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Aquella mañana entraron a la sala de conferencias donde los habia citado Ethan Bradley, el representante de Timothée, a las doce en punto.

Victoria estaba nerviosisima, por supuesto. No podia evitarlo. Habia pasado la noche recordando la expresión de Timothée al verla, el odio visceral que habian destilado sus ojos verdes cuando se cruzaron con los de ella.

Sin embargo, no era solo eso. Lo que ocurría también era que, al lado de la tensión que irradiaba Chantal, estaba más inquieta porque su compañera no cayera desmayada que por volver a verlo. Además, seguramente ni se acordaría de ella. Su ropa, su moño despeinado y sus gafas oscuras ayudaban a que no la reconociera como la chica del Cavalli reventado. Y lo que era mejor, al lado de Chantal siempre se activaba su poder de la invisibilidad. No tenia de qué preocuparse.

Chantal sonrió, tendió su mano frente a aquellos dos personajes, y solo Ethan Bradley la apretó con cortesía, mientras la gran estrella se dejaba caer sobre una silla y bostezaba con mala educación. Lejos de ofenderse, Chantal empezó su discurso más que ensayado en un perfecto inglés.

Victoria se dedicó a pasar desapercibida a su lado, mientras fingía que tomaba notas en su tablet.

—Buenos días, Timothée. Soy Chantal Dupont. Representante de la productora audiovisual Linea dos. Antes de empezar con la propuesta, queríamos agraderte tu tiempo y tu interés por nuestro proyecto. Sabemos que recibes continuamente ofertas y por eso creemos que...

—¿Qué quieren?

Victoria se quedó boquiabierta al alzar la vista hacia el origen de aquella voz de lija que había interrumpido a Chantal en un francés más correcto que el inglés de ella.

Sabían, por toda la información que circulaba sobre su vida, que Timothée Chalamet habia pasado largas temporadas en Francia durante su niñez, ya que sus abuelos paternos eran de un pequeño pueblo del sur. Pero nunca se habría imaginado cómo seria oirlo hablar en su propio idioma en vivo y en directo.

Lo analizó con detenimiento. Tenia ojeras violáceas bajos sus ojos cansados. Al notar sus hombros cargados de tensión, se dio cuenta enseguida que no le gustaba para nada esa reunión. Peor aún, ni siquiera estaba interesado en oir nada de aquello. ¿Entonces por qué habia accedido al encuentro?

—¿Disculpa? — preguntó Chantal con voz temblorosa.

Victoria maldijo para sus adentros, porque la conocía ya lo suficiente para saber que él habia conseguido descuadrarla solo con una frase. Chantal tenía muchas virtudes, pero la sacabas de su zona de confort y se perdía rápido.

Timothée clavó la mirada en el rostro asustado de su compañera,  estudiándola con lentitud, pero ella fue incapaz de sostenérsela. Y fue en ese preciso momento en el que Victoria descubrió que Timothée era un verdadero idiota. Un sádico, un estúpido arrogante y narcisista, que se divertía haciendo sentir mal a la gente.

Y también comprendió que ya estaban bien jodidas.

—¿Qué buscan? — le preguntó él — Ve al grano.

—No... Nosotros... Me gustaría mostrarte el dossier — Chantal abrió la carpeta que tenia en su regazo y se aclaró la garganta antes de regalarle su mejor sonrisa de compromiso — En él puedes encontrar detallado...

Better Than Revenge || Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora