𝟏𝟗 | Declaración

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Freen esperaba impaciente sentada sobre el sofá de su casa a que su madre terminara de hornear galletas en la cocina. Todavía se seguía cuestionando si era una buena idea continuar con el engaño del supuesto noviazgo con Becky, pero es que su madre estaba tan alegre que simplemente no podía. Además los recuerdos de los besos compartidos con Becky no dejaron de atormentarla durante toda la noche.

—Mamá... ¿no crees que vas demasiado rápido? —preguntó Freen acercándose sigilosamente hasta la cocina—. Es decir, le horneaste galletas a Becky en lugar de hornearlas para mí, yo soy tu hija.

—No seas celosa con tu novia Freen, solo trato de ser amable con ella, no estaré aquí por mucho tiempo —dijo concentrada en empaquetar las galletas sobre una bonita canasta—. Quiero agradarle y también quiero agradecerle por cuidar bien de ti. Te veo más radiante que nunca y eso me llena de felicidad.

Freen se mordió el labio nerviosa. No sabía que decir, ya no quería inventarle más mentiras, simplemente lo dejaría así. Además ella tenía razón, su madre solo estaría aquí por un par de días. No podría ser tan difícil fingir ser novia de Becky Armstrong ¿o sí?

—¿Puedo comer una? Se ven deliciosas —Freen intentó tomar una de las galletas recién horneadas pero su madre le palmeó la mano enseguida—. ¡Hey!

—Son para tu novia, después haré más para nosotras —contestó su madre y Freen puso los ojos en blanco—. Vamos por ella, ya estoy lista —añadió tomando su bolso y sosteniendo su canasta de galletas.

Ambas partieron directo a la casa de Becky y Freen podía sentirse cada vez más nerviosa. ¿Y si las cosas salían mal? ¿y si Becky le decía a su madre que todo era una mentira? Eran tantas preguntas que ya hasta comenzaba a dolerle la cabeza. Permaneció callada intentando disimular para que su madre no se diera cuenta y al parecer había funcionado porque en todo el recorrido no le hizo ningún comentario al respecto.

—Es aquí —avisó Freen aparcando su camioneta fuera de la casa—. Hemos llegado mamá.

—Es una casa muy linda —comentó su madre bajando de la unidad—. Y enorme.

—Vaya que lo es, ¿Me disculpas un momento? Voy a llamarle a Becky para que salga —explicó Freen mostrando su teléfono. Su madre asintió. Afortunadamente la susodicha no tardó en responder a su llamada.

—Dime Freen.

—Estoy afuera de tu casa, ¿estás lista?

—Nunca dije que iría.

—¡¿Qué?! —gritó en voz alta sin querer llamando la atención de su madre—. No puedes hacerme esto, mi mamá horneó galletas para ti.

—Galletas... ¿para mí?

—Si no sales voy a tener que tocar a tu puerta y seguramente no querrás que tus hermanos se enteren de lo nuestro.

—¿Enloqueciste? Nosotras no somos nada Freen —dijo con exasperación—. No llames a la puerta, saldré en un momento.

—¿Pasa algo? —preguntó su madre acercándose lentamente hasta su hija—. Me pareció haber escuchado que discutían, espero estar equivocada.

—No pasa nada mamá, ella saldrá en unos momentos.

—Está bien hija.

Luego de unos segundos Becky salió de su casa luciendo un bonito vestido negro de manga larga totalmente ceñido a su cuerpo. Freen se perdió por un instante admirando su belleza. Becky era hermosa de los pies a la cabeza, pero no lo tenía lo suficientemente claro hasta el día anterior luego de besarla.

—Hola Becky, que guapa estás —saludó la señora Son extendiéndole la canasta con galletas—. Para ti, las preparé esta mañana, espero que te gusten.

She loves control「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora