✨ Capitulo 4❤️‍🩹

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Chuuya

Había pasado una semana desde aquel encuentro en el bar con Dazai, un encuentro que había dejado mella en mis pensamientos.

Las heridas se estaban curando, pero Morí nos había dado la orden a Sam y a mi de tomarnos un reposo completo y recuperarnos por completo porque la íbamos a necesitar.

Así que aquí estábamos, Sam y yo, en un salón recreativo, rodeados por el bullicio de las máquinas y las risas de otras personas.

Sam pensó que sería una buena manera de distraernos, y aunque no lo iba a admitir en voz alta, tenía razón.

Me reía a carcajadas mientras Sam perdía una vez más en el juego de disparo que solía jugar con...

No Chuuya, presente no merece que ni lo menciones en tu mente.

-¿En serio, Sam?, ¿Eso es lo mejor que tienes? Nenaza.- le dije burlándome abiertamente de él

Sam me devolvió una mirada de frustración fingida pero luego sonrió

-No te creas tanto Chuuya, solo estoy calentando, ahora verás que te humilló.

Los sonidos de los botones y las palancas de mando nos rodeaban mientras cambiábamos de maquina a una de carreras, uno de mis favoritos.

Nos acomodamos en los asientos y pronto estábamos compitiendo, las luces de neón reflejándose en nuestras caras concentradas

Gane otra vez, por supuesto, y no pude evitar restregarle mi victoria con superioridad.

-¡Toma eso!, eres más lento que un caracol con muletas

Sam sacudió la cabeza, riendo haciendo que sonriera

-Disfruta tú gloria, Chuuya, la próxima vez no tendrás tanta suerte, ya verás, la próxima vez te voy a ganar.

Continuamos jugando varios juegos más, desde peleas callejeras hasta clásicos de arcade, cada victoria acompañaba una burla hacia Sam, y el respondía con una promesa de venganza en la siguiente ronda.

Era un raro momento de diversión y tranquilidad, un respiro de constante estrés y peligro que tenía la mafia.

Mientras estábamos en medio de otra partida, una voz familiar y molesta interrumpió el ambiente alegre.

-Vaya vaya...no sabía que aún venías a este sitio para jugar, Chuuuuuya.

Me congele por un instante la voz de Dazai sacándome de mi concentración, haciendo que me girara a verlo parado ahí, con esa sonrisa burlona que tanto odiaba y me gustaba a partes iguales.

-¿Que haces aquí, bastardo?.- pregunté, tratando de mantener la calma.

Dazai se encogió de hombros, su sonrisa no se desvanecía, es más se ampliaba.

-Pasaba por aquí dando una vuelta, y te vi gritar como solías hacer cuando perdías, y aquí estabas

Sam se removió incómodo a mí lado, claramente perturbado por la presencia de Dazai, y con razón la última vez que lo vio este lo miró prometiéndole un infierno sin razón alguna.

-Em... Chuuya-san, creo que será mejor que me vaya a descansar, se hace tarde, nos vemos mañana.

Le dirigí una mirada de disculpa a Sam mientras esté se alejaba, dejando claro que la culpa era del maldito bastardo que estaba detrás de mí.

Sabía que Sam no quería estar cerca de los altercados entre Dazai y yo, y lo comprendo sabe lo mínimo y ya prefería no estar cerca de él.

-¡Es tu culpa!.- espeté a Dazai, señalandolo acusadoramente.

Bajo el Manto del OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora