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Muichiro Tokito caminaba por los pasillos, sus pasos lentos y pesados. Sus lágrimas amargas caían por su rostro, y su pecho temblaba con sollozos. Se sentía perdido y sólo, como si el mundo se hubiera vuelto en su contra.

De repente, chocó con alguien. Al levantar la vista, vio a Agatsuma Zenitsu, el jardinero, quien lo miraba con preocupación.

– S-su Alteza, ¿está bien? ¿Puedo hacer algo por usted? – preguntó Zenitsu, con una reverencia y un tono muy cordial.

Muichiro se sorbió la nariz, tratando de contener sus lágrimas.– N-no es sólo...mi madre,mi padre...– tartamudeó.

Zenitsu asintió, con una expresión de comprensión– Por supuesto... Si necesita hablar o algo más, estoy aquí para servirle. ¿Puedo acompañarlo a algún lugar tranquilo?

Muichiro asintió, agradecido por la amabilidad de Zenitsu. Juntos, caminaron por los pasillos, con Zenitsu ofreciendo palabras de apoyo.

Mientras caminaban, Zenitsu sugirió.

– Su Alteza, ¿por qué no vamos a tomar un té afuera? El aire fresco y la tranquilidad pueden ayudar a calmar su ánimo.

El príncipe asintió, y Zenitsu lo guió hacia el patio trasero, donde Tanjiro y Nezuko habían preparado una mesa con té y dulces junto a los rosales.

Al llegar, Muichiro se encontró de frente con Yushiro, su otro empleado, quien estaba de pie, con una expresión impasible. Muichiro nunca había hablado con él antes, y se sintió incómodo por un momento.

El de ojos violetas se inclinó levemente, con una reverencia formal– Tokito-sama, es un placer verlo.

Muichiro lo miró, sin saber qué decir. Zenitsu intervino, con una sonrisa amable.
– Yushiro-san, su Alteza necesita un momento de tranquilidad. ¿Podrías dejarnos un momento?

Yushiro asintió, y se retiró, dejando a Muichiro con Tanjiro, Nezuko y Zenitsu. El príncipe se sentó, sintiendo la tensión en el aire.

Nezuko habló en un susurro, su voz apenas audible– Tokito-sama, siento malas vibras de Yushiro. Algo en él no me parece bien.

Tanjiro asintió, apoyando a su hermana– Sí, yo también lo siento. Y no solo Yushiro, Tamayo también me parece sospechosa...son raros.

Muichiro frunció el ceño, intrigado– ¿Qué quieren decir? ¿Creen que están tramando algo?

Zenitsu se inclinó hacia adelante, su voz baja y seria– Su Alteza, debemos ser cautelosos. Los nuevos empleados parecen muy leales al rey, pero no sabemos mucho sobre ellos. Podrían estar escondiendo algo.

Muichiro se sintió un escalofrío. No había pensado en eso antes, pero ahora que lo mencionaban empezó a recordar las extrañas miradas de Yushiro y Tamayo cuando él regresó del distrito rojo. Bien, al principio pensó que podía ser porque se hallaban ofendidos, él no los había recibido bien por ocupar los puestos de sus empleados estrella, pero también actuaban raro.

– Tienen razón– dijo– Debemos investigar más sobre ellos...

Justo cuando estaban hablando, Tamayo apareció de repente, con una bandeja de pan casero en las manos.
– Disculpen, Tokito-sama, señores... pensé que podrían disfrutar de un poco de pan fresco –dijo con una sonrisa amable.

Muichiro se sintió incómodo, después de lo que acababan de hablar. Tanjiro y Nezuko también la miraron con desconfianza. Zenitsu, sin embargo, sonrió y se levantó para recibir la bandeja.
– Gracias, Tamayo-san. Eres muy amable.

Tamayo se inclinó, con una reverencia.– Es un placer servir, su Alteza. Espero que disfruten del pan.

Mientras Tamayo se retiraba, Muichiro se volvió hacia los demás– ¿Qué acaba de pasar? –susurró.

"Eres un arma" - Genmui (Royal Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora