Capítulo Uno: The End

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Now, come on, come all to this tragic affair
Wipe off that makeup, what's in is despair
So throw on the black dress, mix in with the lot
You might wake up and notice you're someone you're not


Allison estaba muriendo, eso para empezar. Había dejado de contar los días desde hace un rato porque no podía ver, hablar, saborear, ni sentir, aunque eso era probablemente para mejor, no lo sabía por su cuerpo, pero si por las palabras de las enfermeras, le habían amputado las piernas, su brazo izquierdo había quedado calcinado y rígido, reducido hasta los huesos por el fuego. Su cabello, negro y sedoso, que solía caer sobre sus hombros como unas cortinas que adornaban su rostro en la forma de dos lindas trenzas, se había vuelto seco y quebradizo, como el trigo quemado. Sus ojos eran profundos, de un color oscuro y grandes, similares a los de un búho, tan profundos que era incomodo verla directamente a los ojos para la mayoría, pero ya no importaba, uno había sido extirpado de su cuenca por la gangrena y el otro se había apagado dejando detrás un color grisáceo y desagradable. Su piel, o lo que quedaba de ella, estaba rasgada, podrida y arrugada, pero por suerte las vendas ocultaban algo tan desagradable.

La noticia había invadido toda la ciudad de Pacific Hills, el tiroteo e incendio de la escuela secundaria local en el día de la reunión de exalumnos, los pocos sobrevivientes que quedaron morirían en pocos días en el hospital o jamás volverían a hacer vida normal.

Y Allison escuchaba a las enfermeras hacer su trabajo, a los doctores ocasionalmente dar órdenes, pero no a sus padres ni a sus hermanos, solo los pudo escuchar en una sola ocasión y luego de eso no volvió a escuchar de ellos. Pero no podía culparlos, ni estaba sorprendida. Nunca tuvo una relación cercana con su familia. Tampoco podría escuchar ni un solo amigo en esa habitación, lo cual no era raro tampoco, jamás se tomó la molestia de hacer un solo amigo genuino. Estaba abandonada y sola, lenta pero progresivamente pudriéndose viva en esa cama de hospital.

Aun así ¿Cuál era su esperanza? ¿Salir de aquel hospital, desfigurada y sin sus piernas? ¿Era esa una vida que valiera la pena vivir? Todas estas preguntas se arremolinaban en la cabeza de Allison a quien cada día se le escapaba la sanidad de su mente como el agua escapándose de las manos de los desamparados en el desierto, reclamada por la fría e inconsecuente voluntad del destino. Y destino es en lo que pensaba Allison, ¿Qué había hecho ella para merecer esta situación? ¿Por qué debía ella vivir siendo prisionera de su propio cuerpo, queriendo gritar, pero sin una boca para hacerlo? ¿Merece ella realmente este castigo?

Todas estas preguntas carecían de significado ante los fríos ojos de La Muerte, que estaba más que lista para reclamar su vida.

Todas estas preguntas carecían de significado ante los fríos ojos de La Muerte, que estaba más que lista para reclamar su vida

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Bluebird Parte 1: El PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora