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Aquella noche se retomó el vals, dónde Muichiro debería bailar junto a su prometida, Kanao Tsuyuri. Luego de eso tomarían un pequeño receso antes de la boda, de dos semanas.
El joven Muichiro se sostenía del borde de la silla mientras Kanamori le daba los últimos arreglos a su traje.

– Sonría, Tokito-sama, quizás Tsuyuri-sama es una persona buena y agradable, no puede juzgarla sin conocerla – Alentaba Kanamori.

– Pero yo no la quiero, Kanamori-san – Respondió el príncipe.

– Ya la querrá – Le dijo su sirviente.

– Incluso si llegara a quererla...¡No quiero esto! – Tokito se dió la vuelta, molesto– Si yo me caso con ella, nos darán otros empleados, habrá remodelaciones y yo no quiero eso.

– Oh, Tokito-sama...los cambios siempre son para mejor – Kanamori le sonrió– Antes de venir a servirle a su familia yo era un feliz herrero en una aldea, pero venir aquí, y verlo crecer con los años me ha hecho incluso más feliz...usted también encontrará la felicidad si acepta el cambio.

– Pero...Kanamori-san – El joven quiso llorar – Quiero que sigas viéndome crecer, quiero que vivas conmigo para siempre...quiero que todos vivan conmigo para siempre.

Kanamori le acarició el cabello a su amo– Yo también lo quisiera, Tokito-sama.

El príncipe caminó desganado hacia las puertas del salón principal, éstas se abrieron de inmediato, y él tuvo que pasar, recibiendo aplausos, elogios, ánimos...pero él no se sentía agradecido.

Llegó la inesperada hora, Muichiro se acercó al centro de la pista de baile, y Kanao Tsuyuri también lo hizo.
Se reverenciaron, y sin decir ni una palabra, como un acuerdo pactado previamente, empezaron a bailar al son de la música.

Todos veían la pesada y opaca mirada del príncipe, que sin mirar a los ojos a la señorita Kanao, miraba su cabello, negro con puntas casi rosa, cómo coloradas.
Qué curioso que él tenga la punta de sus cabellos de color casi celeste. Eran opuestos, ¿Los opuestos no se atraen?

El vals acabó luego de una hora, aunque para Tokito fueron como tres. No veía la hora de ya irse a su recamara y esconderse bajo las sábanas, cómo si no existiera.

La pareja se separó inmediatamente luego de que la música parara, los aplausos no se hicieron esperar.
Ellos se reverenciaron, y Muichiro le besó la mano a la bella muchacha cómo un gesto extra para que sus padres no pudieran reclamarle de nada después.

Terminó bien por esa ocasión...y Muichiro pudo entregarse a la relajación de sus vacaciones en un lindo viaje en tren.

Aunque no le duraría demasiado la felicidad.

El tren los llevaría hasta un pequeño pueblo donde Muichiro y sus padres pasarían sus días apreciando nuevos paisajes durante un tiempo.

Shinazugawa Genya los acompañó cómo petición personal, reafirmando mil veces que él protegería con su vida a Muichiro Tokito. Sus padres se sintieron conmovidos, por lo que aceptaron.

Una vez fuera del palacio y lejos de todo, Muichiro conoció un tipo de aldea especial para gente apoderada. Honestamente no estaba muy emocionado por el viaje, él quería quedarse en el palacio pero...bueno, sus padres insistieron.

Por fortuna, Genya era aceptable como compañía a los ojos de sus padres.

"Eres un arma" - Genmui (Royal Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora