Con una de por medio, sobra.

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Me desperté a la mañana siguiente, preocupada porque mis padres o mi tío viesen a Zayn en la cama y se pensaran lo que no era. Pero me sorprendí al darme cuenta de que él ya no estaba. Supongo que se fue cuando me quedé dormida, para no provocar esa reacción en mi familia, ni la preocupación en la suya, al no verle en casa.

Bajé a la cocina, a intentar desayunar, sin hambre, pero a intentarlo al menos. Allí se encontraban mi hermano y mi tío. Mis padres ya se habrían marchado a trabajar, supongo.

-Buenos días. ¿Qué tal estás hoy Fred? -Pregunté sin antes obtener respuesta al saludo.

-Algo mareado, pero bien. Christian se pasará luego a verme a casa. -Me sorprendí de que hablase con tanta naturalidad delante de Hugo, ya que nadie de la familia sabía nada... Me puse algo nerviosa antes de que mi hermano mayor preguntara por qué tenía que venir Christian. Pero no paso nada. Ninguna reacción. Miré a Hugo intentando descifrar lo que pensaba, pero por el contrario, fue el quien supo que era lo que estaba pensando.

-Abie, sé lo que le pasa... Me lo estuvo contando.

-¿A sí? -Pregunté contenta de que Fred hablase de si mismo. Eso solo puede ser bueno y significar que quiere realmente luchar por su recuperación, si no, naturalmente no lo contaría, porque sabe que cuanta más gente lo sepa, más pendientes vamos a estar de él. -¿Y cuándo se lo has dicho?

-Esta mañana. -Contestó mi tío.

-¿Lo saben papá y mamá?

-Aún no. -Respondió esta vez Hugo, que por lo visto, le había hecho esa misma pregunta minutos antes.

-¿Aun?

-Si... Bueno, tengo pensado decírselo, pero no encuentro el momento... -Habló mi adorado tío.

-Tío... Nosotros estaremos a tu lado cuando se lo digas, si tu quieres... A lo mejor de esa manera, es más fácil. -Hugo habló en nombre de los dos.

-Sois fantásticos chicos, de verdad. Pero prefiero hablar con vuestros padres yo solo... Será lo mejor. Muchas gracias de todas formas pequeños.

-No nos des las gracias tío. Tu eres el que siempre nos apoya. -Hablé yo también en nombre de los dos.

-Ya hace tiempo que no lo hacía. -Se refería al tiempo que hace que no nos veíamos. Si que es verdad que teníamos mejor relación hace años.

-Fred eso no es culpa tuya. -Le regañé. -Papá y mamá son los que se empeñan en viajar. Y tu no puedes hacerlo. Tu tienes una vida, un hogar, unos pacientes, una casa... No puedes culpabilizarte por no vernos, porque no es tu culpa.

-Ni tampoco la de vuestros padres, Abie. Es parte de su trabajo. Tienen que buscar socios y nueva forma de expansión.

-Lo sé tío. Pero no quiero que te culpes tu. Lo único que quiero es que te recuperes, y verte sonreír, como hace años que no lo veo. Quiero verte feliz. Feliz, y con ganas de vivir. Me lo has prometido, ¿recuerdas?

-Lo recuerdo pequeña.

-o-

Llegamos al instituto minutos más tarde de que mi tío y mi hermano insistieran en que comiese dos piezas de fruta para desayunar. Ya dentro de la primera clase, la cual no tenía con mi hermano, visualice a Luke. No quería enfrentarme a la conversación que teníamos pendiente así que hice todo lo posible para que no me viera, y así no hablar con el. No era lo que más me apetecía en ese momento. Me centré por completo en la clase, evadiendome de toda la realidad, y cuando sonó el timbre, fui al baño para refrescarme, y evitar de esa manera ver a Luke.

-Ey Abie, ¿qué tal estás? -Preguntó Liam cuando me vio salir del baño.

-Hola, bueno, no muy bien. ¿Y tu?

-¿Qué ha pasado? -Dijo ignorando mi pregunta.

