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El sonido de la katana cayendo contra el piso sonó en toda la sala.

– Levantese – Genya le había dado la espalda al rey, y tomó al joven príncipe desde debajo de sus brazos.
Muichiro sintió terror al ver que, por primera vez desde que tenía memoria, alguien había enfrentado a su padre.

Sí bien él siempre le llevaba la contra y discutían, jamás se dignó a oponerse cuando se volvía violento. Probablemente su madre y los empleados muchísimo menos.

– Genya...Genya – Sollozaba.

Shinazugawa lo obligó a dar la media vuelta hacia la salida, cubriendo su espalda al caminar.
El rey estaba furioso y se sentía en el ambiente, por eso eligió huir.

– ¡Genya! – Tanjiro se había lanzado encima de su amigo entre lágrimas– ¡Eres increíblemente valiente! ¡¡Yo dudé muchas veces antes de si abrir la puerta para ver o no!!

– ¡IDIOTA! ¡VAN A EJECUTARTE! – Zenitsu se abrazó a las piernas del más alto– ¡NO QUIERO TENER QUE MIRAR ESO! ¡KYAAAA!

– ¡Genya-san! ¡Estás locoo! – Nezuko también lloraba, abrazada a Inosuke, que por primera vez en mucho tiempo, estaba calladito.

Shinazugawa se limitó a reír un poco, no porque sintiera gracia, sino porque los nervios que estuvo conteniendo ahora lo atacaban. Probablemente el rey no se quedaría con el mal sabor de boca de sentir que un empleado se atrevió a enfrentarlo, haría algo sin dudas, y como dijo Zenitsu la ejecución no sonaba para nada exagerada.

– ¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Mí padre va a matarte! – Muichiro lo tenía abrazado desde el cuello, medio recostado sobre su cama.

– Tokito-san – Genya tomó con su mano suavemente el antebrazo del menor para apartarlo un poco, y luego sentarse mejor– Lamento no haber dejado que escaparas con Kanao...no pensé las cosas en ese momento.

Muichiro negó – Eso ya no importa, ¡Mí padre te ejecutará! ¡Y si no lo hace sólo te hará trabajar en algo peor!

– No hay nada peor que ser tu caballero, Tokito-san – Contestó Genya– Siempre tengo que salvarte de algo, realmente me das mucho trabajo...debería tener un aumento de salario.

Al príncipe no le dió gracia su comentario, y por el contrario, empezó a llorar otra vez. El mayor no pensó demasiado antes de acariciar su cabello.

– Genya...– El príncipe levantó la mirada, un poco temeroso – no quiero perderte a ti también...ya no quiero perder a nadie más.

Genya sintió su corazón doler un poco. Había olvidado que seguramente perder a Kanamori y sus demás empleados debió ser terriblemente doloroso para él.

– No te preocupes, Tokito-san...no me perderás – Aseguró.

El guardaespaldas tomó el rostro del príncipe desde su mentón, deleitándose con aquellos ojos celestes que, aunque lloraban, seguían siendo hermosos para él.

– Genya...

Su cuerpo tembló ligeramente, su rostro se estaba acercando de forma muy lenta y suave al rostro del príncipe. Genya había imaginado algo así hace un tiempo, tal vez cuando pudo bailar con él por primera vez bajo la luna en un vals, el primer vals que él pudo presenciar.
Tal vez también lo había imaginado cuando veía al príncipe dormir en la casa de verano. Tan tranquilo y apacible, envidiablemente cómodo.

Los morados opacos chocaron con los celestes brillosos en una fugaz enfrentamiento de miradas. Pero luego sus ojos descendieron, mutuamente, a las bocas ajenas.

"Eres un arma" - Genmui (Royal Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora