Capítulo 19

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La tormenta finalmente amainó al amanecer, dejando el aire fresco y la tierra húmeda. El grupo salió de la cueva, agradecidos por la calma después de la tempestad. A medida que avanzaban, el paisaje comenzaba a cambiar, tornándose más verde y frondoso. Los ríos y arroyos, hinchados por la lluvia, corrían con fuerza a través del terreno.

El silencio del grupo era palpable, una mezcla de cansancio y tensión no resuelta. Aang no podía dejar de pensar en Toph y en cómo podría ayudarla más. Ella es tan fuerte, pero todos necesitamos ayuda a veces, se recordó a sí mismo.

Toph, por su parte, estaba inmersa en sus propios pensamientos. Aang siempre está ahí para mí, pero ¿qué pasa si me estoy apoyando demasiado en él? Se sentía dividida entre la gratitud por el apoyo de sus amigos y la necesidad de demostrar su propia independencia.

A medida que avanzaban, llegaron a un claro donde decidieron descansar. Katara comenzó a preparar algo de comer mientras Sokka inspeccionaba el área en busca de peligros. Aang se acercó a Toph, quien estaba sentada en una roca, aparentemente perdida en sus pensamientos.

"Toph," dijo Aang suavemente, "¿quieres dar un paseo? Creo que podríamos usar un poco de aire fresco."

Toph asintió, agradecida por la oportunidad de despejar su mente. Se levantó y siguió a Aang por un sendero que conducía a un pequeño arroyo. El sonido del agua corriendo era calmante, y por un momento, ambos caminaron en silencio, disfrutando de la tranquilidad del lugar.

Finalmente, Aang se detuvo y miró a Toph. "Sé que has estado lidiando con muchas cosas. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre. Pero también sé que necesitas encontrar tu propio camino."

Toph suspiró, sintiendo una mezcla de emociones. "Gracias, Aang. Aprecio mucho lo que haces por mí. Pero a veces, siento que no puedo depender de nadie más. Tengo que ser fuerte por mi cuenta."

Aang asintió, comprendiendo sus sentimientos. "Lo entiendo, Toph. Pero recuerda que ser fuerte no significa estar sola. Todos necesitamos ayuda a veces, y está bien aceptarla."

Antes de que Toph pudiera responder, un ruido en el bosque cercano llamó su atención. Ambos se giraron justo a tiempo para ver a un grupo de personas emergiendo de entre los árboles. Sus vestimentas indicaban que eran guerreros, y sus miradas no eran amistosas.

"¿Quiénes son ustedes y qué hacen en nuestro territorio?" preguntó el líder del grupo, un hombre alto y musculoso con una cicatriz en el rostro.

Aang dio un paso adelante, levantando las manos en señal de paz. "No buscamos problemas. Solo estamos de paso."

El líder de los guerreros miró a Aang con desconfianza. "Este es territorio de la Tribu de la Tierra. No se permite el paso a extraños."

Toph, reconociendo la situación, decidió intervenir. "Somos amigos. No queremos causar problemas. Solo necesitamos pasar."

El líder la miró, reconociendo su autoridad. "¿Eres de la Tribu de la Tierra?"

Toph asintió. "Sí, soy Toph Beifong, y estos son mis amigos. Solo estamos viajando a través."

El líder de los guerreros parecía menos hostil, pero aún cauteloso. "Está bien, Toph Beifong. Pero debemos escoltaros fuera de nuestro territorio. No podemos arriesgarnos."

Aang asintió. "Lo entendemos. Agradecemos vuestra hospitalidad."

Mientras los guerreros los escoltaban fuera del territorio, Toph y Aang intercambiaron miradas. La situación había sido tensa, pero la intervención de Toph había demostrado su capacidad para manejar situaciones difíciles.

Al llegar a un punto seguro, los guerreros se despidieron, dejando al grupo continuar su viaje. Katara y Sokka, al enterarse de lo sucedido, miraron a Toph con admiración.

"Lo hiciste genial, Toph," dijo Katara, sonriendo. "Manejaste la situación con mucha calma y control."

Toph sonrió, sintiéndose más segura de sí misma. "Gracias, Katara. Supongo que a veces, ser fuerte no significa solo pelear."

Aang se acercó a Toph, su expresión llena de orgullo. "Exactamente, Toph. Eres fuerte en muchos sentidos, y eso es lo que te hace increíble."

Mientras el grupo reanudaba su viaje, la tensión que había persistido comenzó a disiparse. Aunque sabían que aún quedaba mucho camino por recorrer, también sabían que, juntos, podían superar cualquier desafío. Y para Toph, el apoyo de sus amigos significaba más de lo que podría expresar con palabras.

Esa noche, mientras acampaban bajo las estrellas, Toph se sintió más en paz consigo misma.

Viaje en el tiempo (Taang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora