Chuuya (19 años)
La brisa nocturna de Yokohama barría las calles con una calma engañosa, una serenidad que contrastaba con el torbellino que se estaba gestando en mi interior.
Había regresado de una misión que me encargo Mori de matar a unos espías de la Port Mafia, aunque exitosa y fácil, me había dejado bastante exhausto.
La tarea había sido complicada, pero lo que realmente me consumía en ese momento no era el cansancio físico ni las heridas varias que había acumulado; era la anticipación de lo que me esperaba en el edificio de la mafia.
El pensamiento de encontrarme con Dazai, ese maldito bastardo que siempre lograba tocarme los cojones, era lo que me mantenía a flote, a pesar del cansancio mental.
Dazai siempre había sido un grano en el culo para mí, su maldita habilidad de sacarme de mis casillas y saberme leer mis acciones y pensamientos hacia que lo detestara y me atrajera más apartes iguales.
El edificio de la mafia se alzaba imponente ante mi, al entrar, el familiar zumbido de actividad y los rostros conocidos me recibieron, pero mi mente estaba en encontrar a ese bastardo para alardear de lo bien que me salió mi misión.
La rutina del edificio seguía su curso, con los miembros de la mafia moviéndose de un lado a otro, realizando sus tareas con la precisión de una máquina bien engrasada.
El pasillo hacia la oficina de Morí parecía interminable, al girar en una esquina me encontré con Akutagawa y su expresión era tan sombría que inmediatamente supe que algo estaba mal.
Era raro ver a Akutagawa más serio de lo normal, y eso solo añadía más tensión a la atmósfera ya cargada de por si, avance hasta detenerme frente a el, tratando de descifrar la razón detrás de su estado de ánimo.
-¿Todo bien, Akutagawa?.- pregunté mi voz reflejando la mezcla de impaciencia y preocupación que sentía, el cansancio de la misión aún pesaba sobre mis hombros, pero la noticia que estaba a punto de recibir iba a ser cuatro veces peor.
Akutagawa no respondió de inmediato, su mirada fija en un punto indefinido mientras parecía sopesar algo, hasta que finalmente hablo mirándome
-El jefe quiere hablar contigo, pero antes de que te vayas creo que tú también debes saberlo
El tono de su voz hizo que un escalofrío recorriera mi espalda, había algo en su seriedad y en la forma en que sus ojos evitaban los míos que sentía que está información iba a cambiar la calma de esta noche.
-¿Que diablos pasa?, habla joder.- inquirí, perdiendo la calma que intentaba mantener, mientras mi mente corría en círculos.
Akutagawa se tomó un momento para respirar profundamente, como si estuviera buscando las palabras correctas para transmitir la magnitud de lo que iba a decir.
Y derrepente sus palabras cortaron el aire como un cuchillo afilado
-Dazai ha dejado la mafia
Las palabras resonaron en mi mente como un eco ensordecedor, sintiendo que el suelo bajo mis pies tambaleaba y mi respiración se detuvo por un momento mientras mi cerebro procesaba las palabras.
La realidad de la declaración era como un golpe en el estómago, y el impacto inicial me dejó paralizado, incapaz de aceptar lo que acababa de escuchar.
-¿Que..?.- mi voz salió como un susurro increduki, apenas creíble para mí mismo.
Akutagawa no dijo nada más, su mirada permanecía fija y sin cambios, sabía que no había malentendidos posibles, pero la enormidad de la noticia era casi demasiado para soportar.
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Bajo el Manto del Odio
FanfictionEn la ciudad de Yokohama, donde la luz y la oscuridad se entrelazan en un constante juego de poder, donde la paz suele durar apenas unos efímeros momentos. Dazai Osamu, ahora miembro de la Agencia de Detectives Armada, y Chuuya Nakahara, ejecutivo d...