╰•★「03」

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───Mierda, Mierda, Mierda, Mierda, Ahg

Después de salir corriendo del parque, Duxo se dirigía rápidamente hacia su casa, la cual no quedaba muy lejos. Cada paso resonaba con la urgencia de escapar de lo que acababa de suceder. Sus pensamientos estaban en un caos absoluto mientras corría por las calles conocidas.

El corazón le latía con fuerza, mezclando el miedo con una sensación de liberación al alejarse del escenario que había dejado atrás. Llegar a casa se convirtió en su única prioridad, ansiando un "refugio" temporal donde poder procesar lo ocurrido y decidir cómo enfrentar las consecuencias de sus acciones.

───¿Por qué hizo eso? le dije que no podía venir conmigo, ah maldita sea. . .

Al estar dentro de su casa, empezó a revuscar el pequeño cajón que tenía.

───Puta madre, ¿donde esta?, ¿DÓNDE MIERDA ESTÁ?───Con las lágrimas retenidas, escuchó unos pasos que al toque lo pusieron en pánico. Haciendo que su corazón latiera a mil.

───¡IMBÉCIL! ¡Te dije que no llegaras a casa! ¡QUÉ MIERDA HACES AQUÍ!

Duxo aún en el piso, miró arriba.

───Ma-madré. . . y-yo t-tú no me dijiste, n-na-

───¡CÁLLATE! ───Dijo para darle una bofetada─── ¡ERES UN INUTIL! ¿¡Una orden tan simple y no pudiste cumplirla!?

A punto de recibir otro golpe por parte de su madre, a lo lejos Duxo escuchó la voz, reconocible entre mil, seguramente el novio de su madre.

───¡Cariño!, vamos a tu cuarto a divertirnos~, ¿qué haces con este imbécil? , deja de perder el tiempo. . . . A menos que quieras unirlo a nuestro jueguito~

───No digas estupideces, vamos a la habitación

───JAJAJAJA ¡Entonces muévete chiquita! . . . . Hey Duxo, te ves muy lindo llorando, nos vemos.

Duxo, con la cabeza agachada y temblando, lágrimas brotando sin control, empezó a buscar en su cajon el envase de sus lentillas para poder quitárselas y dormir tranquilo, decidió cerrar la cortina que servía como puerta y luego se metió en el armario. Se acurrucó allí mientras abrazaba a su peluche de pingüino, el único juguete que había tenido durante su infancia, el lugar donde podía encontrar algo de paz en medio del torbellino emocional que lo abrumaba.









☆═━3 días después━═☆









☆═━Día de clases━═☆




───Oye Aquino te he notado muy preocupado, ¿qué tienes? Aparte, ¿por qué faltaste?

───Parece que hoy tampoco vendrá Duxo, falte porque me sentía mal.

Soaring, siendo su amigo de años, no se tragó esa mentira. Conocía demasiado bien a Aquino y sabía que su malestar tenía que ver con algo más profundo, seguramente con ese chico del que tanto hablaba. Aunque intentaba ocultarlo, Soaring podía ver la tristeza en sus ojos y escuchar la pesadumbre en su voz. 

˜"*°•.Mi Maldición; Ojos lilas𓂀.•°*"˜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora