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🩺

Un dolor de cabeza me despertó a eso de las 4 de la tarde, no me había fijado que habí dormido como casi 10 horas y se me había hecho tarde para las cosas que tenía que hacer, pero es que aun no puedo dejar de pensar en lo que sucedio en la madrugada. Y sigo preguntándome el porqué ese militar llegó a mi casa específicamente si no había ninguna maldita luz encendida, el unico que sabe de la ubicación de mi casa es Rudy... o será que... ¿en algún momento él le dio mi dirección en caso de emergencia?.

A duras penas me levanté de mi cama y me fui a bañar, hoy tengo muchas ganas de salir a la plaza principal a comprarme algo así que trataré de tardarme lo menos posible para llegar a casa temprano; salí de bañarme pasando una media hora y solo agarré ropa sencilla, un pantalón de mezclilla y una camiseta simple, ahora lo que mas quiero es estar cómoda así que me puse mis sandalias y salí de mi casa, no sin antes tomar mi libreta que uso como agenda.

En el camino fui atándome una colita en el cabello, cada que daba un paso veía escenas muy horribles, todo lo que había pasado anoche ha sido una verdadera atrocidad: autos calcinados, daños balísticos en los muros de casas y negocios, mucha sangre derramada... no me imagino el desastre que ha de haber en el Hospital, estoy mas que segura que el lunes así nos va a ir.

Llegué a la plaza y fui directo a sentarme en una banca, no había mucha gente, supongo que la mayoría no quiere salir por lo de anoche y por miedo a que se arme otro enfrentamiento, lo entendí. Abrí mi libreta, empezé a escribir algunas cosas que iba a comprar mañana para hacer una comida elaborada para mi y si sobra guardarla para dias consiguientes, también anoté algunos deberes importantes para hacer durante mis vacaciones porque sí, hacen mucha falta cosas en mi casa.

Creo que no debí pensar en comida, ya me dió hambre.

A lo lejos ví una Cenaduría¹, cerré mi libreta y caminé hacia ese lugar, al cruzar la calle alcancé a divisar a Carolina y a Alicia, ¿porqué estarán tan temprano fuera del Hospital? Peor aún ¿porqué están afuera sabiendo el desastre que hay adentro?.

–¡Caro! ¡Alicia!— corrí hacia el otro lado porque venía un auto.

–¡Mica! ¿Qué haces aquí en la Plaza tan temprano?— preguntó Alicia.

–Es que... quise venir porque me dio hambre y no tenía preparado nada para comer, me senté en una banca de la Plaza y me llegó un olor de la Cenaduría— ¿será prudente contarles lo de la madrugada?.

–Dejanos adivinar ¿te quedaste despierta hasta tarde y apenas te levantaste?–.

–Emmm... sí, ya ven que les dije que iba a ver películas hasta tarde y me dormí casi a las 7, apenas hace como una hora acabo de despertar–.

–Se nota, ¿y ya piensas comer ahorita? Nosotros no tenemos mucho tiempo para comer, tenemos BASTANTES cosas que hacer— Carolina hizo hincapié en la palabra 'bastantes', cosa en la que sí tenía razón.

–¿Te refieres a lo de la balacera de ayer?–.

–Sí, no te imaginas cuanta gente llegó para atención médica, iniciando con Betty, la pobre se estaba volviendo loca recibiendolos y terminó llamando al recepcionista de la noche para que le ayude, que por cierto no me acuerdo como se llama–.

–¿Josué?–.

–Ese mero, luego nosotros habíamos iniciado una guardia para una cirugía, y ahorita andamos desveladas y hambreadas buscando algo rápido— el tono de Carolina lo decía todo.

–Hay que llegar a comer aquí, para que ya ustedes se vayan y no las regañen–.

–De hecho ibamos a comer aquí, le decía a Caro que tenía ganas de pozole o algo pesado para resistir las horas que nos quedan— a la pobre de Alicia se le veían unas ojeras terribles.

–Vamos a entrar, no perdamos tiempo— hice un ademán y entramos las tres.

La verdad comimos muy agusto, platicamos poco porque la verdad si tenían algo de hambre y me contaron que ya llevaban como casi 14 horas sin comer, pero era en lo que pasaban momentos críticos en una cirugía de corazón abierto, las iba a regañar pero me contuve cuando me dieron la explicación a detalle.

Terminamos de comer y al voltear a la entrada ví que varias Jeep pasaban a una velocidad no considerable por afuera como si estuvieran buscando a alguien.

–¿No que ya habían terminado los enfrentamientos?— rodé los ojos preocupada.

–Ay amiga, como está de caliente la situación no creo que se detengan o dejen de vigilar–.

–¿Y ahora como nos vamos a regresar al Hospital?— Caro y Alicia se vieron mutuamente —tenemos diez minutos para regresar o si no nos van a castigar–.

–Esperen, se me acaba de ocurrir una idea, parense y siganme— después de pagar nuestras cuentas nos paramos y salimos de una en una del lugar sin hacer movimientos llamativos y nos quedamos pegadas a la pared —miren, ustedes llegarán a salvo al Hospital si siguen lo que les digo–.

–¿Qué hay que hacer? Rápido Mica— Alicia comenzaba a alterarse.

–Cuando no haya ningun movimiento sospechoso caminen rápido sin llegar a correr, si ven algo deténganse y no llamen la atención, solo así llegarán a salvo–.

–Está bien Mica, nos verémos mañana, llega tu tambien a salvo a tu casa— Carolina se despidió y me dió un cubrebocas para mañana.

–Váyanse con cuidado niñas— las abracé y nos separamos las tres.

Caminé cuidándome las espaldas y vigilando que no viniera alguna camioneta a toda velocidad, no ví nada así hasta que al llegar a una esquina estaba ÉL ahí, Alejandro estaba de espaldas recargado contra la pared interrogando a una señora quien sabe para qué.

Genial. Era lo unico que me faltaba.

¿Y ahora que hago? No puedo cruzar la acera porque me vería sospechosa e iría tras de mí y tampoco puedo correr porque traigo sandalias y en una de esas me puedo caer.

¡Ya sé! Usaré el cubrebocas que me dió Carolina para que no sepa quien soy y crean que estoy enferma.

Me lo puse y caminé despacio sin llegar a estar junto a ellos tratando de tranquilizarme y de no estar nerviosa, creo que no sirvió.

–Buenas tardes— la señora me saludó y sentí como una mirada tan penetrante me veía, era ese desgraciado.

–Buenas tardes— crucé la acera y aceleré el paso sutilmente.

Llegué a mi casa agitadísima y con los nervios a tope, me quité el cubrebocas y me senté en el sofá tratando de relajarme un poco, tomé mi celular y empezé a revisar si tenía alguno pero no, estaba vacío.

Fui a la cocina a dejarle comida a Florecita y escuché el sonido de notificación de mensajes, volví a la sala, me senté y encendí la televisión para tener algo de ruido de fondo, tomé el teléfono pero vi que era un mensaje de un número desconocido...

'+52 1 XX XXXX XXXX'
[–Hola.]

Y contesté.

[–Hola.
Disculpa, quien eres?]

'+52 1 XX XXXX XXXX'
[Ya se te olvidó quien soy?
Soy Alejandro.]

¡¿ALEJANDRO?!

~

UNA SIMPLE ENFERMERA (Alejandro Vargas x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora