02 | Momento familiar

739 59 2
                                    

Ya era de noche, lo cual se significaba que la hora de la cena se estaba acercando, Alyssa se sentía emocionada, ella sabía que probablemente le iban a decir que si. Pero de igual manera se sentía preocupada.

"¿Y si papa no me deja ir por que no se lleva bien con el tío?"
"¿Y que tal si cuando llegue el tío no se encuentre bien y no pueda estar conmigo?"
"O, peor aun. ¿Que pasa si mama se pelea con papa por que quiere que me quede con ellos en el momento del parto?"

Preguntas abarrotaban y nublaban la cabeza de la niña, ella solo quería estar con su tío, su tío, quien siempre se esforzaba de estar ahí. De repente un flashback vino a la cabeza de Alyssa, el cual era un recuerdo muy lindo, seguramente el más feliz que tenía. Era un regalo de, su tío.
El día de su cuarto cumpleaños le mando un huevo de dragon, el huevo de dragón era el mas lindo que sus ojos hayan visto, color negro como el anochecer, pero no color opaco, un negro brillante, sus escamas eran puntiagudas, el negro se mezclaba con un sutil color azul oscuro. Alyssa se enamoró de aquel huevo, pasaba día y noche con este, estaba muy feliz, se sentía triste, pues hasta día de hoy aquel huevo todavía no había eclosionado, ella conserva la fe de que en algún futuro momento esperado, el huevo eclosionaría. Su madre, la consolaba cuando ella perdía las esperanzas.
— Sabes, algunos huevos tardan años en eclosionar.
La princesa torno sus lagrimas a una sonrisa, eso le hacía mantener la fe, de que algún día de el huevo por fin salga un pequeño dragón.
— Yo no tuve mi dragón hasta los quince años. Y mírame ahora, soy jinete de el mayor dragón del mundo.
eso la esperanzo mucho mas a la niña.
El recuerdo fue interrumpido por un toqueteo de puerta.

"Seguramente sea alguna de las sirvientes para decirme que vaya a la cena"

Se dijo a si misma. Y así era, Válya, su sirviente "personal", la llamaba para que baje a cenar.
Alyssa le dio las gracias sin voz alguna, aparentemente no tenía muchas ganas de hablar.
Por otro lado, ya quería escuchar como sus padres le decían que si podía ir, eso le formo una sonrisa en su cara.
Bajó las escaleras, y se sentó al lado de Rhaena, quien ya se encontraba comiendo su comida.

— Bueno, Alyssa. Hablamos sobre tu petición con tu madre. Mañana a primera hora te iras a la fortaleza roja, Ser Priston, te escoltará, se quedará contigo dentro de el carruaje.

Asintió feliz. Una sonrisa se asomó en los labios de su padre. El nunca lo iba a decir en voz alta, pero su debilidad era ver a su hija favorita feliz, Alyssa era quien más se parecía a el, en especial cuando estaba enojada.

La comida llego a su fin, Rhaena y Baela se fueron a sus aposentos, los cuales quedaban uno en frente de otro, mientras que el de la princesa Alyssa, se encontraba un pasillo mas lejos.

Esta vez, ella pudo dormir plácidamente, pero una euforia se asomó en su estomago, se sentía muy emocionada, ya quería que el sol saliera.

...

El sol llego, bañando de cálida luz todo a su paso, aquella luz reconfortaba a la princesa de cabellos platinados, quien impaciente se encontraba a pie de la puerta del castillo con su huevo al lado, su huevo evidentemente la iba a acompañar, era su compañero. El huevo iba en una pesada caja de madera, acolchonado con almohadas color violeta, color que no le encantaba a Alyssa, así que le dijo a las sirvientas que los cambiaran por unos almohadones de color negro. 
Su carruaje llego, se despidió rápidamente de su familia. Estaba segura de que pronto los volvería a ver.

Las horas pasaron, y finalmente llego a la fortaleza roja. Salió disparada de donde se encontraba, rápidamente se adentro en el castillo de King's Landing. Ya dentro de dicho lugar, busco a su tío, finalmente lo encontró en la sala de el trono, estaba sentado hablando con lo que parecía su sirviente.

— Tío!
— Princesa!
La pequeña Targaryen se abalanzó sobre su tío, normalmente las hojas de el trono la habrían cortado, pero esta vez su tío fue quien se cortó, se escuchó una queja por su parte, pero luego la disimuló con una risa.

— Ya quería verte, te estuve extrañando.
— Yo igual princesa, mira, tus sirvientes han llegado, ve a prepararte a tus aposentos, Alicent te guiará, a la noche habra un baile, seguro que te encantará.

Dicho eso, Alicent, la guió hacia su cuarto de estadía. Alyssa no se llevaba bien con Alicent, no tenían charlas prologadas, la adulta no parecía estar muy contenta con la nueva huésped en su castillo.
¿Pero que iba a hacer? Si le tocaba un pelo, Viserys se encargaría de cortarle la mano.

La recién llegada, se baño y cambió, y luego cepillo su larga cabellera rubia plateada. Era una de sus cosas favoritas de ella.

La hora del baile llego, había muchos invitados. Familiares, gente de grandes casas, incluso sirvientes se quedaban y disfrutaban allí. Alyssa se levantó de su asiento y fue a la pista de baile, varios hombres intentaron sacarle unos pasos, pero disimuladamente ella se negaba, hasta que su primo Jacaerys, se unió a su baile.
— Primo!
Dijo.
— ¿Como te encuentras Alyssa?
Dijo el mientras sus pies seguían divertidos la música.
— Todo genial, llegué hoy a el castillo. ¿Tú?
— Muy bien, gracias por preguntar. ¿Bailamos?
Le pregunto el pequeño Jacaerys a su prima, ella cedió, sus brazos estaban unidos en una linda danza, mientras los píes de ambos se movían al compás de la divertida música, Jacaerys pudo sacarle una verdadera sonrisa a su prima. Todo la sala era testigo de las risas que ellos dos compartían, sin duda un lindo y memorable momento familiar.

𝐺𝑟𝑎𝑏 𝐻𝑎𝑛𝑑𝑠 | ˡᵘᶜᵉʳʸˢ ᵛᵉˡᵃʳʸᵒⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora