5. the room

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El blondo se despertó gracias a el sonido de la puerta cerrándose, suponía que ya había amanecido, ya que aquello era difícil de saber debido a la persistente oscuridad en el cielo.

Notó la luz de la habitación ser nublada por algo, así que supuso que había alguien sobre de él, y abrió sus ojos rápidamente soltando un golpe instintivo hacia arriba.

-si no querías desayunar pudiste solo decirlo- reprochó colocando una de sus manos en su nariz, de la cual había comenzado a salir sangre por un rasguño

-no te aparezcas de la nada- se quejó sentándose en la cama

-disculparte no te haría mal- reclamó colocando el plato con comida en la mesa

-no me importa tu opinión- talló su cara para despertarse mejor

-¿No vas a comer?- cuestionó al blondo

-No voy a aceptar nada que venga de tu parte- se negó

-Si no comes vas a morirte ¿no?- alzó una ceja en busca de respuesta -no puedes salir de aquí a cazar-

-es lo que comen los sirvientes, lo prepara la mamá de Midoriya, no voy a envenenarte o algo así- explicó 

-no puedo confiar en tí, literalmente no te conozco- respondió Katsuki

-¿Qué propósito tendría matarte?, tu fuiste el que intentó hacerlo de hecho- le animó a comer

-tch, bien- enterró el tenedor en aquel pedazo de carne con rabia -pero no te debo nada por esto- aclaró mordiendo de mala gana

El semialbino sonrió siendo descubierto por Katsuki.

-¿De qué te ríes bastardo?- reclamó 

-¿yo? de nada- giró su cabeza 

-maldito idiota- insultó soltándole un gruñido dándose la vuelta para darle la espalda y seguir comiendo

Aquello le sacó una leve risita al vampiro, que no era burlesca, más bien, aquel rubio se le hacía bastante tierno.

-¡Shotooo!- escuchó un grito fuera de la habitación, borrando su sonrisa

-bueno, voy a irme, nadie tiene permitido entrar, ya que dijiste que no querías a nadie aquí, pero si necesitas algo, puedes llamar a Midoriya- explicó

-Puedes andar libremente por el castillo, el viejo no estará aquí, así que estás seguro- añadió colocando su capa y acomodando los olanes de sus mangas

-tu cuello está chueco- dijo sin más

-oh gracias- lo acomodó peinando su cabello y saliendo de la habitación.

El silencio inundó aquel lugar, si bien fingía que odiaba la presencia del semialbino, aunque no llevaba tanto tiempo con él aquello no era verdad, tampoco le terminaba de agradar al 100%, pero por lo menos no lo estaba jodiendo como era la costumbre de los vampiros.

El escapar ya no estaba en sus opciones, iba a quedarse un tiempo considerable allí para espiar las conductas y experimentar con debilidades de aquellos conquistadores hasta encontrar algo que pudiera usar en contra de Endeavor.

A decir verdad, no se sentía ni en confianza ni con la seguridad de rondar por el castillo, así que simplemente esperó en aquella habitación comenzando a curiosear por ahí para entretenerse mientras el menos de los Todoroki llegaba.

Recorría el gran cuarto hasta toparse con el enorme clóset que tenía un espejo junto, no sabía para qué si los vampiros no podían observarse en este, a menos que fuera uno especial o algo así, tal vez había sido hecho por los hechiceros del reino, en fin, notó que estaba chueco así que se decidió a componerlo.

Pero en su lugar descubrió que era una puerta, algo bastante cliché a decir verdad. No quería meterse en asuntos ajenos pero su curiosidad picaba bastante, además ¿que era lo peor que podía pasar?

Probablemente solo era una habitación secreta que servía como refugio o algo así.

Entró notando que solo era un muy pequeño y corto pasillo, en el cual solo cabía el y tal vez otra persona, ya que daba a otra puerta roja, con ornaduras y manija doradas. ¿Iba a entrar? definitivamente.

Esperaba de todo, inclusive encontrar cuerpos o algo así, pero en su lugar encontró algo que jamás pasó por su cabeza. Perecía una habitación de tortura, pero no tenía objetos que realmente lastimaran a alguien, al menos no de una mala forma.

Se perturbó levemente pero igual fue a dar una vuelta entre todos aquellos arneses, collares, velas y cuanta cosa más, no cabía duda que los vampiros eran unos depravados sexuales.

-¿Bakugou?- mierda, habían pillado -¿qué haces aquí?- cuestionó extrañado Shoto

El semialbino había regresado y al no encontrar al rubio por ningún lado, se sentó en su cama por unos minutos, notando que la puerta de la habitación oculta estaba semiabierta y esto lo confirmó cuando la abrió notando que la otra puerta estaba completamente abierta.

De ahí vio al rubio observando toda la habitación y se acercó cuidadosamente con sigilo y curiosidad.

-no tenía nada mejor que hacer así que descubrí este lugar- comentó sin notar que estaba avergonzado y su rostro era similar a un jitomate

-no sabía que fueras un pervertido- comentó al respecto

-¿que?no, yo no...bueno sí es técnicamente mío porque está en mi habitación, pero todos los vampiros tienen uno, es un cuarto de juegos,  se supone que se usa con sus juguetes de sangre- explicó nervioso imitando el color del blondo en sus mejillas

-¿ese se supone que soy yo?- cuestionó alzando una ceja tras escuchar el ultimo término utilizado

-en teoría- confirmó 

-vaya- volvió a recorrer el cuarto con la mirada

-¿por qué? ¿te da curiosidad...?- su posible insinuación se vio interrumpida por una cachetada de Katsuki

-claro que no- negó rápidamente tras reiniciarle la vida al semialbino

-okey, entiendo, no te gusta sentirte dominado, mi error- se disculpó

-tienes bastante fuerza- añadió mirando fijamente al más bajo

El blondo volvió a cachetearlo.

-no se te ocurra ni pensar que voy a dejarme dominar por alguien, menos por un anormal como tú- amenazó tomando de los olanes del cuello al heterocromo

-¿anormal?- cuestionó ante tal término

-sí, ya sabes, "no eres como los demás vampiros"- comentó enfatizando las comillas con su mano libre -tú eres débil- 

Shoto pudo protestar contra aquella afirmación, no solo verbal, sino físicamente, pues poseía muchísima más fuerza y velocidad que Katsuki, mas ninguna reacción salió de ninguna forma, estaba congelado, o menor dicho embobado con la forma con la que aquel blondo lo tomaba del cuello y el dolor en su mejilla aún presente tras aquellos golpes.

-ni siquiera puedes responder, que inútil- insultó -no sé cómo vas a heredar un imperio- continuó

-tu forma de insultar es muy bonita- soltó sin pensarlo ante la (ante sus oídos) melodiosa voz del cenizo

-ugh, me molestas- le soltó dándose media vuelta y saliendo de allí dejando a Shoto soltar el aire que habían contenido sus pulmones al estar frente a Katsuki

-voy a estar en la biblioteca- dijo saliendo de la habitación mientras cubría su rostro con una de sus manos

Ahora fue el blondo quien soltó una sonrisa de superioridad, porque notó que tenía cierto poder sobre el semialbino y también porque, aunque no le gustara admitirlo, era un hijo de puta muy lindo.

un poquito de tensión y grandes descubrimientos jaja

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