#14. Intentarlo

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Recuerda que si te gusta la historia no olvides de dejar tu estrellita¡! ⭐️

"Las estrellas le aportan luz al nocturno cielo, hacindo que se vea más bello. Por eso, mismo él es cómo una, tan lindo y brillante como una estrella"

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El almacén estaba en silencio, salvo por el eco de los pasos de Hawks mientras caminaba entre las sombras, buscando una salida a su propia tormenta interna. La tenue luz que se filtraba desde el techo roto iluminaba apenas su figura, resaltando las plumas desordenadas de sus alas, que parecían al borde del colapso. El ciclo de celo había drenado sus fuerzas, y la presencia de Dabi solo complicaba todo más.

Dabi estaba apoyado contra una pared, observándolo en silencio. Sus ojos, normalmente duros y calculadores, ahora tenían un brillo inquietante. 

No era la primera vez que lo veía así: agotado, vulnerable, y al borde de rendirse. Pero había algo diferente esta vez. Hawks no estaba huyendo.

—¿Por qué sigues aquí? —preguntó Hawks finalmente, sin voltear a mirarlo. Su voz era apenas un susurro, rota por la fatiga.

Dabi no respondió de inmediato. Encendió un cigarrillo y lo llevó a sus labios, inhalando profundamente antes de responder. La brasa iluminó fugazmente las cicatrices en su rostro, dándole una apariencia aún más espectral.

—¿Tú qué crees? —replicó, soltando una nube de humo que se perdió en la oscuridad.

Hawks giró lentamente para enfrentarlo. Sus ojos dorados, normalmente llenos de una chispa de seguridad y desparpajo, ahora estaban apagados, como si el peso de todo lo que llevaba dentro estuviera aplastándolo.

—No lo sé, Dabi. No entiendo qué es lo que quieres de mí.

Dabi se separó de la pared y caminó hacia él, sus pasos resonando en el espacio vacío. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se inclinó ligeramente hacia adelante, obligando a Hawks a mirarlo directamente a los ojos.

—Quiero lo que siempre he querido —dijo en un tono bajo, casi amenazante—. A ti.

Hawks apretó los labios, conteniendo una respuesta sarcástica que sabía que no serviría de nada. En lugar de eso, dio un paso hacia atrás, intentando mantener una distancia segura.

—Eso no es amor —replicó, con una mezcla de tristeza y frustración—. Es obsesión. Y no puedo... no puedo seguir siendo tu prisionero.

Las palabras golpearon a Dabi como un puñetazo, pero su expresión no cambió. Sólo se quedó ahí, mirándolo, con las manos apretadas en puños. Las llamas comenzaban a danzar en sus palmas, un reflejo de la lucha interna que estaba librando.

—¿Crees que es tan fácil? —gruñó, dando un paso hacia adelante—. ¿Crees que no he intentado...?

—¿Intentado qué? —lo interrumpió Hawks, alzando la voz por primera vez—. ¿Intentado dejar de usarme como una forma de calmar tu maldita culpa? Porque eso es lo que pareces querer: alguien que justifique todas las cosas horribles que has hecho. Pero yo no soy eso, Dabi.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Dabi retrocedió un paso, sus llamas extinguiéndose de golpe. Por un momento, Hawks pensó que había logrado llegar a él, pero entonces vio cómo una amarga sonrisa torcía los labios de Dabi.

—Tal vez tengas razón —admitió, su voz ahora apenas un murmullo—. Tal vez sólo te estoy usando. Pero ¿qué esperas que haga? Eres lo único que...

Se detuvo, incapaz de terminar la frase. Hawks sintió un nudo formándose en su garganta, pero no dejó que sus emociones lo dominaran.

—No puedo arreglarte, Dabi —dijo finalmente, con una tristeza palpable en su voz—. Y tú tampoco puedes arreglarme a mí.

Dabi lo miró fijamente, como si estuviera grabando cada una de esas palabras en su memoria. Luego, sin previo aviso, dio media vuelta y se alejó, dejándolo solo en medio del almacén.

Horas después, Hawks se encontraba en lo alto de un edificio, mirando la ciudad que se extendía bajo él. Su ciclo de celo había comenzado a amainar, pero el vacío que sentía no había desaparecido. Se preguntó si había hecho lo correcto al confrontar a Dabi de esa manera. Tal vez había sido demasiado duro, o tal vez había dicho exactamente lo que necesitaba escuchar.

El sonido de pasos lo sacó de sus pensamientos. Giró rápidamente, preparado para defenderse, pero no era necesario. Era Dabi.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Hawks, sorprendido.

Dabi no respondió de inmediato. Caminó hacia él, pero esta vez no había agresión en sus movimientos. Parecía... diferente. Menos intenso, más humano.

—No lo sé —admitió finalmente, deteniéndose a unos pasos de él—. Pero supongo que no quiero que esto termine así.

Hawks lo observó en silencio, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Pero antes de que pudiera decir algo, Dabi continuó.

—No sé cómo hacerlo —confesó, sus manos temblando ligeramente—. No sé cómo ser alguien que valga la pena para ti. Pero quiero intentarlo.

Por un momento, Hawks no supo qué decir. Parte de él quería creer en esas palabras, pero otra parte sabía que el camino que tenían por delante sería casi imposible de recorrer.

—Esto no va a ser fácil —dijo finalmente, con un tono serio—. No sé siquiera si va a funcionar. Pero si realmente quieres intentarlo, entonces...también lo haré.

Dabi asintió lentamente, un destello de algo parecido a esperanza cruzando por su rostro. Luego, extendió una mano hacia Hawks. Él la miró por un momento antes de tomarla, sintiendo el calor de las llamas que siempre parecían acechar bajo su piel.

Ambos se quedaron así, en silencio, mientras el viento soplaba alrededor de ellos. La ciudad seguía latiendo bajo sus pies, indiferente a la pequeña tregua que habían alcanzado. Y aunque ninguno de los dos sabía qué les deparaba el futuro, en ese momento, estaban dispuestos a averiguarlo juntos.

Las luces de la ciudad brillaban como estrellas en la distancia, y con un batir de alas y el resplandor de una llama, desaparecieron en la noche, dejando tras de sí una historia inacabada y un sinfín de posibilidades.

Las luces de la ciudad brillaban como estrellas en la distancia, y con un batir de alas y el resplandor de una llama, desaparecieron en la noche, dejando tras de sí una historia inacabada y un sinfín de posibilidades

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𝐏𝐨𝐫 𝐓𝐢 | 𝖣𝖺𝖻𝗂 𝗑 𝖧𝖺𝗐𝗄𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora