Casado con mi mejor amigo | ZeeNuNew

CAPITULO 11



—Jesús, estoy tan nervioso. NuNew arqueó una ceja.
—¿La mierda está nerviosa?

—¿Alguien te ha dicho alguna vez que podrías ser el idiota más grande del mundo?

Me tomó la mejilla, se inclinó y me dio un rápido beso en los labios.

—Sí, pero te hice sonreír... y te recordé por qué me amas.

—Nunca tienes que recordármelo. Nunca lo olvidaría.

Habíamos llegado a casa a Portland de nuestra luna de miel a principios de semana. Ninguno tenía más tiempo libre en este momento, así que tuvimos que esperar hasta el fin de semana para conducir hasta Dayton, el pequeño pueblo en el sur de Oregón donde crecimos, para decirles a nuestros padres que estábamos enamorados... y casados... pero que también planeábamos casarnos de nuevo. Era básicamente un desastre, pero nunca había adorado tanto algo tan desordenado en mi vida.

Les habíamos llamado y les habíamos dicho que teníamos que hablar con los cuatro. Todavía vivían al lado del otro. Mamá y papá habían quedado con nosotros en la casa de los padres de NuNew, que estaba justo al final de la calle donde habíamos aparcado. NuNew sabía que necesitaría un minuto.

—En serio, aunque... si no estás listo, no  tenemos  que  decírselo todavía. No te estoy apurando. No cambia lo que somos el uno para el otro.

Negué con la cabeza.

—No. —Sabía que no cambiaba nada, pero quería que lo supieran. Quería que todos lo supieran. Ahora que tenía a NuNew, no planeaba esconderlo—. Pase lo que pase, lo superaremos juntos.

—NuNew y Zee —respondió.

—Malditamente cierto.

NuNew me besó de nuevo, y luego salimos y caminamos hacia la casa. Llamó, luego abrió la puerta. Mamá y papá ya estaban allí, los cuatro riéndose de algo.

—Hola, estamos en casa —dijo NuNew.

—No puedo creer que tengamos tanta suerte y pueda ver a mis hijos dos veces en una semana —dijo Mamá B, abrazando a NuNew y luego a mí. Nuestros padres siempre habían tratado al otro como a su hijo. Aunque mi padre tenía sus problemas, nunca afectó la forma en que trataba a NuNew. Esperaba que fuera lo mismo cuando se tratara de mí.

Mi mamá nos abrazó y besó a los dos después, seguida por el papá de NuNew. Mi papá nos estrechó la mano. No era muy dado a abrazar.

—¿Quieren sentarse? —dijo NuNew, tomando la iniciativa, lo cual aprecié—. Tenemos que hablar sobre algo.

Mamá dijo:

—Sí, por supuesto, pero me estás asustando. ¿Está todo bien?

—Sí, mamá. Todo está mejor que bien. Es perfecto, en realidad. Miré a NuNew, que me miraba fijamente.
La habitación quedó en silencio.  Sin volverme hacia el resto, sabía que ya entendían a dónde iba esto. Tal vez no todo, no podrían haber adivinado la parte de maridos, pero entendieron el punto.

Todos se sentaron.

NuNew me miró como si me preguntara si él debería hablar o yo, pero necesitaba hacer esto. Tenía que ser yo quien le dijera a mi  padre, así que le di a NuNew un pequeño asentimiento. Los dos nos paramos uno al lado del otro frente a ellos y me estiré, enredando mis dedos con los suyos. La mano de Mamá B se disparó, temblando y cubriendo su sonrisa.

—NuNew y yo… nosotros, um… —Pasó su pulgar sobre el dorso de mi mano, tranquilizándome. La tensión salió de mí, como si hubiera abierto una válvula—. Estamos enamorados.