╰•★「08」

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───¿Otra vez viendo a Duxo?


El castaño no respondió a la pregunta de su amigo con capucha amarilla.

Su mirada estaba fija en el chico nuevo junto a Duxo, y no podía evitar sentirse enojado o, más probablemente, celoso. La presencia de Locochon junto a Duxo, ocupando el lugar que solía ser suyo, le hacía sentir una punzada en el pecho que no lograba entender del todo.

Pero lo que colmó el vaso fue que, cuando sonó la campana para el recreo, vio cómo Locochon se acercó al oído del de menor estatura, susurrándole algo. Ver a Duxo reírse después de eso le hizo sentir un profundo odio hacia el chico nuevo sin siquiera conocerlo. ¿Quién se creía él para estar tan cerca de su amigo?

Aquino solo había faltado un día. ¿Cómo podían suceder estas cosas?

───¿Te encuentras bien, Aquino? ───habló Soarinng, intentando saber qué le pasaba a su amigo.

───¡Cómo es que ese estúpido pudo sacarle una sonrisa como si nada, cuando a mí me costaba tanto! ───respondió Aquino con frustración.

La rabia en su voz era evidente, y Soarinng observó cómo Aquino apretaba los puños, su mirada fija en la escena que se desarrollaba ante ellos; Duxo se alejaba, mientras que atrás le seguía locochon.


───Tranquilo, Aquino ───dijo Soarinng en un tono conciliador. ───Solo es el segundo día de ese chico aquí. No puedes dejar que te afecte tanto.

───¿Tranquilo? ¿Segundo día? ¡Eso es peor! ───Aquino se giró hacia su amigo, sus ojos ardiendo con una mezcla de ira y desesperación. ───No entiendes, Soarinng. Duxo y yo hemos sido amigos desde siempre. ¿Cómo puede alguien aparecer de la nada y. . . y. . .

Las palabras se le atragantaron en la garganta. La frustración y el dolor eran demasiado fuertes como para expresarlos adecuadamente. Soarinng colocó una mano en el hombro de Aquino, tratando de ofrecerle algo de consuelo.










╚» Con Duxo y Locochon «╝


───¿Por qué estás aquí? ───Lo miró Duxo, haciendo que sus lentes de descanso se cayeran levemente por su nariz.

───Para ver que realmente hagas mi tarea y porque me gustan los lugares cerrados, y este salón es perfecto ───dijo Locochon, volviendo la vista a su celular.

───Tu presencia solo me desconcentra.

───Uy, perdón. ¿Me vas a subir más el precio? ───Soltó una pequeña risa al decir lo último.

───Mejor lárgate, que si no te cobro más.

───No me iré. Por eso nadie te soporta, ctm. . . sabes qué, me voy a comprar algo y después regreso ───dijo Locochon, levantándose y saliendo de aquel lugar.

Duxo suspiró, aliviado por la repentina paz, pero también irritado por la insistencia de Locochon. Miró la tarea frente a él, tratando de enfocarse, pero su mente seguía divagando, llena de preguntas y frustraciones.

˜"*°•.Mi Maldición; Ojos lilas𓂀.•°*"˜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora