capítulo 36

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— Winny. — el más bajo lo llamaba de forma insistente.

al parecer unas pocas horas de sueño lo habían hecho recuperar toda su energía, después de su acalorado encuentro.

— Satang. — bostezó, volteando su cabeza para verlo, dándose cuenta que ya estaba vestido, luciendo muy despierto. — ¿Satang?

— mi suegra ya llegó, está preparando el desayuno, vamos a comer. — besó su mejilla. — nuestro demandante encuentro sexual hizo que me diera hambre temprano.

Winny sintió que se sonrojó hasta las orejas. — Satang, por favor no hagas un comentario de esos cuando estemos desayunando.

— estaré muy callado, Winny pooh. — prometió, pero un extraño brillo en sus ojos le hizo pensar que había algo que su novio le estaba ocultando.

— 📩 —

Satang se sentó lentamente en uno de los taburetes, intentando no perder la sonrisa mientras lo hacía, pero se terminó quejando sin quererlo.

— levántate, amor. — le murmuró Winny, dejando un cojín en el taburete, antes de ayudarlo a sentarse. — ¿te sientes más cómodo así?

— sí, muchas gracias. — sonrió.

no sentía dolor, pero sí se sentía diferente. un diferente bien, porque recordaba la deliciosa causa de esa sensación.

— ¿por qué a Satang le cuesta sentarse? — preguntó la madre de Winny, cuando tomó asiento frente a ellos. — ¿contra qué estampaste al pobrecito?

Winny, quien tomaba de su jugo, se atoró. Satang lo golpeó en la espalda, intentando ayudar.

— contra el escritorio. — Satang soltó una carcajada tras responder.

— no puedo creer lo que acabo de escuchar. — Winny cubrió sus mejillas con sus manos.

la madre del más alto también se reía. — ¿por eso me preguntaste si me animaba a salir anoche? resultaste ser un niño muy travieso, Tang.

— quiero que disfrute de la vida, suegra. — fingió inocencia. — y yo quería disfrutar una noche con el profesor Winny pooh. me pareció un trato justo.

su suegra estiró su mano hacia él, la cual estrechó. — tienes toda la razón, Tang. — le guiñó un ojo. — espero que no hayas sido un bruto con él. — miró a Winny.

— me cuidó como es debido. — Satang tomó una de las manos de Winny, y dejó un beso en su mejilla.

— estoy muy orgulloso de mi hijo. — lo felicitó su madre.

Winny suspiró. — ¿podemos pasar el resto de nuestras vidas sin volver a tocar este asunto?

— de acuerdo. — rió la mayor. — sigamos comiendo.

— 📩 —

— Winny. — Satang lo removió suavemente, provocando que despertara. — ¿me puedes volver a dar un abrazo?

Satang se había quedado otra noche más a dormir con él, para poder guiarlo en uno de sus informes.

— Winny pooh, abrázame. — insistió el más bajo.

— amor, acabo de voltear. — suspiró. — en unos minutos vuelvo a abrazarte, ¿de acuerdo?

el otro se quedó en silencio, pero tan solo unos segundos después, sintió el peso de Satang sobre su cuerpo, pues se apoyó en él, para acomodarse en el otro lado de la cama.

Atentamente, S. | SatangWinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora