Chuuya
Mientras la misión con Tachihara avanzaba, mis pensamientos estaban divididos entre la tarea que tenía entre manos y el peso constante que sentía en el pecho.
El encargo de Mori era claro, coger una tarjeta de memoria de una banda donde seguramente nos llevarían a nuestro nuevo enemigo en común, pero la situación con Dazai actual me mantenía a veces con una estúpida sonrisa en la cara.
Nos encontramos en un almacén abandonado, el lugar perfecto para este tipo de actividades, lejos de miradas y de la policía, el aire estaba impregnado de oxido y el sol se escondía dando paso a la noche.
Tatchihara y yo revisábamos el área en busca de esa tarjeta de memoria, Mori había insistido en que debía ser recuperada a toda costa.
Desde que Dazai se fue de la mafia quería trabajar solo, no quiere decir que la presencia de Tatchihara me molestará, es solo que...no era el quien quería en esos momentos a mi lado.
Aún así Mori había insistido que tenía que ir con alguien, así que la mejor opción era el, por si ocurría algún tipo de inconveniente, no elegí a Sam por el último encuentro que tuvimos y el como me había ignorado desde el otro día.
-¿Has encontrando algo?.- pregunté mientras registraba una vieja caja metálica que hacia en una esquina
-Nada aún, solo basura.- vi que levantas algunos papeles y los dejaba con frustración.- parece que quien estuvo aquí antes de llevó todo lo importante
-Sigue buscando, tiene que estar por aquí en algún lugar.- mi tono firme, aunque estaba empezando a impscientarme.
El tiempo parecía arrastrarse mientras revisamos el lugar, viejos metales, herramientas oxidadas y cajas vacías, hacían al lugar aún más desolada.
Pero había algo más en el aire que me ponía nervioso, una sensación que no podía sacudirme, siento que nos observan.
Justo cuando estaba a punto de decirle a Tatchihara que nos moviéramos a otra área del almacén, algo me hizo girar la cabeza bruscamente.
Fue un destello, una pequeña luz que se reflejo en un vidrio roto a través de una ventana cerca, el sonido del silbido de una bala paso muy rápida y luego un disparo pasando por mi lado.
-¡Tatchihara!.- grité viendo cómo su cuerpo reciba el impacto de la bala en el estómago.
El horror se apoderó de mi cuando vi como caí al suelo, sus ojos abiertos de par en par por la sorpresa del disparo, la sangre brotando de su herida y el suelo bajo el.
Mis instintos tomaron el control y en un instante active mi habilidad, haciendo que la gravedad y el suelo temblará bajo mis pies, lista para aplastar al bastardo que nos había atacado.
Pero antes de que pudiera hacer un movimiento escuché un sonido que me helo la sangre, era una risa suave, burlona, que surgía de las sombras.
Giré la cabeza y lo vi salir de la penumbra
Fyodor Dostoyevsky
Mis músculos se tensaron de inmediato, sabía que aquel hombre era muy peligroso, uno de los que más peligros que había enfrentado a lo largo de su vida.
Sus movimientos eran tranquilos, calculados, como si estuviera en total control de la situación y eso me enfureció demasiado
-Relajate, Chuuya-san.- dijo Fyodor con una sonrisa que me dieron ganas de borrarsela de un puñetazo.- No soy esta vez tu enemigo
Lo miré con odio, sabiendo que no podía confiar ni un segundo en sus palabras.
-No me jodas.- le escupí, mi voz cargada de veneno.- No te creo ni una palabra, y se supone que deberías estar muerto.
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Bajo el Manto del Odio
FanfictionEn la ciudad de Yokohama, donde la luz y la oscuridad se entrelazan en un constante juego de poder, donde la paz suele durar apenas unos efímeros momentos. Dazai Osamu, ahora miembro de la Agencia de Detectives Armada, y Chuuya Nakahara, ejecutivo d...