𝟐𝟖 | Restless

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Besos y más besos. Yoko nunca tendría suficiente de los suaves y esponjosos labios de Faye que encajaban en su boca perfectamente. Bastó solo una sesión de besos para que su novia se volviera casi tan experta como ella al momento de besar.

—Me gustas... —susurró Yoko con la voz entrecortada. Sus besos habían subido de tono y ahora ella se encontraba sentada sobre el regazo de su novia quien tenía un fuerte color carmesí sobre sus mejillas, pero que aun así intentaba seguir el ritmo de sus besos—. Besas delicioso.

—Tú... tú me enseñaste —dijo intentando regular su respiración—. ¿Te gusta?

—Me encanta —afirmó Yoko comenzando a frotar sus caderas en busca de fricción—. ¿Te gusta a ti?

—Sí... —respondió Faye con voz débil. Intentaba apartar sus manos lejos del cuerpo de su novia, pero no era tarea fácil cuando la tenía a horcadas sobre ella—. No hagas eso... por favor.

—¿Hacer qué? —Yoko paró sus movimientos y enredó sus brazos alrededor del cuello de su novia.

—Te frotas sobre mí...

—¿No te gusta que lo haga? —preguntó Yoko sin querer sonar herida, pero lo estaba. Luego de eso intentó levantarse pero Faye la sostuvo de la cintura impidiéndole cualquier movimiento—. No quiero incomodarte, quizás me estoy excediendo, ¿estoy yendo muy rápido? Es que me gustas mucho y no puedo evitarlo, quiero besarte mucho.

—Y a mí me gusta que me beses, mucho —expresó Faye dejando pequeños besos sobre su hombro descubierto—. Pero me gustaría ir lento, llevamos dos días de novias y no sé cómo pero me vuelves loca. Nunca fui fan del contacto físico, pero contigo es diferente, quiero besarte, abrazarte, tocarte...

—Hazlo... tócame —dijo Yoko cerrando los ojos instintivamente al sentir como Faye succionaba la piel de su cuello—. Soy toda tuya.

—Yo soy tuya también.

—Lo eres —afirmó Yoko capturando los labios de su novia nuevamente en un beso voraz.

¿En qué momento Yoko se había vuelto tan deseosa? Hace un tiempo que no tenía novio, ella era muy selectiva al momento de escoger a sus parejas y la mayoría de todos los hombres que la pretendían, no lograban agradarle del todo. Pero con Faye todo había sido tan diferente, ni siquiera se detuvo a reflexionar que se trataba de una mujer. La primera mujer que hizo enloquecer a su frío y duro corazón.

—Tienes un lindo trasero Yoko —comentó Faye dando una pequeña palmada sobre el trasero de su novia quien rápidamente se sonrojó—. Eres hermosa.

—Oh mi Dios, ¿entonces eres ese tipo de novia? —dijo Yoko mordiendo su labio inferior provocativamente.

—Lo descubrirás con el tiempo —respondió Faye dejando un beso fugaz sobre la frente de su novia—. Te preparé algo de comer, ¿qué se te antoja?

—Se me antoja una ración de besos —Yoko soltó una pequeña risita traviesa antes de ponerse de pie—. Y sushi, ¿te parece bien?

—Ración de besos y sushi, perfecto —espetó Faye encaminándose hacia la cocina—. Tengo todo, espero que te guste.

—Ya probé los besos y me han encantado, ahora solo me falta juzgar el sushi —Yoko siguió a su novia hasta la cocina—. ¿Quieres que te dé una mano? Puedo ser tu ayudante, haré todo lo que me pidas.

—No te preocupes preciosa, hacer sushi es muy fácil, tengo todos los ingredientes en el refrigerador, tú siéntate y observa como tu novia te prepara el mejor sushi que hayas probado en toda tu vida —dijo guiñándole un ojo de manera coqueta.

She loves control「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora