"A ella le encanta tener el control, quiere hacer las cosas a su manera, y no hay forma de que ella se quede, a no ser que tú te rindas".
Becky Armstrong, gerente legal y abogada penalista del reconocido despacho de abogados Freedom Law, se entera...
Becky llegaba un poco más tarde de lo usual a Freedom. Su plática con el tío Jakob se había extendido más de lo que tenía planeado. Cuando salió del elevador se encontró con su colega Love saliendo de la oficina de su padre, algo que la hizo fruncir el ceño al instante.
—Love, ¿qué hacías dentro de la oficina de mi padre? —la pregunta logró exaltar a la contraria quien dio un saltó colocando una de sus manos sobre su pecho—. Nadie tiene permitido entrar ahí, no quiero que muevan nada, esa oficina es de mi padre y siempre lo será, aunque él ya no esté.
—Lo lamento Becky, yo estaba... —Love carraspeó su garganta nerviosa bajo la atenta mirada de Becky—. Buscándote. Fui a tu oficina y no te encontré, por eso pensé que tal vez podrías estar ahí. Sé que vas de vez en cuando a pasar tiempo cuando no quieres ver a nadie. Me imagino que ya debes saber...
—¿Qué es lo que tendría que saber?
—Adelantaron el juicio de Kang, estamos a cuatro días de la audiencia —respondió Love viendo como Becky apretaba la mandíbula—. No hay mucho que podamos hacer en realidad, estuve estudiando el caso pero no hay nada. Solo queda esperar a ver lo que presenta la defensa de Kang en el juicio y ver si de alguna manera podemos apelar en caso de que no te guste el veredicto.
—Quizás eso sea lo mejor —musitó Becky arrastrando sus pies hasta su oficina. Su colega la siguió por detrás—. Antes quería aplazar el juicio, pero ya no lo soporto más. Este asunto me está matando Love, mi cabeza está hecha un lío, solo quiero que todo esto termine pronto y que pague quien tenga que pagar, lo único que no voy a tolerar es que el homicidio de mi padre se quede sin castigo, eso no.
Vio a Love mirarla con asombro sin mencionar una sola palabra, parecía encontrarse más pensativa de lo normal.
—Ya veo... —murmuró finalmente solo asintiendo con la cabeza.
—¿Qué tienes? —preguntó Becky observando a la tailandesa juguetear con sus dedos—. Estás extraña.
—Nada, solo estaba preocupada por tu reacción al enterarte de lo del juicio, además me sorprende que no te enojes por eso, ya que ese siempre ha sido un tema muy delicado para ti.
—No me mientas, algo más está pasando, dímelo, de todos modos me enteraré —expresó Becky dejándose caer sobre la silla de su escritorio con pesadez—. Estoy tan estresada por todo.
—En realidad si tengo algo que decirte, pero quiero que lo tomes con calma.
—¿Todavía hay más? —cuestionó con Becky frotando su sien con exasperación.
—¿Confías en mí? —preguntó la rubia tomando a su colega por sorpresa. Love no acostumbraba a hacer ese tipo de preguntas pero precisamente hoy se encontraba callada, nerviosa y hasta incluso más seria de lo normal—. Por favor responde...
—Por supuesto, más allá de ser mi compañera de trabajo eres mi amiga —contestó Becky rápidamente—. ¿Qué es lo que sucede? Me estás asustando.
—No entré a la oficina de tu padre por casualidad —confesó Love apartando la mirada hacia un costado—. Pero te contaré la razón...
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