—¿Entonces tú trabajas para pagar los estudios de tu hermana? —preguntó Billy con la mirada baja.
—Sí, para pagar sus estudios y para mantenernos prácticamente —respondió Fay—. Tengo que trabajar duro para pagar la renta, la comida, la electricidad y todo eso.
Para suerte de Billy, Fay había aceptado dar una vuelta con él cerca de un parque que se encontraba cerca de la casa de la tailandesa.
—¿Y tus padres? —preguntó esperando no ser muy indiscreto—. ¿En dónde están?
—Mamá está en prisión —murmuró Fay con la vista fija al frente—. Y papá está muerto.
Billy tragó en seco al escuchar esa respuesta. No sabía que decir. Había sido mala idea preguntar eso, lo menos que quería es que la contraria se sintiera mal.
—Lo lamento mucho...
—Papá siempre fue malo con nosotras, nos golpeaba cada que llegaba a casa borracho y eso era casi siempre. Un día mamá se cansó de sus tratos y nos defendió, pero las cosas salieron mal y ella ahora está en prisión —explicó la tailandesa con voz apenas audible—. Teníamos dinero, pero la familia de mi padre no los arrebató y no conforme con eso, contrataron a un abogado para que refundiera a mi madre en la cárcel.
—¿Te has contactado con algún abogado? Estoy seguro de que algo se puede hacer, no pueden arrebatarles lo que es suyo.
—Los abogados son de lo peor, todo en esta vida se mueve con dinero, todos son corruptos, los odio... culparon a mi madre injustamente —gruñó con resentimiento—. Ella solo quiso defendernos de sus maltratos, fue un accidente.
—No todos los abogados son malos —afirmó Billy y la tailandesa negó repetidas veces. ¿Fay sabría que May Yada es abogada? Seguramente no—. Yo conozco a una abogada muy buena que estaría encantada de poder ayudarte en tu caso, te prometo que ella no es corrupta.
—¡No quiero! —dijo sin medir el tono de su voz. Billy la miró impresionado solo limitándose a asentir—. Lo siento... nunca me gusta hablar de ese tema porque siempre me pongo mal, no quise levantarte la voz...
—No te disculpes, yo reaccionaría igual en tu lugar, además fue mi culpa por preguntarte, no tocaremos más el tema, no quiero que te pongas triste —contestó Billy tomándose el atrevimiento de acariciar su mejilla suavemente—. Eres una chica muy valiente, tienes todo mi respeto y admiración.
—¿Lo dices en serio?
—Por supuesto —asintió Billy despeinando su cabeza de manera juguetona—. ¿Sabes algo? En casa tengo muchos libros que ya no ocupo y cuando veníamos de camino al parque me comentaste que a tu hermana Lia le encanta leer —Fay asintió sin comprender—. Me gustaría regalarte algunos.
—No puedo aceptarlos, son tus libros.
—Pero te he dicho que ya no los uso más, ya los he leído todos, por favor acéptalos, a tu hermana le encantarán, tengo muchos —le dijo con voz animada—. Tómalos como un regalo de mi parte, somos amigos ahora ¿no?
—¿Amigos? —preguntó Fay con la mirada brillante, ¿de verdad tenía un amigo? Su primer amigo.
—Sí, los amigos se obsequian cosas.
—Pero.. yo no tengo algo para regalarte —dijo Fay con preocupación.
—Oh no, no quise decir eso, me refiero a que los amigos se apoyan. Estoy seguro de que a tu hermana le gustaría tener varios tomos de libros para poder leer en casa, incluso tú podrías leer alguno también, anda ¿qué dices?
—Está bien... —Fay aceptó aunque no del todo convencida—. Me daré un tiempo para pasar por los libros a tu apartamento.
—¿Por qué no ahora? Me dijiste que tienes el día libre y yo también. Puedo llevarte ahora y puedo traerte de regreso a casa, los libros son pesados para llevarlos en camión.
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She loves control「 Freenbecky 」
Fiksi Penggemar"A ella le encanta tener el control, quiere hacer las cosas a su manera, y no hay forma de que ella se quede, a no ser que tú te rindas". Becky Armstrong, gerente legal y abogada penalista del reconocido despacho de abogados Freedom Law, se entera...