🥹 Capitulo 3🫣

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Dazai

El sol de la mañana se filtraba a través de las persianas medio abiertas, lanzando sombras alargadas y parpadeantes en las paredes de la oficina de la Agencia.

Estaba recostado en el sofá, un libro en las manos, pero mi mente vagaba lejos de las palabras impresas en la página.

El ambiente en la Agencia era inusualmente tranquilo, una calma tensa que solo se experimenta en los periodos de inactividad forzada.

Mis compañeros estaban esparcidos por la oficina, cada uno absorto en su propio mundo y sus pensamientos.

Kunikida, como de costumbre no podia quedarse quieto, estaba de pie junto a su escritorio, su ceño fruncido y su voz resonando con una mezcla de frustración y determinación

-¡Debemos aprovechar este tiempo para ponernos al día con informes pendientes y preparar planes de contingencia!.- exclamaba, golpeando la mesa para subrayar su punto.

Nadie parecía prestarle demasiada atención, Atsushi luchaba por mantenerse despierto en su silla, Ranpo mordisqueaba perezosamente sus snacks mientras miraba el móvil.

Kenji y Tanizaki discutian alguna trivialidad con la intensidad que solo los jóvenes pueden tener.

Yo por mi parte, me permitía disfrutar de la inactividad, siempre he creído que el trabajo se encuentra a si mismo cuando es necesario y que forzar las cosas sólo trae fatiga innecesaria.

La verdad es que prefería estar ocupado, pero... No iba a quejarme de una pausa inesperada, cuando estaba a punto de sumergirme de nuevo en mi lectura sobre formas de suicidio cuando la puerta de la oficina se abrió de golpe.

Fukuzawa entro con una expresión que instantáneamente nos puso en alerta a todos, ya que era raro que nuestro líder demostrará aquella expresión.

Todos enderezamos nuestras posturas, bueno, rectifico, todos menos yo, Kunikida dejo de hablar y se volvió hacia Fukuzawa con expectación y nerviosismo.

-Reunion urgente, ahora.- dijo con voz firme y autoritaria.

Nadie protesto ni pregunto, todos nos reunimos rápidamente alrededor de la mesa principal.

Fukuzawa no perdió ni un segundo con preámbulos y fue directo al grano después de soltar un largo suspiro.

-He recibido una llamada de Morí.- comenzó y sentí una molestia en mi estómago.

Mori no era alguien que se pusiera en contacto a menos que fuera absolutamente necesario, y sus razones raras vez eran suaves.

-Chuuya está en el hospital, uno de sus altos mandos fue emboscado por un grupo de bandidos que resultaron no serlo.- dijo Fukuzawa, sus palabras cayendo en la habitación.

Chuuya, en el hospital, herido, ni siquiera cuando usaba la maldita corrupción iba al hospital, pude sentir la sangre drenandose de mi rostro mientras procesaba la información.

Fukuzawa continuo, y escuché el lugar donde fue emboscado y las palabras que según el Chuuya le comunico a Morí que dijo uno de ellos.

-Ese hombre que hirió a Chuuya dijo que el volvería y que esto solo era el principio. Así que Mori pidió nuestra ayuda para obtener información, y se ha comprometido a mantenernos informados de cualquier novedad.

La habitación se llenó de murmullos y preguntas, pero yo apenas podía concentrarme para lo justo y necesario, porque cierto pelirrojo se coló en mi mente, porque herirlo era algo....complicado.

Una mezcla de preocupación y culpa me invadió, había un aparte de mi que quería ir al hospital, verlo con mis ojos y asegurarme que seguía respirando, pero sabía que no debia hacerlo.

Bajo el Manto del OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora