6. wtf?

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Shoto se dedicó a hacer una ligera investigación en la biblioteca, mientras Bakugou leía pero en la habitación de este, estando más que cómodo en la cama del vampiro, que era mucho más suave que la suya, se sentía como un gatito estirándose en una cómoda almohada de peluche.

Disfrutaba aquellas suaves almohadas, las sábanas sedosas y el olor del semialbino que era bastante agradable y algo...tentador.

Pero aún más tentadora era su lectura, estaba más que sumido en ella, tanto que no notó cuanto tiempo pasó antes del regreso del semialbino, quien nuevamente, sin hacer un solo ruido, lanzó una paloma muerta a la cama donde se encontraba el cenizo.

Le miro de una forma incomprensible al no entender que mierda estaba pasando.

-¿qué carajos?- cuestionó cerrando el libro y dejándolo de lado

-es para ti- informó

-¿para qué mierda querría un pájaro muerto?- seguía sin comprender los sucesos

-bueno, es que leí...leí que era un regalo entre ustedes- comentó

-repito, ¿para que carajo usaría esto? ¿por qué lo querría?- repitió

-es que el libro decía que si se regalaba un producto cazado por ti mismo...- fue interrumpido

-Okey bastardo, cazar no es solo matar a lo pendejo ¿si?, se utiliza para alimentarnos, por ello son presas grandes, como venados, no un maldito pichón- explicó

-a menos que sea para una sola persona, en dado caso lo mínimo es un conejo, el tamaño de la presa simboliza tu fuerza y habilidades de caza y como proveedor o proveedora- continuó notando que el semilabino volvía a sonrojarse, esta vez de vergüenza

-ya veo- comentó

-además, cuando le das toda tu caza a alguien, es porque quieres pedir permiso de cortejarlo- aclaró

-sí, eso si lo sé- respondió en un tono de voz algo bajito

Las carcajadas de Bakugou no tardaron en aparecer, haciéndole casi llorar de la risa.

-joder no me digas que tú, oh dios mío, si que tienes huevos- comentó ante la insinuación descarada del semialbino

-Nadie en su puta vida había intentado cortejarme, mucho menos con un jodido pájaro miniatura, todos saben que soy el cazador más fuerte y ágil de toda la manada- se jactó orgulloso de sí mismo

-además de ser el hijo de los lideres, obviamente nadie tiene tanta estupidez para si quiera intentar insinuar algo-

-Bueno, entonces si cazo algo más grande...-

-en tus sueños vas a lograr algo así- se burló -aunque admito que tu nivel de atrevimiento me agrada-

-¿eso significa que?-

-voy a enseñarte a cazar y si lo haces bien, tal vez considere tu propuesta de mierda- trató de animar al semialbino, en realidad se divertiría bastante al ver a aquel elegante niño mimado, arrastrarse en la tierra tratando de atrapar algo

-¿de verdad?- le miró ilusionado

-sí, esta noche, en los inicios del bosque- citó

-o podríamos ir de una vez- sugirió tomando al rubio de la cintura

-¿qué?- no tuvo tiempo de procesarlo pues el contrario lo jaló al balcón dispuesto a saltar

-bastardo esto no...- era muy tarde, un gran salto había sido dado por el contrario, haciendo que el contrario se trepara a él agarrándolo fuertemente

-¿crees que aquí haya animales?- cuestionó

Katsuki no se había asomado por el balcón, pero ahora que estaban abajo, notó que había una gran zona boscosa casi uniéndose con el palacio.

-sí, seguramente sí- sintió bajándose del semialbino comenzando a utilizar su olfato y oído para detectar presas

-sígueme- ordeno ocultándose entre la maleza observando un ciervo comer pasto por allí

Esperó a que este estuviera completamente tranquilo para lanzarse hacia él, mas lo le clavó ni los colmillos ni las garras, simplemente era una demostración para el contrario.

-ahora tu deber, va a ser atraparlo- dijo incorporándose para después trepar a un árbol sentándose dispuesto a observar el show que se venía

-bien- asintió haciendo su capa a un lado para comenzar a perseguir al venado

Su rapidez era implacable, pero sus habilidades no tanto, pues fracasó multiples veces intentando atrapar aquella criatura.

La peor de ellas, fue cayendo debido a que tropezó con una piedra y salió disparado hacia un árbol, siendo cubierto por su propia capa, la cual estaba igual de sucia que el resto de su ropa.

-carajo- maldijo levantándose ante las carcajadas del blondo

Se metió un poco más detrás de una pequeña montaña de rocas y regresó a donde se encontraba el hombre lobo sentando disfrutando su desgracia.

-toma- entregó un conejo (completamente vivo al contrario)

-¿eso qué?- dijo observando al pequeño conejo blanco con orejas pintas y una mancha café en su ojo

-dijiste que por lo menos daban conejos ¿no?- argumentó haciendo al contrario bajar de su sitio

-bueno, sí, pero- el grito del semialbino lo interrumpió

-auch- se quejó dejando caer al conejo, ya que este lo había mordido

Katsuki volvió a reír levantando a aquel animalito con cuidado acariciando sus orejas

Se parecía al bastardo mitad y mitad.

-bueno, voy a aceptar tu humilde tributo solo porque se nota que es menos estúpido que tú- accedió al cortejo adoptando al conejo como una nueva mascota

-supongo que ya podemos regresar al palacio ¿no?- cuestionó ligeramente fastidiado, pues estaba cubierto de tierra, lodo y ramas, principalmente su cabello

-sí, tienes que darte un jodido baño, eres un desastre- comentó caminando de regreso a debajo del balcón

-bueno, agarra bien al conejo- pidió tomando firmemente de nuevo al blondo para saltar directo al interior de su habitación

-bueno, iré a bañarme- anunció quitando su capa y su chaleco para desaparecer tras la puerta del baño

Admitía que tenía bastante tiempo que no reía tanto, podría decir que había sido una tarde divertida, sin contar que ahora tenía quien le hiciera compañía mientras el semialbino no estaba.

Quitó su ropa, quedando solo en ropa interior antes de acostarse en la cama, ya que no quería ensuciarla, después volvió a su lectura mientras esperaba que su nuevo amiguito explorara su nuevo hogar.

Escuchó la puerta del baño abrirse, observando al semialbino salir con solo una toalla en su cintura, aún con gotas escurriendo por su cabello y torso, sabía que los vampiros tenían una fuerza sobrenatural, pero no que aquello viniera con unos músculos grandes y tonificados.

Notó que había visto al contrario por una cantidad considerable de tiempo, así que volvió su mirada al libro fingiendo desinterés mientras Shoto se cambiaba.

O al menos eso creyó, ya que este igual se le quedó mirando, recorriendo su figura. Si su cara ya parecía tallada por los dioses, su cuerpo no se quedaba atrás, se notaban sus músculos tonificados, pero a diferencia de él, el cuerpo del blondo se notaba un poco más delgado y pequeño, especialmente en su cintura, porque en otros lados, como sus pectorales y sus glúteos, el tamaño abundaba bastante.

El más bajo sintió un escalofrío, volteando su mirada al semialbino, observando su mirada insistente sobre él, se sintió devorado en aquel momento, lo cual le puso a la defensiva.

No iba a dejarse.

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