[Narrador]
De vuelta
______________Kenma estaba en su habitación, una sombra de su antiguo yo. Los videojuegos que alguna vez le trajeron tanto consuelo ahora yacían abandonados. La preocupación de su hermano mayor, Chifuyu, crecía cada día. Notando la falta de apetito de Kenma y su desinterés por cualquier actividad, Chifuyu decidió intervenir.
Una tarde, Chifuyu golpeó suavemente la puerta de Kenma antes de entrar. La habitación estaba sumida en penumbra, con las cortinas cerradas y el aire pesado de tristeza.
—Kenma, ¿podemos hablar?— preguntó Chifuyu con un tono firme pero amable.
Kenma apenas levantó la mirada, su rostro pálido y sus ojos apagados. Asintió ligeramente, y Chifuyu se sentó a su lado en la cama.
—Hermano, estoy preocupado por ti. No has comido en días y no eres tú mismo. ¿Qué está pasando?— Chifuyu buscaba una respuesta en los ojos de Kenma.
Kenma suspiró profundamente, tratando de encontrar las palabras. Finalmente, empezó a hablar, su voz apenas un susurro.
—Es Kuroo...— comenzó, su voz quebrándose. —Hablamos hace unos días y... descubrí que me traicionó. Estaba con esa chica, y me duele tanto. Pensé que estábamos felicies...pero ahora me siento... vacío.
Chifuyu sintió una ola de rabia y tristeza por su hermano. Quería protegerlo de todo el dolor del mundo, pero sabía que esto era algo que Kenma tenía que enfrentar. Aun así, no podía evitar la furia que se encendía dentro de él.
—Kenma, no puedes dejar que esto te consuma— dijo Chifuyu, tratando de mantener la calma. —Sé que duele, pero necesitas comer, necesitas cuidarte.
Kenma asintió débilmente, pero su mirada seguía perdida.
Chifuyu sabía que no podía dejarlo así. Tenía que hacer algo más. Aunque formaba parte de una banda peligrosa, no quería involucrar a sus compañeros en esto. Sabía de lo que eran capaces y no quería que la situación se volviera aún más complicada.
—Escucha, Kenma— continuó Chifuyu. —Voy a estar aquí para ti. No estás solo en esto. Sé que mis amigos de la banda podrían hacer algo drástico, pero no quiero que esto termine mal. Solo quiero que sepas que siempre te apoyaré, sin importar qué.
Kenma se aferró a esas palabras, sintiendo una pequeña chispa de esperanza. Chifuyu se quedó con él esa noche, asegurándose de que comiera algo y tratando de levantar su ánimo.
A medida que los días pasaban, Chifuyu vigilaba de cerca a Kenma, animándolo a salir y a encontrar pequeñas alegrías en la vida nuevamente. Poco a poco, Kenma comenzó a recuperar su apetito y su interés por los videojuegos.
Aunque el dolor de la traición de Kuroo aún estaba presente, Kenma encontró consuelo en el apoyo incondicional de su hermano. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo, pero con Chifuyu a su lado, se sentía un poco más fuerte para enfrentar el futuro.
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Kenma estaba sentado en el borde de su cama, los dedos tamborileando sobre sus rodillas mientras su mirada se perdía en la pantalla de su teléfono. Había pasado más de una hora desde que takamichi,le había enviado aquel mensaje críptico que lo había dejado en vilo. "Necesito hablar contigo. Es importante."