|𝐕|

162 20 61
                                    

|𝟓|𝐅𝐥𝐚𝐜𝐚𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞́𝐬 𝐂𝐚𝐥𝐚𝐦𝐚𝐫𝐨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|𝟓|
𝐅𝐥𝐚𝐜𝐚
𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞́𝐬 𝐂𝐚𝐥𝐚𝐦𝐚𝐫𝐨

Capítulo dedicado a: Sam_omg 🩵

Miré a Paul con los ojos entrecerrados, tal vez intentando ver alguna pista en su comportamiento y en sus ojos que me dieran a entender lo que le estaba pasando.

— ¿Qué tanto le ves al becado, John? — Stuart se acercó a mí con una cajita de jugo en sus manos y me aventó una al cachete, solté un quejido y le pegué pero aún así me llevé el jugo que me había comprado.

— Queti. — Murmuré mientras separaba el popote de la caja de jugo y la insertaba en el mismo. Sorbí un poco y me di cuenta de que era de sabor manzana, mi favorito.

— ¿Queti? — Arrugó el ceño y me miró con curiosidad.

— Qué te importa. — Contesté mientras mi mejor amigo rodaba sus ojos, miré a Paul de nuevo y me pude dar cuenta de que estaba dando algunos garabatos en su cuaderno. La clase ni había comenzado porque la profesora se retrasó y eso, queridos amigos míos, no era normal. — ¿Qué crees que le pasó a Paul?

— ¿De que o qué? Yo lo veo normal.

— No, algo le sucedió. Él todos los días habla normal con sus amigos esos, el colmilludo y el narizón. — Recordé fugazmente lo que había pasado en la mañana. — No les hizo mucho caso en la mañana, tú estuviste ahí.

— ¿Tal vez no tenía muchas ganas de hablar? Yo que sé, John. La gente no amanece con los mismos ánimos todos los días.

— ¡No, presta atención! También todos los días en clase les manda mensaje, además de que a veces se me queda viendo por varios segundos y frunce el ceño, hoy apenas y me miró... — Murmuré.

— Espera, ¿no era que a ti te caía mal Paul?

— No, Stuart. Bueno, o sea sí, me cae mal, lo odio y todo eso, pero me molesta que no esté de fastidioso como todos los días. No me gusta que esté así, me gusta más que me pegue y me haga sangrar la nariz, ¿comprendes? — Expliqué incluso con mis manos, incluso hice algunos ejemplos gráficos de mis propias palabras con mis manos, todo bajo el ceño fruncido de Stu.

Analizó mis palabras y cuando llegué al final, se acercó a mi oído y murmuró con seriedad. — ¿Eres masoquista o qué, John?

Me alejé mientras solté una pequeña risa. — ¡Claro que no, imbécil! Es solo que prefiero que me maltrate a que esté así de pesimista, no es tan complicado de entender.

𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄𝐒 | 𝘔𝘤𝘓𝘦𝘯𝘯𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora