagrada. Y recuerden, el tiempo es un río que fluye en una sola dirección. No traten de cambiar lo que fue, solo busquen regresar a donde pertenecen."

Aang y Toph tomaron el mapa, agradecidos. "Gracias," dijo Aang. "Haremos todo lo posible por regresar a nuestro tiempo."

Mientras se alejaban de la plaza, Toph habló en voz baja. "Esto se está poniendo interesante. ¿Estás listo para enfrentarte a más desafíos, Twinkletoes?"

Aang sonrió, su espíritu aventurero despertado. "Siempre."

Con el mapa en manos y una misión clara, Aang y Toph comenzaron su viaje hacia las montañas del norte, decididos a encontrar al Guardián del Tiempo y descubrir una forma de regresar a su propio tiempo.