𝟐𝟐 | Suspicious

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May tomó la taza de café sobre sus manos para beber un poco mientras revisaba algunos correos en su celular.

Billy apareció en la cocina aún con pijama. Soltó un pequeño bostezo antes de sentarse al frente de su amiga recargando parte de su peso sobre la barra.

—Buenos días —saludó May sin despegar su mirada del teléfono—. ¿Por qué estás despierto tan temprano?

—No lo sé, desperté hace un par de minutos y después ya no pude dormir más —respondió Billy recargando su cara con ayuda de sus manos—. Ayer llegaste un poco tarde a casa, ¿en dónde estuviste?

—¿Ah? —May dejó el celular a un costado de la barra y miró a su amigo—. Salí con Heng.

—¿A dónde fueron? Te vi regresar muy feliz —comentó Billy sirviéndose una taza de café sin despegarle la mirada de encima.

—A comer —contestó simplemente llevando la taza de café a sus labios. No podía decirle que había salido con Fay, ¿cómo podría justificarlo? Aunque realmente eso no tenía nada de malo.

—Ya dime la verdad, ¿en dónde estuviste? —preguntó nuevamente pero está vez con más seriedad.

—Ya te dije que salí con Heng —se encogió de hombros.

—Mientes, ¿por qué lo haces? Creí que confiabas en mí, somos mejores amigos —dijo Billy sintiéndose herido—. Anoche llamó Heng a casa preguntando por ti, dijo que no entraban las llamadas a tu celular y quería saber si estabas en casa.

—Me quedé sin batería ¿qué le dijiste?

—No quise preocuparlo, le dije que si estabas en casa, supuse que a lo mejor venías retrasada del trabajo, pero ya veo que no, ¿quieres decirme en dónde estabas? May Yada... ¿acaso te estás viendo con alguien más a espaldas de Heng? —cuestionó Billy incrédulo—. No lo puedo creer... ¿por qué no me contaste?

—Te estás haciendo ideas equivocadas, no estoy engañando a Heng si eso es lo que piensas —contestó May rápidamente—. Ayer tuve que verme con un cliente, me salió de imprevisto, así es mi trabajo, eso es todo.

—¿Entonces por qué me mentiste diciéndome que estabas con Heng?

—Billy no lo sé, lo dije sin pensar —dijo caminando hasta la sala en busca de su bolso—. Voy tarde al trabajo, mi jefa Freen pasará por mí. Te veré en la noche, que tengas buen día.

May salió del apartamento antes de que su amigo continuara con su interrogatorio. No quería ocultarle que salía con Fay, pero después de meditarlo toda esa noche, prefirió que fuera así. Quizás Billy tomaría a mal que ella le quitase a una de sus nuevas amigas, o en el peor de los casos pensaría que May estaba celosa de Fay porque ahora ellos dos eran amigos.

Fay era una chica muy agradable y ahora también era amiga suya. El día anterior había pasado una tarde muy bonita con ella. La tailandesa era muy noble, siempre pensando en los demás antes que en sí misma, era una mujer ejemplar que se encargaba de correr con los gastos para el sustento y el estudio de su hermana menor. Una chica que se ganaba la vida como repartidora de un restaurante y que por las noches ayudaba a una señora de la tercera edad con su pequeño puesto de comida sin intenciones de recibir algo a cambio. Fay era alguien admirable y May por alguna razón quería protegerla.

Porque las personas más buenas en este mundo son las que más sufren.

Sin darse cuenta May ya se encontraba fuera de su edificio a la espera de Freen quien no tardó más que cinco minutos en llegar.

—Buen día ¿llevas mucho tiempo esperando? —preguntó Freen viendo a la contraria negar con la cabeza —. Sube, iremos a un lugar.

—¿A dónde vamos jefa? No quisiste decirme ayer, tu mensaje solo decía que pasarías por mí —comentó May abordando la camioneta de Freen con sigilo—. Esto se siente tan misterioso, me encanta.

She loves control「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora