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Después de una exhaustiva búsqueda por las calles de Las Almas sin algún resultado, estaba por rendirme y dar por muerto al Coronel; recargado en una pared me dejé caer hasta quedar sentado en el suelo, realmente estaba muy cansado como para seguir.Habían dado ya las 5:30 de la mañana cuando siento que alguien me toca el hombro, no me había dado cuenta de que había dormido en la calle durante mas de 2 horas.
–Disculpe señor, ¿está bien?— era uno de esos señores ya mayores que había salido a barrer su pedazo de acera.
–S.. sí...— muy a duras penas me pude levantar del suelo, todo mi cuerpo estaba rígido y empezé a quejarme.
–Déjeme ayudarlo, ¡viejita, ven ayudame a levantar a un soldado!— el señor llamó a su esposa y de inmediato salió en mi auxilio, no recuerdo mas porque creo que me desmayé.
Volví a despertar en un sofá acolchonado cubierto con una manta tejida y... ¿un trapo en la cabeza? ¿Dónde está mi armamento?.
–Joven, ya despertó— la voz de la señora me interrumpió.
–¿Dónde...? ¿En donde estoy?— sacudí un poco mi cabeza tratando de recordar algo.
–Está en nuestra casa, mi esposo lo encontró sentado afuera en la 'banqueta' y le dimos un poco de techo porque estaba herido, espero que no se haya molestado–.
–Muchas gracias señora, de verdad pero... necesito seguir con mi busqueda— intenté pararme pero fue inútil, me caí —...auch–.
–Vuelva al sofá— me ayudó a levantarme y me volví a sentar —está un poco herido, dejeme ponerle unas vendas y ya estará como nuevo–.
Ya no supe que decir al respecto, me sentí algo avergonzado, supongo que no será mala idea hacerle caso a la señora.
Con sumo cuidado empezó a limpiarme las heridas que tenía, solo eran unos pequeños raspones pero aún así sentía dolor; me ofreció un poco de café de olla después, sentí como un trago de ese café me devolvió las energías perdídas, sabía muy bien.
–Debo darle las gracias a usted y a su esposo señora, de no ser así... no se que hubiera pasado conmigo allá afuera— le dí otro sorbo a mi café.
–No es ninguna molestia, así como ustedes nos ayudan a nosotros, nos toca devolverles el favor de alguna u otra forma–.
–No pues, le agradezco señora–.
–¿Gustas desayunar?–.
–Ay no ¿como cree? Sería un abuso de mi parte–.
–Ninguna molestia, ven, sientate con nosotros–.
Me llevó a fuerzas a la mesa, preparó un desayuno que consistía en 'huevos rancheros', tortillas recien hechas y mas café, ya tenía años sin comer huevos preparados así; platicando con aquellos señores me di cuenta de que ellos no tenían hijos y que eran parte de un grupo de campesinos dueños de grandes parcelas de maíz, la verdad desayuné muy agusto con ellos pero ya era un poco tarde y debo de seguir buscando a Alejandro.
–Señores, pues muchísimas gracias por este desayuno tan rico, pero debo de seguir en una misión importante— me paré y fuí al sofá donde estaba mi chaleco y mi arma.
–No agradezca joven, que por cierto ¿cómo se llama?— preguntó el señor.
–Subteniente Rodolfo Parra, a su servicio, ha sido un honor conocerlos–.
–¿Ya escuchaste 'viejita'? Tenemos a un Teniente en la casa— el señor se veía emocionado y sonreí ante la acción.
–Cuando lo requieran, aquí andamos con todo gusto–.
–Yo me llamo Carlos García, y mi señora Carmen, cuando quiera esta es su casa–.
–No saben cuanto se los agradezco, de todo corazón gracias— fuí y les estreché la mano a ambos, terminé de ponerme mis cosas y caminé hasta la puerta.
–Deje vamos con usted a la entrada— ambos me acompañaron hasta la puerta principal y me despidieron no sin antes decirme que tenga cuidado y que fuera a visitarlos.
Salí de ahí y como ya no tenía mas opción me fui caminando a casa de Micaela para decirle si me daba unas vendas extra para cuando me tope a mi 'compadre'; no se si lo pensé de mas o algo así pero lo ví que venía doblando la esquina cojeando un poco al caminar y agarrandose el hombro, y como me lo permitieron mis piernas corrí hacia él.
–¡Alejandro! ¡Maldita sea, Alejandro!–.
–¿Rudy? ¡Rudy!— me vió y aceleró un poco el paso.
–¡Que gusto verte cabrón! ¡Pensé que estabas muerto!–.
–¿Con quién se supone que estás hablando? Yo no muero ni me matan hasta que yo lo diga–.
–¿Qué tanto te pasó que no contestabas el radio?–.
–Te lo explicaré en el camino, es hora de regresar a la base... caminando–.
–Espero poder llegar aunque sea, tengo la ropa sucia y necesito descansar un poco–.
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–No puedo creer en todo lo que ha pasado en cuestión de horas, es un milagro que hayamos sobrevivido— dije dándole un trago a mi vaso de agua, ambos estábamos en el comedor de la base despues de haber estado en la enfermería con el poco personal que hay. ¿Hasta cuando recontrataran doctores y enfermeros?.
–Yo tampoco amigo, a pesar de que todo el cuerpo me duele, estoy felíz–.
¿Alejandro felíz? Eso no lo había visto desde que lo ascendieron a Coronel; algo le pasa a este 'carnal' o algo le hicieron, ¿porqué se pone de ese modo, y... porqué suspira tan profundamente?.
–¿Felíz? ¿Que te pone tan feliz?–.
–Es que... no nada, olvidalo, ya me voy a mi dormitorio, me siento muy cansado y quiero recostarme un poco despues de todo lo que pasó— dió la media vuelta y se fue, que extraño.
No le reproché nada, posiblemente algo le causó esa felicidad que aun desconozco; tengo curiosidad de saber que es, pero si algún día me quiere contar estaría genial.
Terminé de comer y me fui tambien al dormitorio, han sido horas muy cruciales y lo mejor sería descansar para mañana dar el patrullaje vespertino, y quizás... sólo quizás, poder ver aunque sea de lejos a esa bonita enfermera, Carolina creo que se llama... esa mujer me ha robado el corazón completamente ¿tendrá novio? ¿estará soltera? No lo sé... solo pido conocerla y escuchar su voz por toda la eternidad.
¿Será prudente preguntarle a Micaela algo acerca de ella?... Ya pensaré en algo mas adelante, ojalá haya un evento próximo para invitarla a salir.
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UNA SIMPLE ENFERMERA (Alejandro Vargas x Tú)
Fanfic'Desde que me dieron la residencia médica aquí en el Hospital Regional de Las Almas nada ha sido igual, todo aquí es destrozo, guerras contra el n4rco e inseguridad por todas partes; me llamo Micaela Domínguez y esta es mi vida viviendo aquí en este...