capítulo 21

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Satang estaba nervioso, de pie frente a la escuela. se sentía peor que niño en su primer día de clases. 

— Satang, — se dijo a si mismo. — esto te pasa por tomarte del codo, cuando solo te dieron la mano. — pasó ambas manos por su cabello. — ¿ya me habrá acusado con Nanon?

fue lo último que se preguntó, antes de entrar. enseñó su invitación, la cual le dió Winny, probablemente para asegurarse de verlo ser torturado.

o porque quería su compañía.

— la sala que busca está al final del pasillo. — le indicó el portero.

Satang caminó, casi con un pie pidiéndole permiso al otro. — Nanon, ten piedad de mí.— le habló a la nada, abriendo la puerta. — ¡hola! — saludó, dándole una sonrisa a las dos personas en el interior de la sala.

— 📩 —

— Ohm ya está vuelto loco de tanto oírme ensayar estas canciones. — Nanon sonreía. — espero que a los niños les guste la presentación.

— estoy seguro de que les encantará, ellos mismos hicieron la lista. — Winny lo ayudó a acomodar su guitarra sobre una de las mesas. — gracias por venir, Nanon, te debo una.

— me conformo con que no juegues con mi amigo. — le sonrió. — no es por exagerar, pero cada vez que te menciona, brotan corazones a su alrededor.

Winny se sonrojó. — tu amigo me tiene de los nervios. — era su momento de pedir ayuda, o Satang se le saldría de control. — ¿sabías que me entregó un frasco con notas?

— claro que lo sé, — Nanon se sentó a su lado. — escribió las notas hasta en clases.

— tan curiosito. — suspiró. — en fin, en una de las notas, puso que le debía un beso por cada vez que lo llamara curiosito.

— sé eso, — Nanon rodó los ojos. — ha presumido mucho de lo feliz que lo hiciste con besarlo.

— ¿te contó que ahora me roba los besos? — lo acusó Winny. — no importa cómo lo llame.

Nanon se sorprendió. — no puede ser, con Ohm hemos estado hora tras hora, diciéndole que no sea impulsivo, ¿y lo primero que hace es robarte un beso?

Winny iba a responder, cuando la puerta se abrió, dejando ver a un sonriente Satang, que los saludó.

— contigo quería hablar, Kittiphop Sereevichayasawat. — en menos de un segundo, Nanon estaba frente a él.

— ay, no. — murmuró el otro. — Nanon, suéltame. — se quejó, pero el otro lo obligó a moverse, tirándolo de una oreja. — me duele.

— no me importa, ni siquiera necesitas tus orejas, no nos escuchas. — le reclamó. — ¿qué te dijimos de presionar a Winny?

— que le diera su espacio. — contestó, mirándolo en busca de ayuda.

— ¿y qué hiciste con él? — preguntó.

— ¿enamorarlo con mi encanto? — Satang hizo una mueca, porque Nanon tiró de su oreja. — quizás le robé un besito.

— no fue uno. — murmuró Winny.

— Nanon, me vas a arrancar la oreja. — insistió Satang. — bien, le he robado muchos besos a Winny, ¿por qué no me defiendes de él, que hace que mi corazón se detenga cuando me corresponde los besos?

— no me importa si él te besa, o si te da un infarto por lo mucho que lo amas. — Nanon lo dejó frente a él. — no debes robarle besos, dile que no lo volverás a hacer.

Atentamente, S. | SatangWinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora