La semana siguió la misma dinámica. Era como si Timothée hubiera despertado de un sueño profundo. Aún era más callado de lo que a Victoria le hubiese gustado, pero asumió que quizá él era así y no había que forzar las cosas mientras tuviera suficiente material para tener contenta a Jacqueline.
Y lo estaba. Mucho.
«Sigue asi, Victoria. La escena del probador es bestial»
No sabía si se refería a la de ella o a la de él. Pero lo mismo le daba. Se centró en pasar el material sin pensar en lo que le esperaba a la vuelta a casa. No tenía sentido agobiarse, asi que no lo hizo y todo pareció fluir mejor.
Ignorar la realidad siempre le había funcionado.
Descubrió que Timothée no era una persona de rutinas muy marcadas, como la queria hacer creer. Aunque su trabajo si se lo tomaba muy en serio. Todas las noches, cuando le decía que se iba a la cama, la engañaba, porque agarraba su guitarra y se encerraba en su cuarto. A veces, Victoria podía llegar a oír alguna melodía, y se dormía con la música de fondo. Eso se sentía bien.
Algunas tardes conversaban, y ya no lo hacían con la tensión de los primeros días, sino que eran conversaciones que surgían solas y les aportaban algo más que el típico intercambio cordial que se puede compartir con alguien que no te importa un pimiento. Eran discusiones por tonterías o conversaciones llenas de ironía y segundas intenciones, pero que grababan con naturalidad y Jacqueline elogiaba.
—Entonces, cuéntamelo. ¿Cuándo murió Alexia?
Victoria tenia la teoria de que la cocinera de Timothée era un fantasma. Era lógico, teniendo en cuenta que no la había visto más que un día de refilón, y la ignoró como si el fantasma fuera ella.
—Viene cuando no estamos, ya te lo he dicho — contestó Timothée — No le gustan las cámaras.
La miró de reojo haciendo una mueca, como si aquello fuera por culpa de ella. Victoria le hizo burla como si tuviese cinco años.
—Confiesa, Timothée. La hiciste picadillo con la batidora y escondiste sus trocitos en los ladrillos de la pared.
—En realidad me hice estos zapatos con su piel.
—Pues mira que sí son feos...
—¿Qué te pasa con mi ropa? — Inquirió él, ofendido.
—Es de mal gusto — repuso ella con la clara intención de molestarlo — Pero eso ya lo sabes. Y apuesto a que te gusta.
—¿El qué? ¿Que me insultes?
—No, llamar la atención.
Timothée sacudió la cabeza y su rostro se ensombreció.
—No tienes ni idea.
No, no la tenía, por eso no dejaba de decir bobabas. Pero, entre tontería y tonteria, Timothée iba soltándose sin darse cuenta, le daba información y a ella le gustaba conocerlo. Era como si estar allí, bajo su techo, tuviera más sentido que un simple contrato firmado.
—Cuéntamelo — le dijo — Eres el pequeño de ocho hermanos y nadie te hacia caso, de ahí tu patológica necesidad de ser el centro de atención.
—Tengo una sola hermana.
—Es verdad — Victoria frunció el seño — ¿Eres el menor?
Timothée entrecerró los ojos, asintiendo.
—¿Y qué con eso?
Victoria sonrió.
—Eso explica muchas cosas.
ESTÁS LEYENDO
Better Than Revenge || Timothée Chalamet
Fiksi PenggemarVictoria y Timothée se odian. Victoria y Timothée no se pueden ni ver. Pero cada vez que se cruzan, sus encuentros son tan explosivos y trascendentales como el maldito Big Bang, en el mejor y peor de los sentidos. Para Timothée, Victoria es una espe...