───Supongo que dormiré aquí; después de todo, el parque es lo más seguro...
Duxo, quien apenas había salido de la preuniversitaria, se encontraba sentado en una banca. Decidió quedarse ahí, ya que quería evitar discusiones con su madre.
Habían pasado las horas, y Duxo había estado hablando con Locochon sobre videojuegos, las cosas que les gustaban, y, por supuesto, Locochon quería terminar de contarle lo que le estaba diciendo en la salida. Pero justo cuando la conversación se estaba poniendo interesante, la batería del teléfono de Duxo se agotó.
Frustrado y aburrido, ya que su única fuente de distracción había muerto hace unos segundos, Duxo miró a los costados y vio que ya había poca gente en el parque. Decidió darse una pequeña pero larga siesta, estando sentado; una posición bastante incómoda, pero prefirio eso antes de echarse en el banco y parecer un vagabundo.
A medida que cerraba los ojos, el cansancio del día finalmente comenzó a apoderarse de él. Los murmullos distantes del parque y el suave susurro del viento entre los árboles lo ayudaron a relajarse un poco. A pesar de todo lo que había pasado, en ese momento, la tranquilidad del parque le ofrecía un breve respiro.
.
.
.
.
───Chau Soarinng.
Aquino salía de la casa de Soarinng después de haber pasado el rato. Hacía tiempo que no se reunían fuera de clases, y ahora, caminando hacia su casa, se topó con ese dichoso parque donde, oh sorpresa, vio a Duxo.
───¿Ese es Duxo? Qué raro, él casi nunca sale al parque. . .────Aquino lo miraba incrédulo. ───Creo. . . creo que ya es hora de hablar con él. Después de lo que pasó hoy, ni siquiera le dije algo. ¡Ahg. . . soy un mal amigo!
Fue caminando hacia el ojilila y cuando ya estaba lo suficientemente cerca. . .
───Hola. . . ¿Estás bien? Me preocupó mucho lo que pasó hoy en la escuela. . .
───¿Mmm?───Duxo, medio dormido, miró hacia arriba y vio una silueta, era Aquino, lo cual no tomó muy bien. ───Oh. . . eres tú. ¿Ahora sí te importó? ¿Cuando nadie nos está mirando, no?
───No digas eso, yo no pienso eso, solo. . . no pude ir a ayudarte.
───¡Por favor, no inventes excusas! De esas hay varias. Ni siquiera quisiste sentarte conmigo, ¡me evitaste todo el día y no solamente hoy, últimamente son todos los días! Viste que todos me evitaban y tú hiciste lo mismo.
───¡No es mi culpa que todos te molesten por tus extraños ojos! ¿Quieres que yo te resuelva todos tus malditos problemas? Además, no eran todos. Estabas con Locochon. ¡Tú fuiste el primero en evitarme!
Esas palabras, esas simples y miseras palabras, hicieron que el mundo de Duxo se derrumbara. Se sentía roto, muy roto.
───M-Mis ojos. . . ¿son extraños p-para ti también?
En ese momento, el ceño fruncido de Aquino se suavizó y su cara quedó en blanco. No podía creer lo que había dicho.
───N-No quería. . . yo no quise decir eso. . . tus ojos no son extraños, no me parecen extraños.
───Ya deja de hablar. . . No me hagas creer que mis ojos "son lindos" cuando acabas de decir todo lo contrario.
───No, Duxo, espera, por favo- ───Aquino intentó detener a Duxo al ver cómo este se levantaba y se iba. Agarró su mano tontamente, solo para que el ojilila se la quitara inmediatamente.
![](https://img.wattpad.com/cover/371566195-288-k986419.jpg)
ESTÁS LEYENDO
˜"*°•.Mi Maldición; Ojos lilas𓂀.•°*"˜
Random"¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘵𝘢𝘯 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘰 𝘦 𝘪𝘯𝘤𝘭𝘶𝘴𝘰 ú𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘳 𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘤𝘪ó𝘯?". . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Edad de los protas: Aquino: 16 Duxo: 15 ...