-Liam, por favor, no disimules, sabes perfectamente que me pasa.

-Prefiero cerciorarme... -Habló apenado.

-Luke, me pasa. Tu dijiste que me quería. Si quieres a alguien, no le pones los cuernos, ¿sabes?

-Abie, no...

-Liam, ni se te ocurra defenderle, por favor. Tampoco quiero que te compadezcas de mi, ¿vale?

-¿Has hablado ya con él?

-No.

-Al menos merece poder explicártelo. Ya sé que ha sido un completo imbécil, pero todo el mundo debería tener la oportunidad de explicarse.

-Lo sé... Quiero hablar con él. Pero aún no. Déjame afrontarlo primero, ¿vale?

-Tomate el tiempo que creas necesario.

-Lo haré. -Dije intentando sonar lo menos borde posible. -Tengo que irme, no quiero llegar tarde.

El resto del día fue básicamente lo mismo. Me escondí todo lo que pude. Pasé el día sola. En el descanso me fui a la biblioteca a avanzar materia. Y a la salida le dije a Hugo que iba andando yo sola a casa. Ni si quiera ví en todo el día a Cece o a Zayn. No me apetecía. Solo quería pensar, quería ese día estrictamente para mí. No quería lágrimas. Y hablar con la gente, solo me haría recordar viejas decepciones y llorar.
Sé que tengo que dejar los malos recuerdos atrás. Pero cada vez que uno nuevo se crea, parece que todos vuelven a venir, más fuertes aún. Es ridículo lo sé... Pero lo único que quiero es dejarlo estar.

Al rededor de las seis de la tarde, la melodía de móvil comenzó a sonar, haciendo que dejase de tocar la guitarra, para ver quién era la persona que llamaba. La verdad es que me decepcioné bastante al ver el nombre de mi prima en la pantalla... La quiero un montón, pero una parte de mí, esperaba que fuera Luke quién llamará, para disculparse, o al menos explicarse...
Dudé en cogerlo o no, pero al final me decanté por lo primero. Sé que sí no, Cece se enfadaría, y además ella no tiene la culpa de nada.

-¿Si? -Pregunté al descolgar.

-Abie, ¿cómo estás? Me he enterado de lo de... -Dudó en decirlo, así que decidí acabar yo la frase.

-De lo de los cuernos, sí...

-Sí, de eso.

-¿Quién te lo ha contado?

-Pues verás, de eso quería yo hablarte... Me lo ha dicho Luke.

-¿En serio? ¿Te lo cuenta a ti, pero no a mí? Que huevos tiene. -Hablé cabreada. Muy cabreada. Y sobretodo decepcionada.

-Abie, tranquila... Está aquí.

-¿Aquí dónde?

-Aquí, conmigo. Bueno, no estamos solos, están también Harry, Ash y Zayn.

-Y qué estáis, ¿echándoos unas risas a mi costa?

-Abie, ¡Claro qué no! Es que Luke quiere hablar contigo y le he dicho que primero quería hablarte yo... Sólo quería saber si quieres hablar con el... Porque de no ser así, pues no sé... Así te ahorrabas el mal trago.

-¿Estás de coña? ¿Tu no te enfadabas porque yo me había metido en tu vida con lo del payaso de Joel? ¿Pues qué es lo qué estás haciendo tu ahora?

-Eso... Eso es que no quieres hablar con el, ¿o qué sí?

-Mira, si Luke quiere hablar conmigo, punto uno: que ni se le ocurra hacerlo por teléfono, que es patético; punto dos: que esté el solito, o que al menos, sea con la otra, ya para acabar con el cachondeo; y punto tres: no hacen falta personas intermediarias, que ya con una de por medio, creeme que hay de sobra. -No escuché nada más, ya que colgué el teléfono. Como ya dije antes... Hoy no quiero lágrimas. No pienso permitir darle el lujo de hacerme llorar. Eso ya lo ha conseguido un montón de gente... Además, nunca he querido llorar por un chico. Y está claro que lo voy ha hacer, pero quiero mantener ese frase sin romperla, al menos un día más.

Better than wordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora