[Narrador]
Un mes había pasado desde el inesperado beso entre Kenma y Kuroo. La tensión entre ellos persistía; aunque se cruzaban en los pasillos y en la escuela, sus interacciones se habían reducido a miradas fugaces y saludos cortos. Ambos parecían incómodos, y el silencio entre ellos se había convertido en una presencia constante.
Kenma trataba de seguir adelante con su rutina diaria, pero la confusión y las emociones no resueltas seguían pesando sobre él. Sin embargo, había algo más que comenzaba a ocupar sus pensamientos: la salud de Yamaguchi.
Un día, mientras Kenma estaba en el vestíbulo de la escuela esperando a Chifuyu, escuchó fragmentos de una conversación entre algunos compañeros de clase. Los murmullos se referían a Yamaguchi, quien había estado ausente de la escuela con más frecuencia en las últimas semanas.
Kenma se acercó a un grupo de compañeros para preguntar sobre Yamaguchi.
—¿Sabes qué le pasa a Yamaguchi? He notado que no ha estado en clase últimamente.
Uno de los compañeros, con una expresión seria, le respondió.
—Yamaguchi está enfermo. Parece que le han diagnosticado leucemia. Es una enfermedad grave, y está recibiendo tratamiento.
El corazón de Kenma se hundió al escuchar la noticia. La leucemia era una enfermedad seria y, aunque no conocía a Yamaguchi tan bien, sentía una profunda preocupación. Se quedó pensando en las palabras que había escuchado y en la difícil situación que enfrentaba su compañero.
Cuando Chifuyu llegó, Kenma lo miró con una expresión de preocupación.
—Chifuyu, tenemos que hablar. Me acabo de enterar de que Yamaguchi está enfermo. Tiene leucemia.
Chifuyu, al escuchar la noticia, se quedó sorprendido y preocupado.
¿Leucemia? Eso es muy serio. No sabía que estaba tan enfermo.”Ambos decidieron ir a visitar a Yamaguchi para ofrecer su apoyo. Al llegar al hospital, se encontraron con la madre de Yamaguchi en la sala de espera. Ella los recibió con una sonrisa triste, agradecida por la visita.
“Gracias por venir,” dijo la madre de Yamaguchi. “Yamaguchi está en una sesión de tratamiento ahora mismo, pero pueden esperarlo aquí.”
Kenma y Chifuyu se sentaron en la sala de espera, el ambiente era sombrío pero lleno de esperanza. Después de un tiempo, Yamaguchi salió de la sala de tratamiento, visiblemente cansado pero con una sonrisa amistosa en su rostro al ver a sus visitantes.
“Kenma, Chifuyu,” dijo Yamaguchi, su voz débil pero cordial. “No esperaba verlos aquí.”
“Hola, Yamaguchi,” respondió Kenma, acercándose con una sonrisa reconfortante. “Nos enteramos de lo que te pasa y queríamos venir a visitarte. ¿Cómo te sientes?”
Yamaguchi asintió lentamente, su expresión mostrando una mezcla de gratitud y fatiga. “Estoy bien, dentro de lo que cabe. El tratamiento es difícil, pero estoy manejándolo.”
Chifuyu se acercó y ofreció un gesto de apoyo. “Si hay algo en lo que podamos ayudarte, por favor dínoslo. Estamos aquí para lo que necesites.”
La visita continuó con conversaciones de apoyo y ánimos para Yamaguchi. Aunque el ambiente seguía siendo sombrío, la presencia de Kenma y Chifuyu pareció brindar un poco de consuelo al joven enfermo.
Después de la visita, mientras Kenma y Chifuyu salían del hospital, Kenma no pudo evitar sentir una mezcla de preocupación y tristeza. La noticia sobre la enfermedad de Yamaguchi había sido un golpe duro, y ahora tenía que procesar no solo la situación de su compañero sino también sus propios sentimientos no resueltos con Kuroo.