Alves: ah Mirabel, es un placer verte hoy, y veo que has traído algunas de mis ovejas contigo hoy
*Dijo el padre Alves, al ver al pequeño grupo de personas que salían del encanto. Y de nuevo, Dolores se escondía detrás de su prima/prometida de 15 años, asustada por la espeluznante sonrisa del padre Alves. Mirabel solo le devolvió la sonrisa, sabiendo que esa era su sonrisa normal*
Mirabel: hola padre Alves, estoy aquí por las cartas mensuales
Alves: ah sí sí, por supuesto. Y yo que pensaba que finalmente te estabas reuniendo con mi rebaño
*Dijo Alves con una pequeña sonrisa, Mirabel resopló suavemente, ignorando la mirada que le estaban dando sus hermanas*
Mirabel: Estoy bien, ¿tienes una gran pila hoy?
Alves: sí sí por supuesto. Un momento por favor.
*Dijo Alves dándose la vuelta y caminando hacia su oficina, Mirabel solo tarareó y esperó a que Luisa o Isabela, probablemente Isabela dijera algo*
Isabela:¿Qué quiso decir con eso? Vas a la iglesia
Mirabel:Cuando el padre Alves necesite ayuda, o por las cartas seguro. Pero yo no he ido a la iglesia los domingos en años.
*Dijo Mirabel casualmente, Isabela miró sorprendida a su hermana pequeña y le lanzó una mirada enojada*
Isabela:¡¿Mirabel qué te pasa?!
Mirabel:Baja la voz, estás en la casa del Señor
*Mirabel la regañó con un tono firme, Isabela se burló, cruzándose de brazos y mirándola con enojo. En el fondo Mariano no estaba seguro de qué hacer*
Isabela:¡Oh! Así que ahora te importa
Mirabel:Isabela otra vez, baja la voz
*Dijo Mirabel, hablándole a Isabela como si fuera una niña. Isabela estaba furiosa, Luisa y Mariano estaban nerviosos, ¿y Dolores? Le encantaba ver la cara de Isabela tan roja*
Alves: sí, por favor. Esta es la casa del Señor
Dolores: ¡ay! ¡N... no hagas eso!
*Dolores gritó, pero por supuesto, su grito es casi lo mismo que una voz suave. Como el padre Alves salió de la nada como suele hacer, eso asustó a Dolores. El padre Alves solo le sonrió, con la mochila llena de cartas en la espalda. Isabela le hizo un gesto con la cabeza al padre de la iglesia*
Isabela: ¡Pero el padre Alves Mirabel no ha ido a la iglesia dominical en años! ¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?!
Alves: porque ella no tiene por qué estar aquí, no se puede obligar a nadie a venir a la iglesia
*Dijo Alves con calma, Mirabel tomó la mochila y miró al padre con preocupación, la mochila pesaba más de lo normal, pero Alves no mostró ninguna incomodidad*
Mirabel: gracias padre Alves
Isabela: ¡pero tienes que venir a la iglesia todos los domingos!
*Isabela gritó, sintiéndose como si se estuviera volviendo loca, además el hecho de que esto solo le da una excusa para simplemente gritarle a cualquier cosa, para sacar sus frustraciones. Alves solo movió la cabeza hacia un lado, luciendo desconcertado*
Alves: ¿por qué?
Isabela: ¡¿por qué?! Porque acuérdate del día de reposo, para santificarlo. ¡¿O ya te olvidaste de él?!
*gritó Isabela, sintiendo que le venía un dolor de cabeza, Mariano finalmente actuó, puso sus manos sobre los hombros de Isabela, dándole un pequeño masaje para ayudarla a calmarse, pero no ayudó, ya que Isabela no quería que la tocara. El padre Alves no habló por un momento, dejando que Isabela se calmara*
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Amame como tu
Fiksi Penggemar"es lo mejor para el encanto" una frase que todos los madrigales han escuchado desde el día de su nacimiento. pero ¿cómo puede casarse con su propio primo por el bien del encanto y no por el deseo egoísta de una mujer que ha tenido el control durant...