|𝐈𝐗|

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|𝟗|𝐒𝐮𝐝𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐚𝐆𝐮𝐬𝐭𝐚𝐯𝐨 𝐂𝐞𝐫𝐚𝐭𝐢

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|𝟗|
𝐒𝐮𝐝𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐚
𝐆𝐮𝐬𝐭𝐚𝐯𝐨 𝐂𝐞𝐫𝐚𝐭𝐢

Pasé a lado de una viejita que se me quedó viendo bien feo, pero la ignoré y por eso mismo puse más enfoque en llegar a la primera clase, aún sabiendo que posiblemente ni iba a llegar y me quedaría afuera como un perro, perdiendo el tiempo.

De pronto, mi teléfono comenzó a vibrar y me di cuenta de que era una llamada de Stuart, contesté sin dudarlo mucho.

— ¡¿John, dónde estás?! ¿Si vas a venir, verdad? ¿O es que me mentiste y ahora me toca quedarme solo todo el día y...— Lo interrumpí a media frase.

— ¡Estoy de camino, Stu! Solo se me hizo un poco tarde, pero ya voy. — Exclamé, acelerando aún más mis pasos.

— ¡Te extraño, John! Ven rápido o voy a tener que sentarme con los otakus y metaleros rancios del salón, te lo pido. — Comenzó a llorar de una manera demasiado humorística que incluso solté unas pequeñas risitas, aunque ya me estaba casi ahogando por correr y reír al mismo tiempo.

— ¡Adiós, guárdame un lugar en el salón! — Grité en el teléfono y lo iba a aventar a cualquier lado para irme casi volando al campus, pero me acordé de que era mío y mejor lo guardé en el bolsillo de mi pantalón.

Ahora, necesito pensar en algo para que el camino se me haga más corto. Muy bien, ¿en qué puedo pensar? Tal vez en distintas maneras de pegarle a Stuart, en qué hacer después de la escuela para no perder el tiempo. ¿Será que puedo regresarme y aventar a la viejita a la calle por mirarme así de feo? No, tal vez me empiece a perseguir con su bastón y después llego tarde a la universidad, me expulsan por flojo y me quedo en bancarrota.

Bueno, tampoco es que eso llegase a pasar, no sería muy probable.

Me pregunto cuáles serán los planes de Paul para cuando salgamos de la universidad... Meh, seguro ser más rarito.

...

Casi me tiro sobre el césped del campus cuando llegué, Stuart llegó corriendo tan rápido que pensé que se iba a lanzar sobre mí como el gay que es. Pero me miró aterrorizado y, por eso mismo, alcé una ceja en su dirección.

— ¿Qué me ves, homosexual? — Le fruncí el ceño y se quedó viendo el piso, como si hubiese visto el secreto más bizarro del mundo entero, como esos Tiktoks todos rancios con música de indios de fondo.

Pero, ojo, no hate a los indios.

— John, ¿acaso tenía que venir con chanclas hoy? — Sus labios comenzaron a formar una mueca que intentaba amortiguar su risa, cosa que no tuvo mucho éxito porque comenzó a reírse a carcajadas cuando vio mi cara completamente seria.

𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄𝐒 | 𝘔𝘤𝘓𝘦𝘯𝘯𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora