Los menores se encontraban en la alberca disfrutando del sol y el ruido de la música en las bocinas. Los padres se encontraban charlando y bebiendo cerca de sus hijos cuidando que no hicieran alguna estupidez como ya era costumbre entre ellos.
El menor de los cuatro se mantenía un poco serio de vez cuando, al igual que su padre. Ese día era muy melancólico para ambos, en especial para Yoongi, pues ese día era el cumpleaños de Jungkook y el día en que Hyerin falleció hace tantos años.
Cosa que no pasó desapercibida por todos, por ello habían tratado de distraer a aquellos dos para que dejaran de pensar en cosas negativas o tristes.
—Kookie~ —Hoseok se le acerca con una brillante sonrisa mientras se cuelga de su hombro para dejar besos en su cuello y mandíbula —. Vamos a bailar, vamos —pidió haciendo un puchero mientras la canción de Sistar - Touch My Body suena en el equipo de música.
—En realidad ahora no tengo ganas de eso —Hoseok rodó los ojos para tomar su mano y arrastrarlo hasta un lugar donde no hubiera agua.
Hoseok puso sus manos por al lado de sus costillas para comenzar el paso, haciendo reír a los presentes. Jungkook le observó confundido para sonreír, pues veía el esfuerzo de él chico para intentar animarlo, y lo estaba logrando, incluso también a Yoongi quien no paraba de sonreír desde que vio las intenciones de su sobrino.
—Oh vamos Yoongi ponte a bailar también —bromeó SeokJin haciendo su típica risa para golpear su pierna con su mano sin parar de reír —. Recuerdo que siempre que ponían música en la radio Yoongi se ponía a hacer el ridículo contigo.
—Y tú siempre nos acusabas con mamá por llevar siempre su sujetador cuando hacíamos aquello —reprochó Namjoon rodando los ojos.
Ambos comenzaron a discutir, haciendo reír a Yoongi, al final aquellos chicos no estuvieron tan tristes después de todo.
Ya eran pasadas las una de la mañana, quizá la una con quince, pero ya era tarde para estar merodeando por los pasillos, sin embargo, Hoseok había tomado una decisión mientras se daba una profunda ducha. Soltó un suspiro recordando lo que Jimin le había dicho dos días antes de estar frente a la puerta de aquella persona:
"Sí estás listo para escoger a alguno de nosotros, ve a tu armario. Ahí encontrarás seis cajas, cada una de distintos colores y con un nombre, el nombre de cada uno de nosotros. Entonces, tomarás la que tú escogiste para la sorpresa, cuando estés listo."
Soltó un suspiro. Mirándose con un leve sonrojo, con los nervios en punta para abrir la puerta de la habitación sin hacer mucho ruido, algo que fue en vano al encontrarse con aquella persona aún despierto mirando las estrellas.
—Yoongi... —Hoseok se colocó detrás de él con el corazón latiendo a mil por hora, la noche era fría al igual que esa habitación —. ¿Qué hace despierto a estas horas?
—Solo... —dejó salir un suspiro negando —. Estaba recordando cosas, cosas que debo olvidar, ¿sabías que es terrible tener un apego? —Yoongi no lo miraba, sin embargo, Hoseok sabía a qué más bien, a quién de refería.
Se cubrió un poco más con la bata incómodo.
—Debe ser lo peor... —susurró apenas audible.
—Lo es. Pero, ¿sabes? Aquel apego se fue cuando llegaste tú —Yoongi acarició con sus dedos las manos de Hoseok que descansaban en sus hombros —. Es peligroso y también algo enfermo, muy insano. Pero, yo terminé más enamorado de ti que de mi propia esposa.
Una exclamación de sorpresa salió de sus labios, entonces Yoongi lo miró. Ambos se congelaron, sus miradas perdiéndose entre delirios y emociones contenidas. Yoongi se levantó de su asiento, en un lado de la ventana donde la luna opacaba todas las constelaciones del cielo oscuro.
—Así que... —Yoongi se acercó lo suficiente a Hoseok como para hacerle temblar de pies a cabeza, el rostro del mayor cayó en su hombro, sus labios tocando su oreja —. ¿Me has escogido, príncipe? —susurró con voz ronca, casi sensual.
Hoseok se sintió desfallecer al sentir unas manos en su cintura, una sonrisa en el rostro de su Yoongi. Se giró para encontrarse con los ojos de Jungkook quien le robó el primer beso de la noche mientras Yoongi comienza a desatar la bata negra con destellos verdes oscuros dejando ver una hermosa prenda de chica en su fina cintura decorando los muslos bronceados de Hoseok.
—Usaste mi bata —habló Yoongi cuando los menores se separaron del fogoso beso —. Te quedaba precioso, príncipe —observó la caja que estaba en la mesa, había dos —. Me hubiera encantado ser solo yo, pero puedo compartir también.
—Que considerado padre —habló esta vez Jungkook, con claro sarcasmo en su voz para abrazar a su primo por la cintura —. Ya discutiremos de eso después, ahora Hoseok —el azabache le observó poniendo atención —. Haremos esto; sé que habías venido aquí por mi padre, pero igual me llamaste, pero él fue tu primera opción, ¿cierto? —las mejillas de Hoseok se pusieron rojas mientras asentía, Yoongi sonrió —. Entonces yo te preparo mientras él te penetra.
— ¡Jungkook! —le reprendió su padre por las palabras de su hijo —. No olvides que no estás hablando con tus amigos, respeta y habla bien —rodó los ojos para extender la mano hacía Hoseok —. Ven aquí príncipe, mientras Jungkook te prepara yo distraeré tu dolor —el azabache asintió sus órdenes para acercarse.
—Iré por las cosas —habló Jungkook para salir de la habitación para ir a la suya propia.
Yoongi sentó en sus piernas a Hoseok para pasear con sus grandes manos el cuerpo delicado —no tan delicado— de Hoseok, buscando sus zonas erógenas.
—Y-Yoongi —habló en un susurró Hoseok, como si lo que estuviera haciendo debía ser escondido -y porque lo debe ser-, ocultó su rostro en el cuello del mayor temblando encima de él —. ¿Qué es lo que pasará de aquí en adelante? ¿Cuándo sea tiempo de irnos y volver a la vida de antes? —los ojos de Hoseok tenían un destello de miedo.
Pues sabía que sí comenzaba a comer del pecado no podría parar hasta el final y eso no parecía tenerlo, a excepción de que algo salga mal y parecía haber muchas razones para que eso se fuera por el caño.
—Ya llegué —avisó un muy emocionado Jungkook —. Vamos Hope-ah quiero tomar ese hermoso tributo en mis manos —palmeo con suavidad su trasero.
Hoseok asintió soltando un gemido para ver como Yoongi se acuesta en la cama, Hoseok comprende la acción cuando se pone en cuatro encima de él, como si Yoongi por un momento fuera sumiso, pero todo fuera para que no sintiera dolor.
—Respondiendo a tu pregunta —habló esta vez Yoongi mientras Jungkook besaba la extensión de su espalda mientras acariciaba sus glúteos —. Pasará lo que tiene que pasar. ¿Piensas que nosotros pararemos con esto? —Yoongi le tomó del mentón para juntar sus frentes —. Lo haremos cuando tú lo pidas, príncipe.
Hoseok cerró los ojos al sentir como Jungkook le quitaba la primera bola china —SeokJin le había recomendado usarlas para que no le doliera cuando realmente lo penetraran—, pero se sentía tan extraño, sentía como algo realmente vacío en su interior —tal vez podría acostumbrarse más rápido con aquello y no sabía si eso estaba mal o bien—, pero Jungkook fue muy cuidadoso en todo momento, con la primera bola fuera comenzó a repartir besos alrededor de su anillo mientras una de sus manos se dirigía a la erección del chico.
Oh claro que no pararía con aquel placer.
—Q-Quiero más —gimió arqueando su espalda al sentir otra bola fuera.
— ¿Quieres seguir probando lo prohibido? —susurró con voz ronca Jungkook, jadeando al ver a su padre besando a Hoseok lascivo.
—Lo quiero todo.
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Forbidden // Hoseok x BTS //
FanfictionEl incesto es un pecado. Pero no cuando se trataba de Jung Hoseok, y si era pecado, les gustaba jugar en ese infierno. Les gustaba jugar con algo prohibido.