¿Qué pasaría si después de tantos años visualizando a alguien como tú rival esa mirada cambia y se transforma a una de amor?
Esto fue lo que le pasó a Neteyam, desde que era apenas un pequeño niño se mostró siempre responsable a sus deberes y muy un...
Simplemente, no lo podía creer. Su mente aun procesaba todo lo que había escuchado mientras sus pies se movían teniendo memoria propia a donde se dirigía. Sentía como su cuerpo se movía sin tenerla a ella en su cien por ciento, no estaba conectada consigo misma, no veía su camino, no sentía emoción, no tenía idea clara en su cabeza, solos estaba...ida.
Su cabeza y pecho eran una gran fosa vacía, su rostro tenía una expresión fría y sus ojos no presentaban ese brillo especial que solía caracterizarla, sus pestañeos eran lentos y algo descoordinados, sus labios separados y movimientos leves con alguna torpeza dejaban en claro que no tenía ganas de nada. Ni siquiera de caminar. Fue cuando un golpe en su rostro la hizo reaccionar, al avanzar sin tener idea de lo que su cuerpo ejercía hizo que se chocara con algo, mejor dicho, con alguien.
-¡Auch!- se quejó acariciando su frente a ojos cerrados
-¿Es...estas bien?
-Si, perdón- se disculpó esta vez tapando sus ojos con una de sus manos, vaya que estaba avergonzada- no sé qué me pasa, yo...
-Ary...
Ese apodo, esa voz, el tono en que la nombro, no necesitaba mirar para saber de quien se trataba, pero aun así lo hizo pues su cerebro no estaba del todo bien para suponer cosas.
-Vine a ver a Sanza- respondió al momento de ver el rostro de Thabo- pero...creo que vendré en otro momento para no molestar- la chica ya estaba dando media vuelta cuando sintió la mano del varón sobre su muñeca
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-Pasa, ella esta adentro- dijo realizando cierto movimiento con su cabeza sin deshacer el contacto
-No quiero mol....
-No molestas, solo entra- interrumpió liberándola, Bakary en respuesta solo asintió antes de ingresar al hogar
Su nariz detecto inmediatamente el olor dulce de lo que Sanza estaba preparando, dio unos cuantos pasos antes de ver su espalda, la mujer estaba agachada tratando de potenciar un poco más el pequeño fuego que había creado en medio del sector, era una fogata muy pequeña rodeada de otras rocas para impedir algún incendio.
