𝐺𝑟𝑎𝑏 𝐻𝑎𝑛𝑑𝑠 | ˡᵘᶜᵉʳʸˢ ᵛᵉˡᵃʳʸᵒⁿ

05| Dragón

Alyssa se encontraba en enfermería. Daemon se sentaba al lado de ella, esperando hace horas y horas. Daemon batalló toda la noche para no dormirse. Estaba muy preocupado, Alyssa había perdido mucha sangre, ya que una arteria se había dañado. Su padre estaba recostado en una silla, con la cabeza de lado, roncando como buen padre. Tenía su mano agarrando la manito de su pequeña princesa. No era uno de los primeros afectos que Daemon le daba a la pequeña. El solía ser frío con su familia, no por que no la quisiera solo por que no quería lastimarla mas tarde. Con Alyssa era distinto, siempre la estaba cargando y riendo con ella, sabía que nadie la iba a lastimar, ni el mismo se iba a permitir lastimar a tal angel.
Daemon despertó, llevaba durmiendo hace un rato, miraba a su niña, recostada sobre una cama, con el brazo lleno de vendas ensangrentadas. La miraba con pena. Si Alyssa no se despertaba en las siguientes veinticuatro horas, el maestre dijo que no hay posibilidades de que despierte luego.

Rhaenyra entró a la habitación.
— ¿Como se encuentra la pequeña?
Preguntó con un tono tierno.

— No se, los maestres dicen que si no despierta en veinticuatro horas estará muerta.

— Daemon, estas cansado, déjame quedarme aquí, te prometo que estaré pendiente.

— Nyria, te agradezco, pero es mi hija. Es mi deber estar aquí.
Decía cortante el hombre. Rhaenyra suspiro, sin una palabra, se sentó al lado de su tío. En el espacio que ofrecía la ventana.

— No tienes por que hacer esto solo.
Luego le dio una reconfortante sonrisa, Daemon la miraba asombrado. Nyria dejo de mirarlo, para así concentrarse en la niña.

....

Mientras tanto, Alicent estaba hablando con Viserys.

— ¿Como siquiera pensaste en agarrar esa daga? ¿estas loca Alicent? Casi matas a la hija de mi hermano. A mi sobrina.
Alicent miraba a su esposo con lagrimas en los ojos.

— Hice lo que tuve que hacer para defenderme a mi y a mi hijo.

— ¿Defenderte de que? ¿De una niña de ocho años?
Alicent se quedo callada.

— Por eso no me gusta que ocupes el trono Alicent. Las cosas se descontrolan.
Alicent explotó.

— Y aun así te pones a decirle eso a tu esposa! A la persona que más te cuido! La que se trasnocho como perro para ver que no te mueras, fui yo! No Rhaenyra, no fue Daemon ni tampoco fue Alyssa. Fui yo, la que estuvo siempre a tu lado, la niña que a los quince años ya estaba pariendo bebes como una perra!
Viserys estaba cansado, no quería escuchar sus gritos, ni tampoco quería estar ahí.

— Esposa, ahora lo único que necesitas saber es que tu no vas a volver a estar cerca de Alyssa.
Y diciendo eso, Viserys llamó a una muchacha para que lo ayudara a ir a su cuarto a descansar. Alicent, con una lagrima en la mejilla. Miraba como Viserys se iba, ella quería gritarle infinidad de cosas, pero no quería desafiar a el rey. Después de todo, ella solo tenía un titulo. Y sabía que si no lo tuviera, le darían poca importancia, menos que la que actualmente le dan.

...

La noche cayó. Baela se encontraba en el dormitorio de Alyssa. Mirándolo a detalle, estaba muy decorado, pero lo más lindo era el montón de luz que entraba por la ventana.
En el descanso de la ventana había un huevo de dragón. Alumbrado por la luz del sol. Le pareció muy lindo este huevo.
Sabía que su hermana tenía un huevo, pero no que era tan lindo. Era oscuro como la noche y brillante como las estrellas. Baela, agarro el huevo y se sentó en frente de una chimenea apagada. Sujetándolo con fuerza, aunque no era muy pesado. Le dio una ojeada más profunda, Dándolo vuelta en si mismo. Se dio cuenta que el huevo tenía una roptura, como un agujero enorme. De repente un sonido se escucho y el huevo resbaló de sus manos cayendo a el suelo. Se paró, para ver bien el entorno.

— ¿Quien esta ahí?
Nadie respondió, el mismo sonido se repetía, venía de abajo de la cama. Baela juntó todas sus fuerzas, y miró el lugar donde provenía el sonido. El sonido, era mas como un ronroneo, pero extraño, como si estuviera distorsionado.
De repente una sombra se estrelló contra la cara de Baela, la niña cayó a el suelo, con esa cosa de dos patas en la cara.
No grito, solo por que no quería que le sacaran su nuevo ¿animal?. En el piso, escuchando esos ronroneos raros en su cara, Con timidos movimientos agarro a el bicho, para saber que era, cuando finalmente lo vio, era un dragón. El más lindo que había visto, tenía escamas negras y brillantes iguales a las de su huevo, sus ojos eran fríos y rojos, sus alas eran grandes para ser un dragón bebe, y era bastante pesado.
Una luz vino a su cabeza. El dragón no se estaba conectando con ella, eso significaba que su dueña, seguía viva, y Alyssa no despertaba hasta ese entonces. Baela con el dragón entre brazos corrió hacia la sala del maestre, en el camino se encontró con Jace y Luke, quienes la miraron sorprendidos, no dudaron en seguirla.
Por fin ya estaban los tres en la sala.
Con un brusco movimiento, Baela abrió la puerta.

— Papá! Rhaenyra!. Miren!
E inmediatamente alzo el lindo dragón de Alyssa, el cual su panza se caía para abajo por el peso.
Daemon y Rhaenyra despertaron de su siesta, Rhaenyra no estaba dormida del todo pero parecía en otro planeta.

— Alyssa esta viva!
Dijo Baela.

— ¿Qué? ¿Como sabes eso?
Le preguntó Lucerys

— Por que el dragón es de Alyssa, y no se conectó conmigo, eso significa que Alyssa todavía vive.
Daemon sin decir una palabra le arrebató el dragón a Baela y se lo puso a Alyssa en sus pies. El dragón dejo de gimotear y empezó a jugar con los pies de su jinete, moviendo sus puntas de derecha a izquierda.

— ¿Que está haciendo?
Preguntó Rhaenyra desconfiada.

Daemon no soltaba una palabra mirando a el dragón. Rhaenyra tenía una cara de incertidumbre.
Luego de que el dragón este jugando varios minutos con los pies de su jinete, Alyssa soltó un bostezo.
Las cinco personas se acercaron inmediatamente a la niña. Su padre la movía de sus hombros.

— ¡Alyssa, niña, despierta!
Lentamente Alyssa abrió los ojos.
Había despertado gracias a Baela y su dragón.