La familia entera se iba a juntar a cenar. Por primera vez en años todos iban a estar juntos otra vez. Pero más grandes.
Esa cena era la única manera de alegrar a Viserys. Esperaba que fuera perfecta, y que al menos una noche todos puedan disfrutarla, sin peleas ni discusiones.Era hora de la cena. Todos los familiares se encontraban sentados o parados al rededor de la mesa. Alyssa se sentaba al lado de su prometido en la punta de la mesa. Mientras que Rhaena se sentaba en la otra esquina, al lado de su padre, Daemon.
De pronto Viserys llegó a manos de sus guardias a la tan esperada cena.— Me llena el corazón verlos a todos juntos una vez más.
Aclaró el mayor.
Luego de el saludo de Viserys. Alicent recitó unas plegarias.— Parece que hoy hay mucho por celebrar. Mis nietos Jace y Luke se casarán con sus primas. Baela y Alyssa. Fortaleciendo el vínculo entre nuestras casas.
Dijo el hombre luego de las plegarias recitadas.
Los prometidos se lanzaron unas miradas tiernas entre si, acompañados de una sonrisa.— Ahora, hagamos un brindis por nuestros jovenes príncipes y sus prometidas.
Todos los invitados alzaron sus copas para luego tragar un poco de vino.— Enhorabuena. Por fin yacerás con una mujer.
Le dijo Aegon en susurros a su primo Jacaerys, quien todavía se encontraba ingiriendo el vino.
Baela le lanzo su típica mirada fulminante.— Brindemos también por el principe Lucerys, futuro señor de las mareas.
El nombrado no pudo contenerse en esbozar una sonrisa. Su prometida, agarro la mano de el chico, la cual se encontraba bajo la mesa, para acariciarla con dulzura.— Lo harás bien.
Dijo Alyssa con una sonrisa en su rostro, mirándolo. Lucerys no pudo evitar sonreír una vez más.Mientras tanto, Rhaenyra le dedicó unas palabras a Alicent. Su mejor amiga de la infancia y adolescencia.
La mesa por fin empezó a funcionar, todos empezaron a comer y degustar los distintos sabores que los alimentos exóticos ofrecían.En un momento, Aegon, se levantó de la mesa, en dirección a Baela, la mujer estaba cansada de sus estupideces.
— Lamento sinceramente la decepción que te llevaras con Jace, cualquier cosa, ya sabes donde se encuentra mi cuarto.
Jacaerys, cansado de los comentarios. Se levantó repentinamente, chocando sus puños con la mesa.
Todos se exaltaron, menos Alyssa. Ella lo conocía, y sabía su corto temperamento.
Por otro lado, Jace, se levantó de su silla con el fin de hablar unos momentos.— Por los príncipes Aegon y Aemond, recuerdo con cariño a nuestra niñez. Pero como hombres espero que podamos ser amigos y aliados.
La princesa Alyssa y Rhaena no evitaron salir unas leves risas, al igual que Lucerys.
Helaena también dio unas palabras conmovedoras, eso dejó pensando a Alyssa.
Alyssa siempre quiso a Helaena, solo que no se mostraban cariño, las familias tenían un leve problema entre ellos, eso las separaba.Por otro lado Helaena y Jace se fueron a bailar unos momentos con la música de fondo. Se podía ver la felicidad en el rostro de ambos.
Por unos segundos todo era perfecto, risas y alegrías, olvidando por completo las rivalidades. Esos últimos momentos fueron los últimos que Viserys pudo contemplar para luego irse a su cama. Eso era lo único que quería.
Aemond, enojado, se paró de la mesa.
— Un ultimo tributo por mis primos. A la salud de mis sobrinos, Jace, Luke y Joffrey. Todos apuestos, sabios y fuertes..
— Aemond..
Le advirtió Alicent— Venid.
Les dijo el platinado.— De hecho.
Se alzo Alyssa, con su copa. Antes de que cualquiera se pueda mover.— Antes, yo también quiero hacer un pequeño brindis. Por Aemond. Tan fuerte y apuesto como mi abuelo en su juventud... y tan afilado como una navaja.
Alyssa dedicó esas palabras a su primo, ambos mirándose con odio. Se notaba como Aemond la quería asesinar.— Alyssa.
le dijo Baela, mirándola con obviedad.
Mientras tanto, Daemon miraba con orgullo a su hija.— Creo que es hora de irnos a nuestros aposentos.
Espetó Rhaenyra, rompiendo la tensión de Alyssa y Aemond.
Todos asintieron. Alyssa estaba por irse de la sala. Era una de las ultimas. Todos sus familiares se habían ido. Menos Helaena, y Aemond.
Helaena y Alyssa finalmente pudieron hablar un poco, hace años no tenían una interacción directa.— Bueno, Alyssa, ya me iré a descansar. Descansa.
Le dijo Helaena, para luego irse totalmente de la habitaciónAlyssa, exhausta, se estaba por ir, cuando una mano le agarro el brazo. Era Aemond.
— Aemond, suéltame.
Dijo con tono tajante.— Todo lo que pasará, será tu culpa.
Le replicó Aemond sin vueltas. Luego de eso el hombre salió de la sala.— Que descanses, querida prima.
Alyssa se quedo fría.¿De que estaba hablando?
¿Que pasará, y que será mi culpa?se preguntaba para sus adentros.
Luego de caminar un par de pasillos, se encontró con Jacaerys.— ¿Alyssa, que haces aquí? Te estaba buscando.
Le comentó preocupado.— Nada Jace, me quede hablando con Helaena. ¿Que sucede?
preguntó con tono de dormida. La rubia casi que se estaba arrastrando para llegar a su cama.— Nada, estaba preocupado, pensaba que te había pasado algo. Ven, deja que te ayudo.
Le respondió el principe. Luego agarro la mano de Alyssa y se la paso por su cuello, y el agarro a su prima por la cintura, ayudándola a entrar a sus aposentos.
Luego de unos segundos, Alyssa finalmente llegó a la cama. Jace ayudo a sacarle las botas que tenía, y la arropó en la cama.— Buenas noches Alyssa, que descanses, linda.
Y para la ultima palabra, Alyssa estaba desplomada en la cama, totalmente dormida.
Jace solo sonrió, con ternura.El sabía que ya no había posibilidades con Alyssa. Se iba a casar con su hermano.
Luego de eso, Jacaerys cerró la puerta de la habitación, y se fue a la suya.
Lo que el no sabía era que Daemon había visto todo. Estaba escondido en las sombras de el castillo. No podía dormir, pero lo que vio era mucho más interesante que dormir. Estaba claro que eso se quedaría entre ellos dos.

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𝐺𝑟𝑎𝑏 𝐻𝑎𝑛𝑑𝑠 | ˡᵘᶜᵉʳʸˢ ᵛᵉˡᵃʳʸᵒⁿ
Fiksi PenggemarLa tercera hija de Daemon targaryen y Laena Velaryon. Quien se enamora de Lucerys Velaryon. Su primo que luego pasa a ser su hermanastro. Crecen en la guerra, y no saben nada más que la violencia. ¿Sera Alyssa capaz de sobrellevar ese estilo de vi...