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Alejandro... Alejandro Vargas...
Ese nombre me resulta muy familiar, lo he escuchado en alguna parte pero no recuerdo en donde...

¡OH POR DIOS, YA RECORDÉ!
Creo que era el nombre del papá de Pablito que andabamos investigando.

Sí.

Sí es.

Cumple con todas las señas que nos dió Betty a la hora de revisar los historiales y documentos, le preguntaría algo acerca dé pero voy a sacar otra pregunta para no verme tan obvia, es que la verdad me causa mucha intriga por Dios.

–Emmm... si mis conocimientos no me fallan, usted debe ser el Coronel y mero jefe de las Fuerzas Especiales y de los 'Vaqueros' ¿no es cierto?–.

–Eso mismo, soy el Coronel Alejandro Vargas, Comandante y Jefe de la base de Las Almas, me sorprende que sepas de mí— si se entera como supe de su existencia me va a ahorcar, aunque con él no habría quejas... ¡BRENDA MICAELA DOMÍNGUEZ MAYORGA! ¡¿QUÉ CARAJOS ESTÁS PENSANDO?!.

–Es que... bueno, estuve como becaria en la base del pueblo porque estudié Enfermería Militar, pero sólo duré seis meses antes de mi traslado al Hospital de Las Almas, y en mi estadía ahí estudié y leí los expedientes de cada uno del personal ya sean soldados o grandes cargos–.

–¿Puedo preguntar porqué te movieron de ahí de la base?–.

–Supongo que fue por la falta de personal ahí, y gracias a eso ustedes se quedaron sin personal médico y tienen que ir al Hospital a curarse o tratarse una enfermedad–.

–Un Hospital, imagino que es menos riesgoso que estar en una base militar, más aun en el país en el que vivímos— tiene toda la razón —aún así, aseguro que no es fácil tratar con los pacientes, y mas aún cuando se trata de gente que es grosera con uno–.

–Tiene razón, no es fácil tratar a la gente, pero aún así me gusta esta profesión, me gusta ayudar a las personas— contesté de una manera tranquila.

–Una mujer tan inteligente, tan bonita y con un corazón muy noble, wow... que suerte tiene quien tenga a alguien tan importante como tú en su vida— acaba de sonreír ¿A qué vino ese comentario? ¿Acaso fue una indirecta? Creo que estoy empezando a delirar yo también.

–No, disculpeme, estoy soltera— dije cabizbaja, el tema de las relaciones me incomoda por cosas del pasado.

–Oh, lo siento, no quise ser tan invasivo, solo estaba intentando halagarte un poquito— se le notaba un poquito avergonzado, y le sonreí un poco para no hacer el ambiente aun mas tenso de lo que ya estaba.

–No se preocupe, lo entendí... y aprecio el gesto–.

–Siento haberlo dicho en un momento inadecuado, pero no puedo evitarlo... eres muy bonita y no lo puedo negar–.

–Gracias Coronel— intento no perder la cordura, pero ojalá Rudy estuviera aquí para que me lo quite de encima o si no me voy a desconectar.

–Por favor, llámame Alejandro. No me gusta tanto que me digan Coronel, es solo un cargo de la milicia, pero al final no soy mas que un hombre común y corriente–.

Se acabó, este señor esté sedado, delirando o lo que sea me está asustando, pero me gusta la tonada tan 'coqueta' que usa al hablar, no quiero que se pierda mi perfil profesional pero por mas que intento controlarme estoy sonrojada.

–Está bien... Alejandro–.

–Una cosa mas, enfermera— alguien que lo detenga por favor, no soportaré mas otra coqueteada.

–Digame–.

–¿Podemos seguir en contacto?–.

–Emm... claro, sus curaciones van a ser en el Hospital, posiblemente nos veamos ahí– le sonreí gentilmente.

–Pero mas allá de lo profesional en un Hospital ¿podemos seguir en contacto como... amistad?–.

Dios mio ayudame ¿qué hago?
Nunca nadie me había dicho tantas cosas así y estoy empezando a dudar si creerle o no.
¿Qué le puedo decir?.

–¿Quiere que le dé mi número de teléfono?— eres una estúpida Micaela, pero puede servir como estrategia mas tarde.

–S... sí, por favor, si puedo tenerlo— ¿está entusiasmado por eso?.

Bueno, que mas puede pasar; anoté mi número en un pedazo de hoja que tenía a la mano y se lo dí doblado —aquí tiene–.

Miro el papel un buen rato y ¡¿sonrió de nuevo?!.

–Gracias, esto me alegra mucho, te veré pronto enfermera— guardó en una funda de cartucho el papelito que le dí.

–Deje lo acompaño a la puerta— lo ayudé a encaminarlo hasta la puerta, es lo menos que podía hacer, no puedo cargarlo.

Se dió la vuelta en cuanto piso la salida.

–Bueno... muchas gracias otra vez por toda la ayuda que me has dado, disculpame si en algún momento te llegué a incomodar–.

–No se preocupe, estamos para servirle Coro... A... Alejandro— antes de que pudiera reaccionar él había soltado un pequeño beso en mi mejilla... carajo... seguido de esto, me dió una sonrisa y se fue alejando, no sabía como reaccionar y solo agité la mano levemente despidiendolo.

Después de que lo perdí de vista entré a mi casa y cerré la puerta hecha un mar de preguntas pero principalmente: ¿Qué carajos acaba de suceder? ¿Esto puede ser parte de una alucinación por no haber dormido en toda la madrugada? Yo creo que sí.

Y si le dí mi teléfono no creo que me llame o mande algún mensaje, ya se le pasará y romperá el papelito cuando lo encuentre porque ¿quién necesitaría un teléfono desconocido?, mejor me voy a dormir que han sido horas muy turbias.

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Primero que nada holis jsjsjs
Espero y estén disfutando la historia tanto como yo escribiéndola.
Segunda, siento el haberme ausentado mas días de lo que debería, pero por asuntos de trabajo y porque algunos borradores los tengo en digital no he podido actualizarles esto; pero ya volví y voy a intentar no ausentarme tanto porque sí, son muchos días.

Bueno ya, bais
Lxs tqm❤

UNA SIMPLE ENFERMERA (Alejandro Vargas x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora