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Chiara

Si. Estaba celosa. Estaba muy celosa. Solo hacia unas horas que sabia de la cita de Violeta con Marta y durante ese tiempo, sentía algo quemándose en mi interior. No podía soportar verla con otro aunque sabia que, mayoritariamente, la culpa era mía, por haberla apartado de mi lado. Aun así, no pude evitar presentarme en su casa y cuando la vi... Estaba absolutamente preciosa.

No recuerdo que le dije, pues mis labios se movieron solos mientras yo admiraba su belleza. No puede retenerlo mas y la bese. Dios, como echaba de menos sus besos. Sentí que toda la presión se iba de mi cuerpo y solo quedaba felicidad. Pero segundos mas tarde ella se aparto y lo siguiente que sentí fue la palma de su mano impactando contra mi cara.

- ¡¿Quien coño te crees para besarme sin mi permiso?!- dijo Violeta cabreadísima.

Ella tenia la respiración entrecortada y la cara roja, pero la conocía lo suficiente como para saber que no se debía solo a su cabreo, sino que el beso le había gustado tanto como a mi.

- Perdóname.- le suplique acercándome a ella, sin apartar la mirada de esos ojos color miel.

- ¿Por el beso de ahora, por la mierda que me soltaste en el bar o por llevar un mes siendo una completa capulla?- respondió y pude ver como sus ojos empezaban a llenarse de lagrimas.

- Por todo. Lo siento, Vio.- dije acercando mi mano a su cara, pero sin llegar a tocarla.- Miento. No me arrepiento del beso, ha sido perfecto.

Por fin pude ver como se le escapaba una pequeña sonrisa que me decía que no estaba todo perdido.

- Fui una imbécil, lo se. Me pudo la rabia, pero tras reflexionar, prefiero pasar esta ultima semana a tu lado.- seguí.

- ¿Ultima semana?

- Si, ya lo se todo. Os vais la semana que viene, ¿verdad? Por favor, díselo a Mia lo antes posible. Sabes que ella te quiere mucho y no podrá aguantar otra marcha de imprevisto.

- ¿Qué coño estas diciendo, Kiki?- me interrumpió Violeta, sorprendida.- Pero mas importante, ¿crees que puedes venir a mi casa y hacer ver que todo esta bien después de todo lo que me dijiste? Me hiciste mucho daño, aunque ya debería estar acostumbrada a tus cambios repentinos de actitud.

Violeta se separo de mi para irse al comedor, pero pude ver como una lagrima recorría su mejilla. Tome aire y la seguí. La encontré sentada en el sofá, con las manos en la cara y me senté a su lado, sin tocarla, sin decirle nada, solo mirándola.

- ¿De verdad no tuvieron importancia para ti esos besos?- me pregunto en un susurro.

- Joder, Violeta, claro que si los tuvieron. Me hiciste muy feliz y si dije toda esa mierda fue porque me dolió que no me contaras la verdad.- ella me miro y joder... me tenia ganada.- No se que haré la semana que viene sin verte por el pueblo, en tu banco mirando el mar, sin oír tu risa cuando juegas con Mia... No se que haré sin ti.

Sentí como mi corazón se hacia pedazos esperando su respuesta.

- Chiara, todo eso son suposiciones tuyas. Has preferido ponerte en lo peor antes que hablar conmigo. No se cuando me iré. Me quedare hasta que la policía de con mi ex-mujer y, de hecho, han vuelto a perder su pista.- respondió ella con voz pausada y sentí que yo podía volver a respirar.

- Vaya, así que fui una gilipollas sin motivo, ¿no?- dije y ella soltó una carcajada.- Tuve miedo, Violeta. Miedo porque lo que siento al besarte... es muy especial. Joder, no se que tienes pero me vuelves loca.

- Créeme que a mi me ocurre lo mismo. Me asusta sentirme tan bien contigo, pero no quiero ser cobarde en esto. Quiero que confíes en mi y yo poder hacer lo mismo, por eso es importante que hablemos. No me voy la semana que viene, te lo prometo.

Te Encontre- KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora